Desde niña, amo las fiestas! En general TODAS las fiestas, pero particularmente Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Año Nuevo.
Quería escribir algo al respecto, y como hace días vengo haciendo una carpeta con música que espero estar "Bailando" durante esas celebraciones, pensé que escribir algo ayudándome de algunas de esas canciones, podía ser una idea genial, y a su vez, es algo que tiene mucho que ver conmigo, así que acá va!
Cuando la mayoría de la gente está despotricando, rezongando por cómo, dónde y con quien va a pasar, yo estoy con un montón de ganas de que llegue ese momento. Bailando al ritmo de "Zumba" y con unas ganas infinitas de practicar el "Limbo" y el pasito de "Ziriguidum, mientras espero que llegue ese día.
Me encanta que nos juntemos, me encanta que pongamos la mejor onda y disposición, me encanta que muchas veces llegue a nuestra mesa un invitado que cobijamos porque no tenía con quien pasar y que cuando comienza el chiveo, le digamos: "Quiero verte bailar"!!!
Como en todas las familias, se notan las ausencias, se piensa en las cosas malas que pasaron, es inevitable pensar en todo lo que hemos pasado y a la vez darme cuenta que en el fondo y ni bien suenan un par de acordes, sigue saliendo de mi interior la "Chica brasileña" que siempre tiene ganas de sambar aunque no sepa y que ve la luz aún en la situación más oscura ;)
Tomo conciencia de que "Me acostumbré" a pensar en positivo, a "Vivir la vida" a full, a disfrutar cada momento, a aprovechar al máximo y a sentirme más fuerte cada vez que alguien me dice "Creo en ti".
Que cuando siento que las nubes negras vuelven a aproximarse, espero "Solo cinco minutos", respiro hondo, encuentro "La llave" y vuelvo a mi eje.
Hoy me encuentro como siempre, llena de "Adrenalina", contándoles a mis hijas, que lo más importante de todo, no es lo que vamos a comer, ni cuántos regalos vamos a poder comprar, lo más importante de todo es estar juntos y vivir el momento.
A mis amigos, a los que me leen y encuentran algo bueno en lo que escribo, decirles que aquí estoy, y que siempre que esté a mi alcance dar una mano con algo, cuentan conmigo, y que tengamos presente que aunque "Amores como el nuestro" parezca que cada vez hay menos, hay que apostar a multiplicarlos, porque el amor puede hacer del mundo un lugar mejor.
Ojalá haya podido transmitirles, el sentimiento que me provocan las fiestas, mientras, sigo cantando y armando la carpeta de música, y veo a mis dos tías compinches, a quienes secundé desde siempre en esto de ser anfitriona y preparar todo con amor, que me miran desde la habitación de al lado al decir de San Agustín, con cara cómplice, me sonríen y me dicen "Canta que la vida es una fiesta"!
Feliz Navidad!!!
Este post incluye las siguientes canciones:
Bailando - Enrique Iglesias
Zumba - Don Omar
Limbo - Daddy Yankee
Ziriguidum - Filhos De Jorge
Quiero verte bailar - Vi Em
Chica Brasileña - El Super Hobby
Me acostumbré - El Super Hobby
Vivir la vida - Marc Anthony
Creo en ti - Mala Tuya
Solo cinco minutos - Lucas Sugo
La llave - Agapornis
Adrenalina - Wisin Jennifer Lopez Ricky Martin
Amores como el nuestro - Mala tuya
Canta - Vi Em
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martes, 23 de diciembre de 2014
martes, 9 de diciembre de 2014
El enojo y la queja
Muchas veces estamos acostumbrados a quejarnos...
Muchas veces nos enojamos por tonterías...
Ante noche, abrí el Facebook, después de haber pasado un día lindo, con familia y gente amiga, haber disfrutado del día que estaba espectacular, etc. y vi la noticia de la muerte de un chico, un adolescente, por esta enfermedad tan injusta como otras, y me heló la sangre, el corazón y el alma.
Inmediatamente, mis lágrimas comenzaron a caer, mi enojo con Dios, comenzó a crecer, crecer y crecer, el sentimiento de impotencia, de injusticia, de no poder comprender el por qué.
Siempre digo, que me puedo bancar la enfermedad (algunos días mejor, otros peor), pero es algo que automáticamente me dispara el enojo y la rabia, cuando esta ataca a los niños o a la gente muy joven. No es que el resto merezca tenerla, pero de alguna forma, se me hace más fácil de acomodar, pero con los chicos no!
