Desde niña, amo las fiestas! En general TODAS las fiestas, pero particularmente Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Año Nuevo.
Quería escribir algo al respecto, y como hace días vengo haciendo una carpeta con música que espero estar "Bailando" durante esas celebraciones, pensé que escribir algo ayudándome de algunas de esas canciones, podía ser una idea genial, y a su vez, es algo que tiene mucho que ver conmigo, así que acá va!
Cuando la mayoría de la gente está despotricando, rezongando por cómo, dónde y con quien va a pasar, yo estoy con un montón de ganas de que llegue ese momento. Bailando al ritmo de "Zumba" y con unas ganas infinitas de practicar el "Limbo" y el pasito de "Ziriguidum, mientras espero que llegue ese día.
Me encanta que nos juntemos, me encanta que pongamos la mejor onda y disposición, me encanta que muchas veces llegue a nuestra mesa un invitado que cobijamos porque no tenía con quien pasar y que cuando comienza el chiveo, le digamos: "Quiero verte bailar"!!!
Como en todas las familias, se notan las ausencias, se piensa en las cosas malas que pasaron, es inevitable pensar en todo lo que hemos pasado y a la vez darme cuenta que en el fondo y ni bien suenan un par de acordes, sigue saliendo de mi interior la "Chica brasileña" que siempre tiene ganas de sambar aunque no sepa y que ve la luz aún en la situación más oscura ;)
Tomo conciencia de que "Me acostumbré" a pensar en positivo, a "Vivir la vida" a full, a disfrutar cada momento, a aprovechar al máximo y a sentirme más fuerte cada vez que alguien me dice "Creo en ti".
Que cuando siento que las nubes negras vuelven a aproximarse, espero "Solo cinco minutos", respiro hondo, encuentro "La llave" y vuelvo a mi eje.
Hoy me encuentro como siempre, llena de "Adrenalina", contándoles a mis hijas, que lo más importante de todo, no es lo que vamos a comer, ni cuántos regalos vamos a poder comprar, lo más importante de todo es estar juntos y vivir el momento.
A mis amigos, a los que me leen y encuentran algo bueno en lo que escribo, decirles que aquí estoy, y que siempre que esté a mi alcance dar una mano con algo, cuentan conmigo, y que tengamos presente que aunque "Amores como el nuestro" parezca que cada vez hay menos, hay que apostar a multiplicarlos, porque el amor puede hacer del mundo un lugar mejor.
Ojalá haya podido transmitirles, el sentimiento que me provocan las fiestas, mientras, sigo cantando y armando la carpeta de música, y veo a mis dos tías compinches, a quienes secundé desde siempre en esto de ser anfitriona y preparar todo con amor, que me miran desde la habitación de al lado al decir de San Agustín, con cara cómplice, me sonríen y me dicen "Canta que la vida es una fiesta"!
Feliz Navidad!!!
Este post incluye las siguientes canciones:
Bailando - Enrique Iglesias
Zumba - Don Omar
Limbo - Daddy Yankee
Ziriguidum - Filhos De Jorge
Quiero verte bailar - Vi Em
Chica Brasileña - El Super Hobby
Me acostumbré - El Super Hobby
Vivir la vida - Marc Anthony
Creo en ti - Mala Tuya
Solo cinco minutos - Lucas Sugo
La llave - Agapornis
Adrenalina - Wisin Jennifer Lopez Ricky Martin
Amores como el nuestro - Mala tuya
Canta - Vi Em
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martes, 23 de diciembre de 2014
martes, 9 de diciembre de 2014
El enojo y la queja
Muchas veces estamos acostumbrados a quejarnos...
Muchas veces nos enojamos por tonterías...
Ante noche, abrí el Facebook, después de haber pasado un día lindo, con familia y gente amiga, haber disfrutado del día que estaba espectacular, etc. y vi la noticia de la muerte de un chico, un adolescente, por esta enfermedad tan injusta como otras, y me heló la sangre, el corazón y el alma.
Inmediatamente, mis lágrimas comenzaron a caer, mi enojo con Dios, comenzó a crecer, crecer y crecer, el sentimiento de impotencia, de injusticia, de no poder comprender el por qué.
Siempre digo, que me puedo bancar la enfermedad (algunos días mejor, otros peor), pero es algo que automáticamente me dispara el enojo y la rabia, cuando esta ataca a los niños o a la gente muy joven. No es que el resto merezca tenerla, pero de alguna forma, se me hace más fácil de acomodar, pero con los chicos no!
De inmediato, mi alma, trata de ubicar ese dolor en algún lado (y estamos hablando de un chico que yo no conocía, pero podría haber sido una de mis hijas, mis sobrinos, los hijos de los amigos, eso es indistinto, el dolor me invade igual), pienso en mi Fe, pienso en cuales serán las razones que aún no somos capaces de entender. Pienso que ya no sufre, pienso en que seguro estará en un lugar mejor, pienso en cuan egoístas somos los seres humanos, que nos aferramos a tener a nuestro ser querido a nuestro lado, muchas veces sin pensar en lo que está padeciendo...
Pienso, pienso y pienso. Pero siento distinto.
Hace unos momentos, volví a sentir lo mismo. La vida se llevó a otro chico, que tampoco conocía más allá de las redes, y como se lleva a tantos más por día, por hora, por segundo. A raíz de una enfermedad, de un accidente de tránsito, de un accidente doméstico... El dolor me volvió a atravesar.
Volví a pensar en esas familias, en como tienen que aprender a vivir con el corazón desgarrado, con el alma partida al medio, por más que el tiempo supongo que nos ayuda a acomodar el dolor y acostumbrarnos a vivir con él. Volví a mirar al cielo y a preguntarle, por qué? Pero la respuesta sigue sin llegar...
Sé que el enojo no conduce a nada, yo no estoy enojada con la enfermedad con la que tengo que aprender a vivir de por vida, porque tenemos claro que hoy puede estar, mañana no, y un día volver o que se vaya para siempre, pero cuando toca a los chicos, como me enoja! Como duele!
Lo primero que pensé el día de mi diagnóstico, fue: gracias Dios porque me lo mandaste a mí y no a mis hijas!!! Lo vuelvo a pensar cada vez que estos dolores me atraviesan...
Por último hacer un pedido "en voz alta": No te quejes! cada vez que te vayas a quejar de algo que es realmente insignificante, de algo que tiene solución, de algo a lo que le podés buscar la vuelta, no te quejes!!! La mayoría de la gente, se queja del frío, del calor, del gobierno, de la oposición, de estar gordo, de estar flaco, de tener más o menos dinero, de su pareja, de millones de cosas...
La próxima vez que te vayas a quejar, sobre todo en modo "automático", tomate unos segundos, y pensá en las cosas que realmente no tienen solución, como una enfermedad, un accidente, la pérdida de un hijo, un chico que deja su vida por la mitad... Supongo que te va a hacer sentir egoísta, y te va a dar ese cachetazo que muchas veces necesitamos para valorar más lo que nos rodea y para cambiar la queja por el agradecimiento.
Y en cuanto al enojo, ese maldito que te corroe y que hace que aflore lo peor de ti, abrile la puerta, dejalo entrar, pero sobre todo, dejalo salir!!! Nunca le des permiso para instalarse, porque ahí, estarás perdido.
P.D.: Al decir de San Agustín: La muerte no es nada. Solo he pasado a la habitación de al lado.
Muchas veces nos enojamos por tonterías...
Ante noche, abrí el Facebook, después de haber pasado un día lindo, con familia y gente amiga, haber disfrutado del día que estaba espectacular, etc. y vi la noticia de la muerte de un chico, un adolescente, por esta enfermedad tan injusta como otras, y me heló la sangre, el corazón y el alma.
