Empiezo a escribir estas líneas, pensando si ya no usé este título en alguna entrada anterior, pero no me da para volver atrás a fijarme.
Espero no extenderme demasiado, para que no se vuelva una lectura pesada.
Las palabras que salen hoy, van dedicadas a los guerreros que la peleamos día a día, y para eso no es necesario tener cáncer, es necesario tener la actitud de hacerle frente a la vida, pero en especial van dedicadas a mis amigos José y Lolita, que tal vez hoy necesitan un empujoncito un poquito más fuerte que los demás.
Decirles, que no soy ninguna "superada", que no crucé ninguna línea, que no me gané ninguna "seguridad", cosa que ustedes ya saben, que aprieto los dientes y sigo, que trato de que en mi balanza pese más el kilo de pluma (aunque todos saben que no me gustan) que el kilo de plomo, porque el plomo me suena a lastre, a esas cosas que arrastramos mientras caminamos, y de eso vengo tratando de hacerme consciente y deshacerme de ello día a día.
No hice ningún curso "externo" de optimismo ni de felicidad, si bien mi "personalidad" escorpiana siempre fue la de resurgir de las cenizas como el Ave Fénix y con más fuerza aún, algún tiempo antes del cáncer entendí que estar triste, PREocuparme, deprimirme, eran solamente diferentes formas de perder el tiempo y perder el tiempo es perder la vida.
Decirles que creo firmemente en Dios, no en el que nos hicieron visualizar en la catequesis, sino en el Dios que cada uno lleva dentro de si mismo, en ese con el que si nos conectamos hace posible que vivamos más en paz y por ende más felices.
Contarles desde mi experiencia, que los amigos suman, las cadenas de oración suman, las palabras de aliento suman, las estampitas y los rosarios entregados con ese amor que sale del fondo del corazón suman, así como las piedras con energía, los guerreros Chinos o los dibujos y las manualidades hechas por mis hijas que tengo en ese momento sobre mi escritorio.
Que las sonrisas sanan al igual que la música, así que hacer un "acumulado" de risas entre amigos, de chistes, de películas lindas, unas playlist de esa música que nos toca el corazón, sean sevillanas, cumbias o rock and roll, nos eleva a vibrar en otra frecuencia, una que nos ayuda a sanar.
Pedir, visualizar, creer, fijarnos metas a corto plazo, que podamos ir cumpliendo, que nos ayuden a reforzar el hecho de seguir creyendo, el dar a otros aunque sea un pedacito chiquititito nuestro nos ayuda a ver que por mayor que se vea la tormenta que podemos tener encima, podemos ser luz para otros y otros pueden ser luz para nosotros, y eso es una cadena interminable de cosas buenas y positivas que también nos ayudan a sanar.
Ver y reconocer el camino que hemos recorrido, todos y cada uno de los obstáculos que hemos logrado sortear, también nos hace más fuertes, porque seguramente nunca nos hubiéramos imaginado que íbamos a ser capaces de superar todas y cada una de esas pruebas y sin embargo si, lo hicimos! y si pudimos hacer eso, quien nos dice que no vamos a poder con lo que venga?
La vida se abre camino y es HOY, es AHORA, es la caricia que nos regala un hijo, o la charla que nos regala un amigo, es poder incorporarnos y poner nuestros pies sobre la arena de la rambla o sobre el pasto del jardín, es mirar reír a los niños y entender que somos parte de un milagro superior.
Animo compañeros, que la vida puede más!
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