Cómo y por donde empezar?
Bueno, tal vez por el principio, aunque algunas veces no nos damos cuenta en el mismo momento, que ese, es el principio.
Muchas veces pienso, en la fuerza que tiene la palabra, que tienen los pensamientos. Son conceptos que me vienen a la mente una y otra vez, y que si tomo unos minutos para apreciarlos con un poquito de distancia, confirmo también, una y otra vez la fuerza arrasadora que tienen, tanto para bien como para mal.
Pero hoy, quiero concentrarme en otra parte: los hechos.
No sé si estoy del todo de acuerdo con aquella vieja frase que dice, lo que vale es la intención, es más, creo que lo que vale, no es la intención sino son los hechos, las cosas que se hacen, pero sobre todo, las que se hacen y se sueltan.
Ahí creo que radica el secreto de que luego esto comience a andar.
Cuando uno hace, porque le nace hacer, porque siente la gratificación de haber dado algo de si mismo, que puede ayudar a otro, sin mirar en ningún momento, y esto dicho poniendo totalmente la mano en el corazón, si un día ese hecho puede significarnos algún beneficio como reporte.
Son tantos los ejemplos, los casos, donde uno luego, ve a distancia, cómo y cuando fue que ese "motor" comenzó a andar, a funcionar, a generar "efectos rebote", a crear "efectos en cadena", como se comenzó a formar esa "cadena de favores", algunas veces dicha pero muchas otras totalmente en silencio, y mágicamente todo pasa y todo se acomoda.
Y un día, así sin darte cuenta, o tal vez dándote cuenta, de que por más que seas un granito de arena en un médano, sos también una parte del médano, y como todas las partes del médano, sos importante y valioso y podés aportar al bien común, te animás, te ofrecés, te la jugás a pasarte a la vereda de la empatía, ofreces tu ser completo, físico, espiritual, emocional, para ver si a alguien podés hacerle algo un poquito más llevadero.
Y seguramente en ese momento, no lo pensás, aunque lo sabés, que hoy estás de una vereda, pero mañana, o dentro de un rato, podés estar en la otra, y así sucesivamente, porque eso es la vida, y ahí empezás a ver...
Ves como aquel tímido "yo me puedo ofrecer para lo que pueda ser útil", se convierte en una catarata de cosas buenas que te suceden, entre otras que no lo son tanto. Ves como de golpe, tenés un ejército de ángeles, que corren en tu dirección, que te asisten desde con mensajes, con llamados, con invitaciones a mirar el mar, te dan su tiempo, se involucran con tus sentimientos, se ponen a las órdenes para acompañarte a hacer tal o cual cosa, con venir a conversar un rato, se hacen tiempo porque quieren hacérselo, te pasan mensajes de aliento, están ahí, a la hora que sea, el día que sea...
Ves aparecer profesionales, que además de ser excelentes en lo que hacen, son mejores personas aún, no te conocen, no saben quien sos, pero acomodan sus horarios a tu conveniencia, no tienen pereza en contestar una llamada a la hora que sea, no miran costos de dinero ni de tiempo, se cruzan la ciudad de una punta a la otra, con tal de aliviarte el dolor fisico o el del alma, que a veces es mucho más difícil de poder aliviar, te escuchan, te toman en cuenta, te hacen sentir un ser humano querido y contemplado, para ellos no sos solo un número de un sistema: sos una persona.
Ves aparecer amigas, amigos, personas, a los que tal vez en algún momento, vos también les tiraste un lazo, les tendiste la mano en un momento difícil, y soltaste, no esperaste ningún tipo de retribución, pero es eso, la vida vuelve, porque lo que se suelta, vuelve cuando tiene que volver...
Ves otras situaciones también, que duelen, lastiman, porque uno sabe que no debe generarse expectactivas de ningún tipo, pero son muchos años de pensar de la misma forma, y a veces no es tan sencillo no hacerlo, y esas cosas no suceden, quedan ahí, truncas, se van desgastando, se van muriendo... pero tal vez, ese es su destino, nadie lo sabe y si algo hemos venido aprendiendo, es que con la vida se fluye, que esto no es una "lucha", no es una "pulseada", esto es un fluir con los cambios, con lo que necesitamos nuevo en nuestra vida, para que nuestra vida, valga la redundancia, se renueve en plenitud y sea cada día más placentera y saludable..
Ves situaciones que mágicamente se transforman del día a la noche, donde de un borrón, se dejan de lado egos, actitudes egoístas, y pelotudeces grandes como edificios, para poner la magia en otro lado y hacer que todo siga sucediendo, donde se le vuelve a rendir culto a la amistad, a la solidaridad, donde se ve de golpe todo el camino andado en común, y ese es el camino por el que se elige seguir andando.
Ves que hay gente que entiende y gente que no. Ves que hay gente que no entiende ni aún cuando le expliques, cuando además en realidad, lo último que querés en ciertos momentos, es tener que dar explicaciones; porque es así, hay situaciones de vida, que se viven y punto, sin explicaciones, sin vueltas, sin preguntarse por qué, sino más bien viendo para qué.
Ves que a tu alrededor hay muchas personas en tu sintonía, y muchas otras que no. Muchas, tal vez demasiadas a mi modo de ver de este momento, preocupándose por cosas sin sentido, sin importancia, por cosas que de un soplido pueden desaparecer también como por arte de magia...
Ves gente que no crece, que sigue como los caballos, con los tapa ojos a los costados, y la vida les pasa y los golpea y los tira y los maltrata y ellos siguen cuales mastungos entrenados para caminar un único camino, sin ser capaces de ver y experimentar, que el único dueño de su destino y de su felicidad son ellos mismos, y se te sale el corazón del pecho por explicarles, pero es en vano, porque cada quien tiene que hacer su propio camino...
Ves que los milagros, se suceden una y otra vez, y agradecés, y a su vez, también entendés, que el día en el que vos decidiste hacer y soltar, todo comenzó a suceder. Ves que sos parte de esa cadena milagrosa, que gira sin parar, y a la que todos podemos ir aportando nuestro granito de arena, siempre y cuando hagamos y soltemos, porque el bien, lo que está bien hecho, lo que se hace de corazón se hace y se suelta...
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