Inmediatamente, mis lágrimas comenzaron a caer, mi enojo con Dios, comenzó a crecer, crecer y crecer, el sentimiento de impotencia, de injusticia, de no poder comprender el por qué.
Siempre digo, que me puedo bancar la enfermedad (algunos días mejor, otros peor), pero es algo que automáticamente me dispara el enojo y la rabia, cuando esta ataca a los niños o a la gente muy joven. No es que el resto merezca tenerla, pero de alguna forma, se me hace más fácil de acomodar, pero con los chicos no!
De inmediato, mi alma, trata de ubicar ese dolor en algún lado (y estamos hablando de un chico que yo no conocía, pero podría haber sido una de mis hijas, mis sobrinos, los hijos de los amigos, eso es indistinto, el dolor me invade igual), pienso en mi Fe, pienso en cuales serán las razones que aún no somos capaces de entender. Pienso que ya no sufre, pienso en que seguro estará en un lugar mejor, pienso en cuan egoístas somos los seres humanos, que nos aferramos a tener a nuestro ser querido a nuestro lado, muchas veces sin pensar en lo que está padeciendo...
Pienso, pienso y pienso. Pero siento distinto.
Hace unos momentos, volví a sentir lo mismo. La vida se llevó a otro chico, que tampoco conocía más allá de las redes, y como se lleva a tantos más por día, por hora, por segundo. A raíz de una enfermedad, de un accidente de tránsito, de un accidente doméstico... El dolor me volvió a atravesar.
Volví a pensar en esas familias, en como tienen que aprender a vivir con el corazón desgarrado, con el alma partida al medio, por más que el tiempo supongo que nos ayuda a acomodar el dolor y acostumbrarnos a vivir con él. Volví a mirar al cielo y a preguntarle, por qué? Pero la respuesta sigue sin llegar...
Sé que el enojo no conduce a nada, yo no estoy enojada con la enfermedad con la que tengo que aprender a vivir de por vida, porque tenemos claro que hoy puede estar, mañana no, y un día volver o que se vaya para siempre, pero cuando toca a los chicos, como me enoja! Como duele!
Lo primero que pensé el día de mi diagnóstico, fue: gracias Dios porque me lo mandaste a mí y no a mis hijas!!! Lo vuelvo a pensar cada vez que estos dolores me atraviesan...
Por último hacer un pedido "en voz alta": No te quejes! cada vez que te vayas a quejar de algo que es realmente insignificante, de algo que tiene solución, de algo a lo que le podés buscar la vuelta, no te quejes!!! La mayoría de la gente, se queja del frío, del calor, del gobierno, de la oposición, de estar gordo, de estar flaco, de tener más o menos dinero, de su pareja, de millones de cosas...
La próxima vez que te vayas a quejar, sobre todo en modo "automático", tomate unos segundos, y pensá en las cosas que realmente no tienen solución, como una enfermedad, un accidente, la pérdida de un hijo, un chico que deja su vida por la mitad... Supongo que te va a hacer sentir egoísta, y te va a dar ese cachetazo que muchas veces necesitamos para valorar más lo que nos rodea y para cambiar la queja por el agradecimiento.
Y en cuanto al enojo, ese maldito que te corroe y que hace que aflore lo peor de ti, abrile la puerta, dejalo entrar, pero sobre todo, dejalo salir!!! Nunca le des permiso para instalarse, porque ahí, estarás perdido.
P.D.: Al decir de San Agustín: La muerte no es nada. Solo he pasado a la habitación de al lado.
lunes, 1 de diciembre de 2014
Gente Tóxica
Hace unos días me decepcioné, una vez más...
Tal vez lo más doloroso, es sentirme decepcionada de mí misma, más que sentirme decepcionada por otro, por no poder darme cuenta más a tiempo de determinadas cosas, pero también he aprendido que darme latigazos no sirve de nada, es mejor analizar la situación para tratar de que no vuelva a suceder.
