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miércoles, 22 de enero de 2014

El beneficio de llamar a las cosas por su nombre

Siempre me gustó llamar a las cosas por su nombre, ahora compruebo una vez más el beneficio que esto tiene.

Hace poco tiempo, diagnosticaron con cáncer a una de mis amigas, si, con Cáncer, la palabra maldita.

Por suerte, es una palabra a la que a pesar de haberle tenido miedo en algún momento (como todo el mundo), aprendí a nombrar con todas sus letras.

Aprendí a pronunciarla, y en cada pronunciación a quitarle un poco de peso, a sumarle un poco de optimismo y restarle un poco de muerte. Aprendí a vivir con esta palabra que me acompaña desde hace meses, y a integrarla cada vez más naturalmente en mis conversaciones, en mis tratamientos, en mis cuidados, porque es así, tengo cáncer y no es otra cosa que eso: cáncer, también me estoy curando de cáncer y es algo que me digo muy frecuentemente, porque el cáncer no solo mata, el cáncer también da oportunidad de vida, de llevar una vida diferente, de despertar de algunas cosas que podían mantenernos dormidos, el cáncer no solo trae cosas malas, también trae buenas...

Hoy me siento inmensamente agradecida de haber hecho con esto, lo mismo que trato de hacer con todo: llamarlo por su nombre, Cáncer. Creo que esta actitud ha influido muy positivamente en mi, pero además ha influido positivamente en otra gente: el otro día visitando a esta amiga, eramos cinco personas hablando del Cáncer de manera natural, entre ellas una niña.

Me aplaudo, y no es vanidad, de haber elegido transitar este camino con la verdad, tomando las cosas como son, tratando de derribar mitos y de contagiar optimismo, porque del cáncer también hay gente que se salva, que sobrevive.

Estoy feliz de ver que al menos aporté un granito de arena, para que una de mis amigas que hoy tiene que transitar por este camino, pueda decir con más naturalidad y sin pensar que es una sentencia de muerte: tengo cáncer.

miércoles, 15 de enero de 2014

En el mes de la concientización sobre el cáncer de cuello de útero

Este es el mes de concientización sobre el cáncer de cuello de útero.

Este es el cáncer que me afecta, vaya a saber desde cuando, y que inclusive generó otro tumor en mi retroperitoneo que gracias a Dios ya está liquidado, y estamos en plena lucha para liquidar el de cuello de útero también!

No quería dejar de compartir con ustedes algunas apreciaciones sobre este tipo de cáncer, desde lo que me ha tocado vivir:

* Los sangrados fuera de fecha, los dolores, pueden ser síntomas a tener en cuenta.

* Me he realizado el PAP, sistemáticamente, todos los años tal como me lo aconsejó mi doctor, el resultado siempre fue que no había nada de que preocuparse.

* Me he realizado colposcopía y hasta ecografías transvaginales, de acuerdo a lo que me indicaba mi médico,  y en ambos estudios dio que no había nada anormal.

* He consultado al médico inmediatamente ni bien noté algún "cambio" a nivel ginecológico, insistiendo que esos cambios si bien no eran grandes cambios, no eran normales en mi, pero los estudios respaldaban el hecho de que no había nada que temer.


Así y todo, el cáncer siguió avanzando, y nadie fue capaz de detectarlo, hasta que por mi insistencia encontramos el tumor del retroperitoneo y después de una búsqueda exhaustiva en el resto del cuerpo, se encontró el tumor primario en el cuello del útero. Nunca voy a saber por qué razón jamás se detectó en ningún estudio de los que me he hecho en estos últimos años, por suerte seguí insistiendo en que algo había y pude enfrentarme a él y comenzar la lucha a tiempo.

Me sentía en la obligación de decirles mujeres, que ni bien noten un cambio en su cuerpo, sientan que algo está comportándose de manera diferente, no se dejen estar, no paren de buscar el origen de ese cambio, porque quedarse con la simple frase de "debe ser un cambio típico de la edad" puede hacer que luego sea demasiado tarde.