De inmediato, mi alma, trata de ubicar ese dolor en algún lado (y estamos hablando de un chico que yo no conocía, pero podría haber sido una de mis hijas, mis sobrinos, los hijos de los amigos, eso es indistinto, el dolor me invade igual), pienso en mi Fe, pienso en cuales serán las razones que aún no somos capaces de entender. Pienso que ya no sufre, pienso en que seguro estará en un lugar mejor, pienso en cuan egoístas somos los seres humanos, que nos aferramos a tener a nuestro ser querido a nuestro lado, muchas veces sin pensar en lo que está padeciendo...
Pienso, pienso y pienso. Pero siento distinto.
Hace unos momentos, volví a sentir lo mismo. La vida se llevó a otro chico, que tampoco conocía más allá de las redes, y como se lleva a tantos más por día, por hora, por segundo. A raíz de una enfermedad, de un accidente de tránsito, de un accidente doméstico... El dolor me volvió a atravesar.
Volví a pensar en esas familias, en como tienen que aprender a vivir con el corazón desgarrado, con el alma partida al medio, por más que el tiempo supongo que nos ayuda a acomodar el dolor y acostumbrarnos a vivir con él. Volví a mirar al cielo y a preguntarle, por qué? Pero la respuesta sigue sin llegar...
Sé que el enojo no conduce a nada, yo no estoy enojada con la enfermedad con la que tengo que aprender a vivir de por vida, porque tenemos claro que hoy puede estar, mañana no, y un día volver o que se vaya para siempre, pero cuando toca a los chicos, como me enoja! Como duele!
Lo primero que pensé el día de mi diagnóstico, fue: gracias Dios porque me lo mandaste a mí y no a mis hijas!!! Lo vuelvo a pensar cada vez que estos dolores me atraviesan...
Por último hacer un pedido "en voz alta": No te quejes! cada vez que te vayas a quejar de algo que es realmente insignificante, de algo que tiene solución, de algo a lo que le podés buscar la vuelta, no te quejes!!! La mayoría de la gente, se queja del frío, del calor, del gobierno, de la oposición, de estar gordo, de estar flaco, de tener más o menos dinero, de su pareja, de millones de cosas...
La próxima vez que te vayas a quejar, sobre todo en modo "automático", tomate unos segundos, y pensá en las cosas que realmente no tienen solución, como una enfermedad, un accidente, la pérdida de un hijo, un chico que deja su vida por la mitad... Supongo que te va a hacer sentir egoísta, y te va a dar ese cachetazo que muchas veces necesitamos para valorar más lo que nos rodea y para cambiar la queja por el agradecimiento.
Y en cuanto al enojo, ese maldito que te corroe y que hace que aflore lo peor de ti, abrile la puerta, dejalo entrar, pero sobre todo, dejalo salir!!! Nunca le des permiso para instalarse, porque ahí, estarás perdido.
P.D.: Al decir de San Agustín: La muerte no es nada. Solo he pasado a la habitación de al lado.
Muchas veces nos enojamos por tonterías...
Ante noche, abrí el Facebook, después de haber pasado un día lindo, con familia y gente amiga, haber disfrutado del día que estaba espectacular, etc. y vi la noticia de la muerte de un chico, un adolescente, por esta enfermedad tan injusta como otras, y me heló la sangre, el corazón y el alma.
Inmediatamente, mis lágrimas comenzaron a caer, mi enojo con Dios, comenzó a crecer, crecer y crecer, el sentimiento de impotencia, de injusticia, de no poder comprender el por qué.
Siempre digo, que me puedo bancar la enfermedad (algunos días mejor, otros peor), pero es algo que automáticamente me dispara el enojo y la rabia, cuando esta ataca a los niños o a la gente muy joven. No es que el resto merezca tenerla, pero de alguna forma, se me hace más fácil de acomodar, pero con los chicos no!
De inmediato, mi alma, trata de ubicar ese dolor en algún lado (y estamos hablando de un chico que yo no conocía, pero podría haber sido una de mis hijas, mis sobrinos, los hijos de los amigos, eso es indistinto, el dolor me invade igual), pienso en mi Fe, pienso en cuales serán las razones que aún no somos capaces de entender. Pienso que ya no sufre, pienso en que seguro estará en un lugar mejor, pienso en cuan egoístas somos los seres humanos, que nos aferramos a tener a nuestro ser querido a nuestro lado, muchas veces sin pensar en lo que está padeciendo...
Pienso, pienso y pienso. Pero siento distinto.
Hace unos momentos, volví a sentir lo mismo. La vida se llevó a otro chico, que tampoco conocía más allá de las redes, y como se lleva a tantos más por día, por hora, por segundo. A raíz de una enfermedad, de un accidente de tránsito, de un accidente doméstico... El dolor me volvió a atravesar.
Volví a pensar en esas familias, en como tienen que aprender a vivir con el corazón desgarrado, con el alma partida al medio, por más que el tiempo supongo que nos ayuda a acomodar el dolor y acostumbrarnos a vivir con él. Volví a mirar al cielo y a preguntarle, por qué? Pero la respuesta sigue sin llegar...