Dicen por ahí, que las decepciones, son causadas porque ponemos demasiadas expectativas en la gente, y luego, cuando estas expectativas no se cumplen, viene la decepción.
Dicen también, que a cada decepción le llega su olvido...
Como trato de ver en qué me equivoqué, cual fue mi error cuando sucede algo de este tipo, he decidido, poner en palabras lo que vengo masticando hace unos días, como siempre, para decírmelo primero a mi misma antes que decírselo a ustedes, porque poner en palabras no solo es una manera de exteriorizar, sino que además es una forma de dejar más ordenados y tener más claro los pensamientos.
Así es que llegué a la conclusión de que algunas veces, cuando uno está viviendo una situación de necesidad, es cuando uno se convierte en una especie de imán para gente tóxica, que a primera vista parece ser una panacea, pero al avanzar la historia termina siendo todo lo contrario.
Así es que estuve observando, algunos tipos de relaciones, y veo con dolor y pesar, que muchas veces cuando uno está enfermo, cuando uno está en una situación de soledad, cuando uno tiene necesidad de cariño, se le acercan persona o se aferra a personas, que como todos, tienen sus ángeles y demonios, solo que no logramos ver los demonios sino que solo vemos los ángeles y encima con una dimensión totalmente distinta a la que realmente tienen.
Así es que, a medida que el tiempo comienza a transcurrir, y uno comienza a estar emocionalmente un poco más sano, más fuerte, empieza a entrever esos demonios, que están ahí agazapados, teniendo cuidado de no mostrarse para no quedar en evidencia, pero que se traslucen por más esfuerzo que hagan por no aparecer.
Así es que, dependiendo de la fortaleza de cada uno, vamos a ser capaces no solo de reconocer a esta gente tóxica, sino además, de desprendernos de ella. No todos tenemos la fortaleza para hacerlo, y hacerlo seguramente implique un grado de dolor que tenemos que estar dispuestos a pasar, ya que el poder ver que hemos vuelto a equivocarnos al confiar en la persona equivocada es un nuevo fracaso, más aún si esa persona es nuestra pareja, como sucede en algunos casos, y se construyó una vida idealizando algo que no era tal...
Como todo en la vida, nos va a enseñar, y si somos lo suficientemente autoanalíticos, también vamos a poder revisar cual fue nuestro error y que es lo que tenemos que corregir para la próxima. A veces estar solos, o sentirnos enfermos, etc. nos deja en una situación de mayor vulnerabilidad, y abrimos demasiado las compuertas de nuestras vidas, y permitimos que entre a nuestra vida gente sin ningún tipo de examen previo...
De todas formas, y lo que quiero dejar más claro, es que SIEMPRE, SIEMPRE, podemos alejarnos de ese tipo de personas, que van a encargarse de hacernos sentir que "la culpa" es nuestra, somos nosotros los que no entendimos y los que no entendemos, que nos van a hacer sentir como que estamos "locos" porque nunca dijimos esto o aquello, que no van a respetar nuestros deseos ni nuestras opiniones, y que, hasta muchas veces van a lograr parte de su cometido haciéndonos dudar.
Pues no, no hay que dudar. Hay que agarrar al toro por las astas, hay que ponerle fin a esos vínculos corrosivos y destructivos. La gente tóxica puede ser una pareja, un hermano, un amigo, un jefe, un vecino, etc. El que te quiere, te hace bien. El que te quiere te respeta. El que te quiere no te lastima, ni te culpa. El que te quiere te cuida.
Alejémonos del drama sin motivo, alejémonos de la gente que nos hace mal.
La vida es una sola, y merecemos rodearnos de las cosas, personas y situaciones que nos hacen mejores personas y nos potencian a disfrutar más de la vida.
