Translate

sábado, 23 de noviembre de 2013

Sobre Sofías, Evelynes (no se si se pluraliza así), y tant@s otr@s...

Hace un par de días a raíz de la desaparición de Sofía, he estado leyendo en las redes opiniones de diferentes personas que juzgan y opinan y juzgan, con una liviandad (a mi entender) que me resulta muy difícil de creer.

Evidentemente una de las cosas que me ha cambiado en estos últimos meses, es el hecho de pensar antes de juzgar o de opinar, no siempre lo logro, pero por lo menos lo intento. He vivido y estoy viviendo tan en carne propia eso de sentir que la gente juzga y opina sin tener la menor idea, que es como que cuando lo veo por ahí, es como si lo viese con una lupa gigantesca y me da terror escuchar con la libertad que se expresan sobre situaciones que la mayoría desconoce al detalle.

Esto que ha pasado con la desaparición de Sofía, me ha hecho sentirme bien (y obviamente es mi sentir, no tiene por que ser el de todos) al pensar que las redes sociales además de servir para divertirnos, pueden servir "solidariamente" a fines como tratar de ubicar personas, de conectar necesitados con sus necesidades, etc.  Por supuesto, cuando me enteré de la noticia de la desaparición, el miércoles a la noche, en medio de los comentarios y de la euforia que había en el aire por haber clasificado al mundial, chequié si la información venía de una página de facebook, me fijé si por las dudas en la página no habían publicado que ya había aparecido (como me ha pasado alguna vez) y la compartí enseguida.

A los pocos instantes comencé a ver, sobre todo en twitter, como el pedido de solidaridad para encontrarla se retwiteaba una y otra y otra vez... Me pareció genial! Gente que no se conocía estaba uniéndose para un fin común!!! Algo más lindo que eso?

Al día siguiente, la chica seguía desaparecida... La verdad rezaba para que la encontraran sana y salva, no la conocía, pero trataba de ponerme en su lugar, en el de su familia, la desesperación que uno debe sentir al vivir una situación similar.

Fue ahí cuando me topo con el pedido de solidaridad para ubicar a otra chica que también faltaba de su hogar, mi respuesta fue exactamente la misma que la de la noche anterior, verifiqué, compartí la información, le pedí a Dios que la chica estuviera bien... Comencé a ver que el pedido también se retwiteaba, tal vez con menor intensidad que en el caso anterior. Enorme fue mi sorpresa al comenzar a leer comentarios tales como: a esta chica nadie le da corte porque es pobre, no es rica como la otra, la familia de la otra tiene plata y por eso llegan a los medios, y bla bla bla bla.

Veníamos tan bien!!! Haciendo el bien sin mirar a quien, no? Porque yo no me pongo a pensar en la clase social de la persona a la que estoy ayudando, y creo que si lo hago en base a eso, el que tiene el problema en todo caso soy yo.  Hay gente que mezcla todo, entrevera todo, y juzga y juzga y juzga, pero lo peor estaba por venir...

Horas después, gracias a Dios, Sofía apareció, parecía que había sido un secuestro. Horas después se supo (según lo que nos quiso contar la prensa) que no había sido tal y que ella se había ido por su propia voluntad. De ahí en más, fue "EL TEMA" no de conversación, sino de debate de gran parte de la sociedad: que tenía que ir presa por mentir, que tenía que ir presa por esto, que tenía que ir presa por esto otro, que no podía ser lo que había hecho, que no tenía perdón haber preocupado a todo el mundo de esa manera, etc. etc. etc.

No tengo idea de cual es la situación personal de Sofía, no es mi metier saberla tampoco, ahora yo me pregunto: será que ninguno de los que opina y juzga, nunca estuvo en una situación particular, viéndose desbordado, sintiéndose acorralado, o teniendo dos millones de motivos o tal vez uno solo que puede que ni se nos cruce por la cabeza?

Será que hay gente que se cree tan "a salvo" de convertirse en una Sofía, o de que alguna vez le toque una situación similar de cerca, con un hijo o un familiar?

Si uno estuviera parado en los zapatos de esa familia, no le gustaría ser ayudado?

Si uno estuviera parado en los zapatos de una familia que busca desesperada a su hija, se pondría a acusarla cuando la encuentra, o se sentiría con el corazón aliviado al haberla encontrado?

Horas después también nos enteramos que Evelyn, la chica "pobre" según muchos sin prensa porque no tenía plata, también se comunicaba con su familia, al parecer también se había ido por su propia voluntad.

Será que mucha gente se olvida que cuando apuntan con el índice a otro para criticarlo, con un dedo acusan y con los otros cuatro se acusan a si mismos?

Estoy cansada de que la gente hable solo porque tiene boca, sin pensar las atrocidades que puede llegar a estar diciendo.

Creo que nadie está obligado a ayudar a nadie.

Si no quiere ayudar, no ayude.

Si quiere hacerlo, haga el bien sin esperar una "recompensa" del otro lado, el famoso "da sin esperar recibir".

Si siguiéramos lo que nos dicta el corazón, en vez de lo que creemos que tenemos que hacer, creo que todos seríamos más felices.




No hay comentarios: