Tal vez alguno de ustedes se habrá dado cuenta que estuve un poco "desparecida" del blog y las redes sociales... Una nueva internación y un nuevo paseo por el quirófano fueron los responsables.
No voy a entrar en demasiado detalle al respecto, tal vez después me inspire y vea algún lado de la internación que merece unos renglones, pero no en este momento, solo decirles que gracias a Dios, a la fuerza que le pongo y el amor que me sostiene de tantas maneras diferentes, salió todo bien y ya estoy en casa.
Sin embargo si quiero dedicarle unas líneas a mi cumpleaños número 41.
En estos años, he tenido cumpleaños de lo más variados: felices, de bajón, con mucha gente, con reuniones íntimas, con el corazón partido al medio por haber perdido ese mismo día a una de las personas que más quise en este mundo, con ganas de encerrarme, con ganas de celebrar la vida, pero jamás me imaginé que el de este año iba a ser tan diferente.
Quiero contarles que cada vez me convenzo más de que la voluntad es una fuerza mucho más poderosa que le energía eléctrica o la nuclear, que cada vez me convenzo más de que nuestros pensamientos son los que construyen nuestro presente y nuestro futuro y me convenzo también de que es absolutamente necesario que tomemos como un ejercicio más el aprender a pensar correctamente.
Hace unos meses cuando todo esto comenzó, supe que tenía que tener cuidado con mis pensamientos, no podía permitirme pensar negativamente o visualizar cosas incorrectas, porque eso sería fatal! Traté y trato por todos los medios de tener pensamientos positivos, de cambiar por una idea linda cada vez que un pensamiento feo o triste se me viene a la cabeza, trato de visualizarme sana, de que los estudios van dando bien, que puedo soportar los tratamientos, que salgo adelante de las cirugías y poniéndome metas a corto plazo siento que lo voy logrando.
Desde aquel momento traté de fijarme metas y visualizarme en distintos momentos que luego fui alcanzando: festejando el cumpleaños de mi hija, el de mi mamá, viéndome en el estadio cantando con Aerosmith y celebrando, este año tal vez más que nunca, mi cumpleaños.
Era tal la certeza que tenía de que iba a estar en casa para el día de mi cumple, que a pesar de que los días pasaban y yo seguía internada a la espera de que me dieran el ok para entrar al quirófano, yo seguía convencida de que ese día lo iba a poder pasar en casa y con la gente que quiero.
Así llegué a mi último día de 40 añitos, con la cirugía al fin de esa tarde, bancándola solo con anestesia local para que la recuperación fuera más rápida y la palabra del médico de que si todo estaba bien a la mañana siguiente iba a estar de alta.
Quería compartir esto con ustedes, porque tal vez parezca una nimiedad, pero si tomamos real conciencia en manejar correctamente nuestros pensamientos y nuestros deseos y los apoyamos con nuestras acciones todo puede resultar como esperamos.
Finalmente amanecí en el sanatorio en mi cumple número 41, pero un par de horas después ya estaba en casa con mi familia, alentando a la celeste primero y luego cocinando con todo el amor del mundo para celebrar con quienes fueron llegando esa nochecita.
No me vestí de una forma especial, ni me maquillé para tapar estas ojeritas que tengo producto de los tratamientos y de las noches en el sanatorio, sin embargo en las fotos de ese día me veo radiante, trasluciendo la felicidad de poder celebrar un año más junto a mi gente querida.
A seguir soñando, que se puede!
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