Sé que el enojo no conduce a nada, yo no estoy enojada con la enfermedad con la que tengo que aprender a vivir de por vida, porque tenemos claro que hoy puede estar, mañana no, y un día volver o que se vaya para siempre, pero cuando toca a los chicos, como me enoja! Como duele!
Lo primero que pensé el día de mi diagnóstico, fue: gracias Dios porque me lo mandaste a mí y no a mis hijas!!! Lo vuelvo a pensar cada vez que estos dolores me atraviesan...
Por último hacer un pedido "en voz alta": No te quejes! cada vez que te vayas a quejar de algo que es realmente insignificante, de algo que tiene solución, de algo a lo que le podés buscar la vuelta, no te quejes!!! La mayoría de la gente, se queja del frío, del calor, del gobierno, de la oposición, de estar gordo, de estar flaco, de tener más o menos dinero, de su pareja, de millones de cosas...
La próxima vez que te vayas a quejar, sobre todo en modo "automático", tomate unos segundos, y pensá en las cosas que realmente no tienen solución, como una enfermedad, un accidente, la pérdida de un hijo, un chico que deja su vida por la mitad... Supongo que te va a hacer sentir egoísta, y te va a dar ese cachetazo que muchas veces necesitamos para valorar más lo que nos rodea y para cambiar la queja por el agradecimiento.
Y en cuanto al enojo, ese maldito que te corroe y que hace que aflore lo peor de ti, abrile la puerta, dejalo entrar, pero sobre todo, dejalo salir!!! Nunca le des permiso para instalarse, porque ahí, estarás perdido.
P.D.: Al decir de San Agustín: La muerte no es nada. Solo he pasado a la habitación de al lado.
lunes, 1 de diciembre de 2014
Gente Tóxica
Hace unos días me decepcioné, una vez más...
Tal vez lo más doloroso, es sentirme decepcionada de mí misma, más que sentirme decepcionada por otro, por no poder darme cuenta más a tiempo de determinadas cosas, pero también he aprendido que darme latigazos no sirve de nada, es mejor analizar la situación para tratar de que no vuelva a suceder.
Dicen por ahí, que las decepciones, son causadas porque ponemos demasiadas expectativas en la gente, y luego, cuando estas expectativas no se cumplen, viene la decepción.
Dicen también, que a cada decepción le llega su olvido...
Como trato de ver en qué me equivoqué, cual fue mi error cuando sucede algo de este tipo, he decidido, poner en palabras lo que vengo masticando hace unos días, como siempre, para decírmelo primero a mi misma antes que decírselo a ustedes, porque poner en palabras no solo es una manera de exteriorizar, sino que además es una forma de dejar más ordenados y tener más claro los pensamientos.
Así es que llegué a la conclusión de que algunas veces, cuando uno está viviendo una situación de necesidad, es cuando uno se convierte en una especie de imán para gente tóxica, que a primera vista parece ser una panacea, pero al avanzar la historia termina siendo todo lo contrario.
Así es que estuve observando, algunos tipos de relaciones, y veo con dolor y pesar, que muchas veces cuando uno está enfermo, cuando uno está en una situación de soledad, cuando uno tiene necesidad de cariño, se le acercan persona o se aferra a personas, que como todos, tienen sus ángeles y demonios, solo que no logramos ver los demonios sino que solo vemos los ángeles y encima con una dimensión totalmente distinta a la que realmente tienen.
Así es que, a medida que el tiempo comienza a transcurrir, y uno comienza a estar emocionalmente un poco más sano, más fuerte, empieza a entrever esos demonios, que están ahí agazapados, teniendo cuidado de no mostrarse para no quedar en evidencia, pero que se traslucen por más esfuerzo que hagan por no aparecer.
Así es que, dependiendo de la fortaleza de cada uno, vamos a ser capaces no solo de reconocer a esta gente tóxica, sino además, de desprendernos de ella. No todos tenemos la fortaleza para hacerlo, y hacerlo seguramente implique un grado de dolor que tenemos que estar dispuestos a pasar, ya que el poder ver que hemos vuelto a equivocarnos al confiar en la persona equivocada es un nuevo fracaso, más aún si esa persona es nuestra pareja, como sucede en algunos casos, y se construyó una vida idealizando algo que no era tal...
Como todo en la vida, nos va a enseñar, y si somos lo suficientemente autoanalíticos, también vamos a poder revisar cual fue nuestro error y que es lo que tenemos que corregir para la próxima. A veces estar solos, o sentirnos enfermos, etc. nos deja en una situación de mayor vulnerabilidad, y abrimos demasiado las compuertas de nuestras vidas, y permitimos que entre a nuestra vida gente sin ningún tipo de examen previo...