Muchas veces los médicos, se guían por las "estadísticas" y muchas veces esas estadísticas, se equivocan. Nadie se va a preocupar más por nuestra salud, que nosotras mismas, así que a aprender a conocerse es fundamental, para reconocer cuando algo "ajeno" nos está "visitando".

El sistema de salud, es eso un "sistema", donde todo está pensado para actuar casi en automático y no en función de cada caso, muchas veces no funciona si nosotros no estamos encima procurando que nos hagan lo que nos tienen que hacer.

Ojalá y mi testimonio sirva no para hacer que nadie se "persiga", pero si para que tengamos más en cuenta que a veces las cosas salen un poco de los parámetros "normales".

Salud para todas!!!


Vivi

sábado, 4 de enero de 2014

Todo llega a su fin, lo malo también!

Un día allá por el mes de junio de 2013, me dieron la noticia de que tenían que hacerme una nefrostomía. Ni idea de lo que significaba eso, básicamente, era un procedimiento necesario para intentar preservar mi riñón, ya que el tumor que tenía alrededor del mismo estaba afectando toda la zona y con este procedimiento teníamos chance de "salvarlo".

Visto así, era algo buenísimo, una medida que se tomaba en pos de algo que iba a ser bueno para mi, pero en la práctica no era tan sencillo.

A partir de ese momento, tuve una extensión de mi cuerpo: un catéter q salía desde el riñón y terminaba en una bolsa de plástico, y no les doy más detalles porque no vienen al caso.

El punto es que desde el momento en el que me hicieron este procedimiento, sentí que algo había cambiado, sentí como si me hubiesen "amputado" una parte de mi cuerpo, sentí como si de golpe había pasado de tener 40 años a tener 85!

Tenía claro que no era eso lo peor que podía pasar, pero que difícil era encararlo! Iba a tener que estar con "eso" colgando vaya a saber por cuanto tiempo... Un montón de cosas cotidianas ya no serían lo mismo, sin hablar de las cosas que eso me limitaba a poder hacer. Lloré, lloré, lloré, me pregunté por qué a mi, hasta que al cabo de unas horas de tristeza, entendí que era otra cosa que tenía que encarar, porque no había plan B para elegir, y decidí encararlo de la mejor forma: en vez de luchar contra eso, aprender a vivir con él.

Así fue que le pedí a la mamá de una amiga, que me hiciera una especie de morral que me permitiera poner la nefro allí dentro y dejar mis manos libres, me hizo uno de jean, quedó divino!!! Así estuve con esa carterita incorporada durante 6 meses y medio. Así fue también que aprendí a curarme sola, para no depender de nadie que lo hiciera y sentirme más libre, cada cosa de ese tipo que podía hacer me sumaba autonomía. Así fue que seguí al pie de la letra las indicaciones de médico y enfermeras para evitar cualquier complicación en la misma.

Ayer recibí la mejor noticia: el riñón está funcionando bien, gracias a que el tumor se redujo, la nefro no tenía por qué seguir estando conmigo, me la iban a quitar!!!!

Contarles que, tal vez no lo entiendan, me sentí la persona más feliz del mundo, primero porque esto supone un gran avance en mi curación (ya hay un tumor que cedió y que dejó de jorobar la función de mi riñón) y primero también (porque no puedo ponerlo en segundo lugar) porque vuelvo a tener mi cuerpo, el de siempre, sin extensiones, sin apéndices!!!

Poder volver a hacer cosas como dormir en cualquier posición, no tener que realizarme curaciones todos los días, no estar cuidando de no engancharme o golpearme esa zona, poder viajar en bus sin problemas, poder ir a la playa, o simplemente poder ponerme cualquier tipo de ropa, es algo que no tiene precio.

Quería compartirlo con ustedes, porque más allá de esto puntual que me sucedió, estoy convencida como dice el título de este post de que todo llega a su fin, lo malo también!!! solo hay que tener fe, ponerle actitud y estar convencido que ese día más tarde o más temprano va a llegar.

Se despide hiperfeliz :)

Vivi