Hoy fue el fin de otra etapa: la radioterapia. Creo que debería estar contenta, de hecho estoy contenta, pero por momentos me siento mal, no se si la palabra es triste, creo que lo más acertado sería decir que me siento con miedo.
Es que por más voluntad que uno le ponga, por más actitud, por más que uno sea positivo, no es fácil.
No es fácil que te digan que tenés cáncer...
No es fácil que te digan que tenés metástasis de un cáncer primario...
No es fácil de un día para otro dejar de ser la persona activa a full que eras, para pasar a ser una persona que está rindiendo en un porcentaje ínfimo comparado con lo que era habitualmente...
No es fácil bancarse una internación de 30 días cuando entraste pensando que eran dos o tres días y te ibas para tu casa...
No es fácil estar internada y que busquen por todos lados y nadie encuentre donde tenés lo que tenés...
No es fácil lidiar con la burocracia, con la ineptitud de algunos médicos y personas relacionadas con la salud y con todos los trámites que implica estar "enfermo"...
No es fácil estirar la plata como un chicle, cuando los gastos se reproducen por todos lados y seguir manteniendo el equilibrio y no estresarte...
No es fácil tratar de ver el lado "lleno" de la botella, la parte positiva en lo que te va pasando día a día desde que te dicen tenés cáncer y en cada diagnóstico que va llegando después...
No es fácil someterse a un estudio y otro y otro y otro y poner cara de feliz cumpleaños, porque en definitiva sabés que te lo tenés que hacer igual porque es por tu bien, y que con mala cara es aún peor...
No es fácil que tus hijos te pregunten: verdad que no te vas a morir mamá?
No es fácil ver la cara de tus viejos con los ojos vidriosos y pensando seguramente, por qué esto no me pasó a mí en vez de a ella?
No es fácil ver a mi hermana darme para adelante y ver que no se quiebra delante mío para que yo siga sintiendo que está al pie del cañón dándome fuerza...
No es fácil ver que la vida sigue para todos, incluso para mí, pero que el resto vive más rápido que yo...
No es fácil enfrentarse día a día, semana a semana a los tratamientos y no saber cuando va a terminar la pesadilla...
No es fácil pensar que terminó, porque uno también es consciente que luego de los exámenes de control, el terminó puede convertirse en un continuará...
No es fácil NO PENSAR en lo que tenés, se te viene a la cabeza todo el tiempo...
No es fácil manejar la ansiedad, el tiempo pasa como un rayo y como una carreta a la vez...
No es fácil no pensar en la muerte, a pesar de que a todos nos va a llegar, por momentos sentís que te respira en la nuca...
No es fácil aprender a convivir con el dolor o el malestar físico...
No es fácil acostarte en la noche y que se te caigan las lágrimas
porque no sabés que es lo que se viene y mucho menos no tener alguien al
lado que te abrace y te diga, tranquila que esto ya va a pasar...
No es fácil transitar estos días de "licencia" de los tratamientos, aguardando los resultados para ver cuan efectivos resultaron...
No
es fácil enfrentarte a un estudio que sabés que es decisivo y
mantenerte entera para escuchar lo que haya que escuchar, sea bueno o
no...
No es fácil aprender que la vida es HOY, pero vale la pena aprenderlo porque realmente es así.
No es fácil transitar este camino, pero hacerlo acompañado, abriéndose al afecto que te dan las personas que te quieren bien se hace más llevadero.
No es fácil decir, hablar sobre esta maldita enfermedad, pero hacerlo me ha permitido sanarme desde otro lugar, me permite desahogarme y me ha permitido también conocer personas maravillosas que transitan por situaciones similares a la mía.
No es fácil exponerse contando, pero hacerlo ha hecho que "mi enfermedad" se minimice frente a otras historias de vida y a su vez se que mis relatos han ayudado a otros.
No es fácil, pero tampoco es imposible, porque hasta ahora yo he podido hacerlo, con mucho esfuerzo muchas veces, superando la tristeza o la angustia otras, llorando cuando siento que lo necesito y permitiéndome fluir cuando puedo hacerlo.
Hoy sentí la necesidad de contarles que no es fácil, claro que no lo es, y hacerlo no desde el lugar de la queja, sino del lugar de la aceptación. Es cierto que muchas cosas de las que me están tocando vivir son difíciles, pero es lo que me toca en este momento y lo que yo puedo hacer al respecto es elegir la manera de encararlas.
Sigo eligiendo la vida, la lucha, el día a día, las sonrisas, el sol, la música y todo lo que me haga sentir viva, sigo creyendo, sigo teniendo FE.
Mañana con mi nefrostomía a cuestas me voy a dar una zambullida de vida en el Estadio, disfrutando de Aerosmith con mi amiga del alma y cantando a "grito pelado" como lo he hecho siempre :)
Vivi
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