De todas formas, y lo que quiero dejar más claro, es que SIEMPRE, SIEMPRE, podemos alejarnos de ese tipo de personas, que van a encargarse de hacernos sentir que "la culpa" es nuestra, somos nosotros los que no entendimos y los que no entendemos, que nos van a hacer sentir como que estamos "locos" porque nunca dijimos esto o aquello, que no van a respetar nuestros deseos ni nuestras opiniones, y que, hasta muchas veces van a lograr parte de su cometido haciéndonos dudar.
Pues no, no hay que dudar. Hay que agarrar al toro por las astas, hay que ponerle fin a esos vínculos corrosivos y destructivos. La gente tóxica puede ser una pareja, un hermano, un amigo, un jefe, un vecino, etc. El que te quiere, te hace bien. El que te quiere te respeta. El que te quiere no te lastima, ni te culpa. El que te quiere te cuida.
Alejémonos del drama sin motivo, alejémonos de la gente que nos hace mal.
La vida es una sola, y merecemos rodearnos de las cosas, personas y situaciones que nos hacen mejores personas y nos potencian a disfrutar más de la vida.
Tal vez lo más doloroso, es sentirme decepcionada de mí misma, más que sentirme decepcionada por otro, por no poder darme cuenta más a tiempo de determinadas cosas, pero también he aprendido que darme latigazos no sirve de nada, es mejor analizar la situación para tratar de que no vuelva a suceder.
Dicen por ahí, que las decepciones, son causadas porque ponemos demasiadas expectativas en la gente, y luego, cuando estas expectativas no se cumplen, viene la decepción.
Dicen también, que a cada decepción le llega su olvido...
Como trato de ver en qué me equivoqué, cual fue mi error cuando sucede algo de este tipo, he decidido, poner en palabras lo que vengo masticando hace unos días, como siempre, para decírmelo primero a mi misma antes que decírselo a ustedes, porque poner en palabras no solo es una manera de exteriorizar, sino que además es una forma de dejar más ordenados y tener más claro los pensamientos.
Así es que llegué a la conclusión de que algunas veces, cuando uno está viviendo una situación de necesidad, es cuando uno se convierte en una especie de imán para gente tóxica, que a primera vista parece ser una panacea, pero al avanzar la historia termina siendo todo lo contrario.
Así es que estuve observando, algunos tipos de relaciones, y veo con dolor y pesar, que muchas veces cuando uno está enfermo, cuando uno está en una situación de soledad, cuando uno tiene necesidad de cariño, se le acercan persona o se aferra a personas, que como todos, tienen sus ángeles y demonios, solo que no logramos ver los demonios sino que solo vemos los ángeles y encima con una dimensión totalmente distinta a la que realmente tienen.
Así es que, a medida que el tiempo comienza a transcurrir, y uno comienza a estar emocionalmente un poco más sano, más fuerte, empieza a entrever esos demonios, que están ahí agazapados, teniendo cuidado de no mostrarse para no quedar en evidencia, pero que se traslucen por más esfuerzo que hagan por no aparecer.
Así es que, dependiendo de la fortaleza de cada uno, vamos a ser capaces no solo de reconocer a esta gente tóxica, sino además, de desprendernos de ella. No todos tenemos la fortaleza para hacerlo, y hacerlo seguramente implique un grado de dolor que tenemos que estar dispuestos a pasar, ya que el poder ver que hemos vuelto a equivocarnos al confiar en la persona equivocada es un nuevo fracaso, más aún si esa persona es nuestra pareja, como sucede en algunos casos, y se construyó una vida idealizando algo que no era tal...
Como todo en la vida, nos va a enseñar, y si somos lo suficientemente autoanalíticos, también vamos a poder revisar cual fue nuestro error y que es lo que tenemos que corregir para la próxima. A veces estar solos, o sentirnos enfermos, etc. nos deja en una situación de mayor vulnerabilidad, y abrimos demasiado las compuertas de nuestras vidas, y permitimos que entre a nuestra vida gente sin ningún tipo de examen previo...
De todas formas, y lo que quiero dejar más claro, es que SIEMPRE, SIEMPRE, podemos alejarnos de ese tipo de personas, que van a encargarse de hacernos sentir que "la culpa" es nuestra, somos nosotros los que no entendimos y los que no entendemos, que nos van a hacer sentir como que estamos "locos" porque nunca dijimos esto o aquello, que no van a respetar nuestros deseos ni nuestras opiniones, y que, hasta muchas veces van a lograr parte de su cometido haciéndonos dudar.