Tal vez lo más doloroso, es sentirme decepcionada de mí misma, más que sentirme decepcionada por otro, por no poder darme cuenta más a tiempo de determinadas cosas, pero también he aprendido que darme latigazos no sirve de nada, es mejor analizar la situación para tratar de que no vuelva a suceder.
Dicen por ahí, que las decepciones, son causadas porque ponemos demasiadas expectativas en la gente, y luego, cuando estas expectativas no se cumplen, viene la decepción.
Dicen también, que a cada decepción le llega su olvido...
Como trato de ver en qué me equivoqué, cual fue mi error cuando sucede algo de este tipo, he decidido, poner en palabras lo que vengo masticando hace unos días, como siempre, para decírmelo primero a mi misma antes que decírselo a ustedes, porque poner en palabras no solo es una manera de exteriorizar, sino que además es una forma de dejar más ordenados y tener más claro los pensamientos.
Así es que llegué a la conclusión de que algunas veces, cuando uno está viviendo una situación de necesidad, es cuando uno se convierte en una especie de imán para gente tóxica, que a primera vista parece ser una panacea, pero al avanzar la historia termina siendo todo lo contrario.
Así es que estuve observando, algunos tipos de relaciones, y veo con dolor y pesar, que muchas veces cuando uno está enfermo, cuando uno está en una situación de soledad, cuando uno tiene necesidad de cariño, se le acercan persona o se aferra a personas, que como todos, tienen sus ángeles y demonios, solo que no logramos ver los demonios sino que solo vemos los ángeles y encima con una dimensión totalmente distinta a la que realmente tienen.
Así es que, a medida que el tiempo comienza a transcurrir, y uno comienza a estar emocionalmente un poco más sano, más fuerte, empieza a entrever esos demonios, que están ahí agazapados, teniendo cuidado de no mostrarse para no quedar en evidencia, pero que se traslucen por más esfuerzo que hagan por no aparecer.
Así es que, dependiendo de la fortaleza de cada uno, vamos a ser capaces no solo de reconocer a esta gente tóxica, sino además, de desprendernos de ella. No todos tenemos la fortaleza para hacerlo, y hacerlo seguramente implique un grado de dolor que tenemos que estar dispuestos a pasar, ya que el poder ver que hemos vuelto a equivocarnos al confiar en la persona equivocada es un nuevo fracaso, más aún si esa persona es nuestra pareja, como sucede en algunos casos, y se construyó una vida idealizando algo que no era tal...
Como todo en la vida, nos va a enseñar, y si somos lo suficientemente autoanalíticos, también vamos a poder revisar cual fue nuestro error y que es lo que tenemos que corregir para la próxima. A veces estar solos, o sentirnos enfermos, etc. nos deja en una situación de mayor vulnerabilidad, y abrimos demasiado las compuertas de nuestras vidas, y permitimos que entre a nuestra vida gente sin ningún tipo de examen previo...
De todas formas, y lo que quiero dejar más claro, es que SIEMPRE, SIEMPRE, podemos alejarnos de ese tipo de personas, que van a encargarse de hacernos sentir que "la culpa" es nuestra, somos nosotros los que no entendimos y los que no entendemos, que nos van a hacer sentir como que estamos "locos" porque nunca dijimos esto o aquello, que no van a respetar nuestros deseos ni nuestras opiniones, y que, hasta muchas veces van a lograr parte de su cometido haciéndonos dudar.
Pues no, no hay que dudar. Hay que agarrar al toro por las astas, hay que ponerle fin a esos vínculos corrosivos y destructivos. La gente tóxica puede ser una pareja, un hermano, un amigo, un jefe, un vecino, etc. El que te quiere, te hace bien. El que te quiere te respeta. El que te quiere no te lastima, ni te culpa. El que te quiere te cuida.
Alejémonos del drama sin motivo, alejémonos de la gente que nos hace mal.
La vida es una sola, y merecemos rodearnos de las cosas, personas y situaciones que nos hacen mejores personas y nos potencian a disfrutar más de la vida.
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