Pues no, no hay que dudar. Hay que agarrar al toro por las astas, hay que ponerle fin a esos vínculos corrosivos y destructivos. La gente tóxica puede ser una pareja, un hermano, un amigo, un jefe, un vecino, etc. El que te quiere, te hace bien. El que te quiere te respeta. El que te quiere no te lastima, ni te culpa. El que te quiere te cuida.
Alejémonos del drama sin motivo, alejémonos de la gente que nos hace mal.
La vida es una sola, y merecemos rodearnos de las cosas, personas y situaciones que nos hacen mejores personas y nos potencian a disfrutar más de la vida.
viernes, 7 de noviembre de 2014
RMN - Concierto íntimo
Una de las cosas que vengo aprendiendo desde hace tiempo es a tener control, pero no el mismo tipo de control que tenía antes, ese que hacía que supiera donde estaba todo y todos en cada momento, o lo que había que hacer ahora, más tarde, mañana y la semana que viene, esos controles remotos los tiré al río hace rato, sino a controlarme en las diferentes situaciones que se me presentan.
Ayer volví a vivir una experiencia, de las que a mi entender (por lo que llevo vivido) debe necesitar más autocontrol: entrar a un resonador magnético.
La primera vez que visité uno, allá hace como un año y pico atrás, jamás me lo había imaginado como una posibilidad que podía llegar a vivir YO, no era más que una foto en una revista o un par de segundos en algún documental que había visto, y sin embargo, un día de golpe me dijeron que debía enfrentarme a uno.
Recuerdo ese día como si fuera hoy, mi primera impresión fue que me metían en un "tubular", una sensación espantosa, encima no había plan B, no se podía elegir otra opción, y entrar totalmente anestesiado tampoco era una chance. Algunas personas (obviamente con las mejores intenciones) además, habían reforzado mi idea de que era un lugar horroroso, que te sentías totalmente asfixiado, etc., etc., así y todo no quedaba otra: lo encaré. No fue TAN ESPANTOSO. Se soportó.
Cada visita al aparato, genera dos millones de emociones, que por supuesto no comienzan el día del estudio sino mucho antes, y no terminan hasta que el médico te traduce lo que dice el informe y te indica como vamos a seguir, aunque por supuesto vos el informe lo lees apenas llega a tus manos aunque sea para entender algo y deseando que las palabras nefastas no se hayan dado cita en aquella hojita. Los nervios de saber si todo sigue bien como la última vez que nos encontramos, las ganas de preguntar si ven algo "distinto" y la certeza de saber, que el camino no es por ahí. Hay que aprender a manejar la ansiedad y tratar de sentirse lo más seguro y positivo posible.
Ayer, creo que fue mi quinta visitar al resonador. Mi autocontrol mejoró, al punto de que una vez que estaba totalmente sujetada, como lo necesita el estudio, con los oídos cubiertos por unos protectores grandotes y entré en el aparato, cerré los ojos y aquel concierto de ruidos comenzó.
En vez de pensar cuánto tiempo faltaría para salir de allí, cambié la estrategia: respiré tranquila, me transporté, me imaginé que estaba en un concierto de esos que son super íntimos, en los que incluso muchas veces te dan unos auriculares para usar durante el mismo y el sonido viene por allí, en general creo que son de percusión, si no me equivoco Nico Arnicho hizo alguno el año pasado, y soñé, y volé, y mantuve mi autocontrol, esta vez mejor que nunca.
Antes que lo piensen, no había "fumado" nada antes de entrar, jeje, y les cuento esto, porque ojalá que no, pero si algún día tienen que encontrarse con una cosa de este tipo, tal vez se acuerden de mí y de que todo depende de la actitud con la que lo enfrentemos.
Anoche con sonidos bastante particulares, tuve un Concierto Intimo en RNM, y en algún momento hasta me encontré sonriendo por las mil y una maneras que encuentro para hacer que las cosas sean más llevaderas.
Ahora, toca esperar, la suerte ya está echada, y los deberes vienen siendo hechos.
Ayer volví a vivir una experiencia, de las que a mi entender (por lo que llevo vivido) debe necesitar más autocontrol: entrar a un resonador magnético.
La primera vez que visité uno, allá hace como un año y pico atrás, jamás me lo había imaginado como una posibilidad que podía llegar a vivir YO, no era más que una foto en una revista o un par de segundos en algún documental que había visto, y sin embargo, un día de golpe me dijeron que debía enfrentarme a uno.
Recuerdo ese día como si fuera hoy, mi primera impresión fue que me metían en un "tubular", una sensación espantosa, encima no había plan B, no se podía elegir otra opción, y entrar totalmente anestesiado tampoco era una chance. Algunas personas (obviamente con las mejores intenciones) además, habían reforzado mi idea de que era un lugar horroroso, que te sentías totalmente asfixiado, etc., etc., así y todo no quedaba otra: lo encaré. No fue TAN ESPANTOSO. Se soportó.
Cada visita al aparato, genera dos millones de emociones, que por supuesto no comienzan el día del estudio sino mucho antes, y no terminan hasta que el médico te traduce lo que dice el informe y te indica como vamos a seguir, aunque por supuesto vos el informe lo lees apenas llega a tus manos aunque sea para entender algo y deseando que las palabras nefastas no se hayan dado cita en aquella hojita. Los nervios de saber si todo sigue bien como la última vez que nos encontramos, las ganas de preguntar si ven algo "distinto" y la certeza de saber, que el camino no es por ahí. Hay que aprender a manejar la ansiedad y tratar de sentirse lo más seguro y positivo posible.
Ayer, creo que fue mi quinta visitar al resonador. Mi autocontrol mejoró, al punto de que una vez que estaba totalmente sujetada, como lo necesita el estudio, con los oídos cubiertos por unos protectores grandotes y entré en el aparato, cerré los ojos y aquel concierto de ruidos comenzó.
En vez de pensar cuánto tiempo faltaría para salir de allí, cambié la estrategia: respiré tranquila, me transporté, me imaginé que estaba en un concierto de esos que son super íntimos, en los que incluso muchas veces te dan unos auriculares para usar durante el mismo y el sonido viene por allí, en general creo que son de percusión, si no me equivoco Nico Arnicho hizo alguno el año pasado, y soñé, y volé, y mantuve mi autocontrol, esta vez mejor que nunca.
Antes que lo piensen, no había "fumado" nada antes de entrar, jeje, y les cuento esto, porque ojalá que no, pero si algún día tienen que encontrarse con una cosa de este tipo, tal vez se acuerden de mí y de que todo depende de la actitud con la que lo enfrentemos.
Anoche con sonidos bastante particulares, tuve un Concierto Intimo en RNM, y en algún momento hasta me encontré sonriendo por las mil y una maneras que encuentro para hacer que las cosas sean más llevaderas.
Ahora, toca esperar, la suerte ya está echada, y los deberes vienen siendo hechos.
sábado, 1 de noviembre de 2014
Ser mamá y no morir en el intento
No todas las mujeres soñamos con ser mamá, no para todas es una prioridad o algo a lo que queremos llegar en un punto de nuestras vidas, pero muchas sabemos desde pequeñitas que un día cumpliremos ese sueño.
Hay mucha idealización (a mi entender) de lo que es convertirse en mamá. Las revistas te muestran cosas bonitas, las personas escuchan la frase "voy a ser mamá" e inmediatamente largan un awwwww parecido a un aullido lleno de ternura, como si ser mamá te convirtiera automáticamente en otro ser, en uno diferente al que fuiste hasta ese momento de tu vida.
Y hay algo que es verdad, desde el momento en que nos convertimos en mamás, nuestra vida cambia y para siempre. Uno deja de ser el centro de su universo, para pasar a ser el satélite de la vida de sus hijos, y no digo esto de forma despectiva o con un dejo de tristeza, sino con la certeza de que uno pasa a un segundo plano. El corazón te lo roban tus hijos y eso es para siempre, incluso cuando son grandes y ya se fueron de casa a armar sus propias vidas.
A todas las mamás que conozco (o tal vez a la mayoría, para dejar un margen por las dudas), o al menos a todas las que se animan a decirlo, también las asaltan las incertidumbres, los miedos, las dudas, las confusiones: estaré haciendo esto bien? tiene que dormir solo o tiene que dormir conmigo? lo pongo en penitencia, o es muy chiquito para entender? le enseño hábitos desde pequeñito o ahora no vale la pena porque no entiende?... Creo que todas en algún momento del desarrollo de nuestra maternidad hemos sido atormentadas por estas preguntas, por más seguras de nosotras mismas que seamos, todo este mundo es nuevo.
Para los cientos de preguntas que aparecen, también y como es de esperar, llegan cientos de respuestas, de mamás más "experimentadas", de mamás de otras épocas, de otros "estilos" de mamás, de los diferentes pediatras con sus diferentes libritos, de las que nunca han sido mamás y por supuesto, de la platea masculina también.
No es sencillo atravesar este campo minado de sugerencias, de novedades, de exámenes que empezamos a rendir a diario, y no sentir en el intento, que hubiera sido más fácil ser de esas mujeres que deciden desde el vamos: yo no voy a tener hijos.
En el mismísimo microsegundo, pensás: y si hubiese decidido eso, cuánto me hubiera perdido? Me hubiese perdido la posibilidad de conocer el amor más puro, más grande y más incondicional que un ser humano puede experimentar, y nunca hubiese sido suficiente con que otro te lo contara.
Así, las mamás, comenzamos a andar, y cuando te parece que la cambiada de pañales, el dar la teta, la mamadera, el provechito no van a terminar nunca, entraron al jardín y están haciéndote una coreografía (con la motricidad que les corresponde a su edad) en la fiesta de fin de año!!! Sentís que el corazón se te parte en dos mil pedazos. Pero hay más!
Todavía no terminaste de aprender de memoria (no por falta de interés, sino porque las horas del día tendrían que multiplicarse por tres para que te diera el tiempo para todo) el día que viene el cuaderno viajero, el día que tienen piscina, y el día que hay merienda compartida, cuando de golpe, ya entraron y salieron de la escuela primaria...
Un día, vienen te cuentan que están practicando el Pericón, y te cae la ficha de que están en sexto año, de que en un suspiro más van a ser liceales, que cuando quieras ver, ya no vas a tener que preguntar mil veces al día: te lavaste los dientes? hicieste los deberes? te llevás un abrigo?
Si te toca la bolilla marcada (y ojalá que no), de un día para otro, llega una enfermedad devastadora y vos, antes que pensar en vos, pensás Gracias a Dios que fue a mí y no a ellas!!! y te preocupás y te morís de dolor y de culpa, al pensar que van a tener que enfrentarse a esto siendo tan chicas... Y ahí ves, tu trabajo de hormiga de tantos años: son maduras, solidarias, te apoyan y se apoyan entre sí, cada una a su manera, tira del carro siempre hacia adelante, y tenés la certeza de que juntas van a salir de eso. Y se sale, y te desborda el orgullo. Y la vida sigue...
De repente, ves que sus hábitos cambian, que están en la luna, y no es la adolescencia, ni la pre adolescencia, ni que tengan algún malestar físico: es que se enamoraron. Y vos, que ya fuiste y viniste, fuiste y viniste, fuiste y viniste (al decir de una de ellas: mamá, nunca entiendo que querés decir con esa frase), querrías evitarle todos los dolores del mundo, y sobre todo, los del corazón; pero sabés que no podés. Cada uno tiene que hacer su camino, y esto te demuestra cuán grandes están...
Y te emocionás, una y mil veces. Y en unos pocos minutos te quedás con la mirada perdida y como si fuera una película en cámara rápida, ves pasar las fotos de cuando les hiciste su primera torta, cuando les enseñaste a caminar, cuando festejaste que aprendieran a hacer pis, el día que llamaste a toda la familia para contarles que se había caído su primer diente, el primer golpe serio que hace que casi te de un infarto, pero claro, el infarto tendría que esperar a otro momento porque PRIMERO, si, siempre PRIMERO, están ellos.
Te morís de amor, al recordar también las veces que los pusiste en penitencia, sentaditos a pensar cuando eran chiquitos, explicándoles las cosas que habían hecho mal cuando eran un poquito más grandes, dejándolos sin compu, sin celu o sin salidas dependiendo del caso, las veces que las penitencias te dolieron más a vos que a ellos, pero sabías que no podías aflojar, porque los límites no solo son necesarios, sino que son una de las mayores demostraciones de cariño que los padres pueden darles a sus hijos.
Te das cuenta, que cuando están en tu casa, ésta está llena de bullicio, de cosas regadas por todos lados, de desorden o de orden a medias, pero cuando no están, el silencio parece que se multiplicara por mil, todo ese tiempo que deseabas tener "para vos" a veces parece hasta demasiado y extrañás TODO, inclusive rezongar un poco.
Muchas veces, los hijos no nos entienden, les parecemos pesados, imbancables, rezongones, etc. etc., porque están ahí, en el papel de hijos. Cuántas de nosotras, al empezar a desarrollar el rol de mamá, pensamos (aunque no lo hayamos dicho en voz alta), que razón tenían mis padres!!!
Tal vez un día, a ustedes también les pase y piensen, al final, no era la más mala!
Mientras tanto, quería contarles esto. Ser mamá y no morir en el intento, no es tarea fácil. Mucho menos cuando solo hay una mamá el cien por ciento del tiempo. No es sencillo dar el ejemplo, corregir, tratar de no repetir lo que no nos gusta, no equivocarnos, y en todos y cada uno de estos actos dar y demostrar amor.
Hoy que no están, y aunque sea solo por un rato, las extraño como si hiciera mil años que no las veo.
Hoy soy una agradecida por tenerlas, por ser y haber sido: cocinera, limpiadora, profesora de manualidades, peluquera, consejera, sicóloga, médica, maestra, rescatista y un sin fin de profesiones más que uno no tiene ni la menor idea que lleva adentro, y sin embargo ante la necesidad, las desarrolla sin problemas.
Hoy están más grandes, los límites son otros, pero el amor es el de siempre.
Hoy sé que una de ustedes, no va a leer todo esto y que la otra, con seguridad si, y además le va a hacer "el resumen" de lo que dice a su hermana, y las dos dirán: ay mamáaaaaaa!!!
Hoy estoy segura de que elegí la mejor profesión del mundo: ser su mamá.
Hay mucha idealización (a mi entender) de lo que es convertirse en mamá. Las revistas te muestran cosas bonitas, las personas escuchan la frase "voy a ser mamá" e inmediatamente largan un awwwww parecido a un aullido lleno de ternura, como si ser mamá te convirtiera automáticamente en otro ser, en uno diferente al que fuiste hasta ese momento de tu vida.
Y hay algo que es verdad, desde el momento en que nos convertimos en mamás, nuestra vida cambia y para siempre. Uno deja de ser el centro de su universo, para pasar a ser el satélite de la vida de sus hijos, y no digo esto de forma despectiva o con un dejo de tristeza, sino con la certeza de que uno pasa a un segundo plano. El corazón te lo roban tus hijos y eso es para siempre, incluso cuando son grandes y ya se fueron de casa a armar sus propias vidas.
A todas las mamás que conozco (o tal vez a la mayoría, para dejar un margen por las dudas), o al menos a todas las que se animan a decirlo, también las asaltan las incertidumbres, los miedos, las dudas, las confusiones: estaré haciendo esto bien? tiene que dormir solo o tiene que dormir conmigo? lo pongo en penitencia, o es muy chiquito para entender? le enseño hábitos desde pequeñito o ahora no vale la pena porque no entiende?... Creo que todas en algún momento del desarrollo de nuestra maternidad hemos sido atormentadas por estas preguntas, por más seguras de nosotras mismas que seamos, todo este mundo es nuevo.
Para los cientos de preguntas que aparecen, también y como es de esperar, llegan cientos de respuestas, de mamás más "experimentadas", de mamás de otras épocas, de otros "estilos" de mamás, de los diferentes pediatras con sus diferentes libritos, de las que nunca han sido mamás y por supuesto, de la platea masculina también.
No es sencillo atravesar este campo minado de sugerencias, de novedades, de exámenes que empezamos a rendir a diario, y no sentir en el intento, que hubiera sido más fácil ser de esas mujeres que deciden desde el vamos: yo no voy a tener hijos.
En el mismísimo microsegundo, pensás: y si hubiese decidido eso, cuánto me hubiera perdido? Me hubiese perdido la posibilidad de conocer el amor más puro, más grande y más incondicional que un ser humano puede experimentar, y nunca hubiese sido suficiente con que otro te lo contara.
Así, las mamás, comenzamos a andar, y cuando te parece que la cambiada de pañales, el dar la teta, la mamadera, el provechito no van a terminar nunca, entraron al jardín y están haciéndote una coreografía (con la motricidad que les corresponde a su edad) en la fiesta de fin de año!!! Sentís que el corazón se te parte en dos mil pedazos. Pero hay más!
Todavía no terminaste de aprender de memoria (no por falta de interés, sino porque las horas del día tendrían que multiplicarse por tres para que te diera el tiempo para todo) el día que viene el cuaderno viajero, el día que tienen piscina, y el día que hay merienda compartida, cuando de golpe, ya entraron y salieron de la escuela primaria...
Un día, vienen te cuentan que están practicando el Pericón, y te cae la ficha de que están en sexto año, de que en un suspiro más van a ser liceales, que cuando quieras ver, ya no vas a tener que preguntar mil veces al día: te lavaste los dientes? hicieste los deberes? te llevás un abrigo?
Si te toca la bolilla marcada (y ojalá que no), de un día para otro, llega una enfermedad devastadora y vos, antes que pensar en vos, pensás Gracias a Dios que fue a mí y no a ellas!!! y te preocupás y te morís de dolor y de culpa, al pensar que van a tener que enfrentarse a esto siendo tan chicas... Y ahí ves, tu trabajo de hormiga de tantos años: son maduras, solidarias, te apoyan y se apoyan entre sí, cada una a su manera, tira del carro siempre hacia adelante, y tenés la certeza de que juntas van a salir de eso. Y se sale, y te desborda el orgullo. Y la vida sigue...
De repente, ves que sus hábitos cambian, que están en la luna, y no es la adolescencia, ni la pre adolescencia, ni que tengan algún malestar físico: es que se enamoraron. Y vos, que ya fuiste y viniste, fuiste y viniste, fuiste y viniste (al decir de una de ellas: mamá, nunca entiendo que querés decir con esa frase), querrías evitarle todos los dolores del mundo, y sobre todo, los del corazón; pero sabés que no podés. Cada uno tiene que hacer su camino, y esto te demuestra cuán grandes están...
Y te emocionás, una y mil veces. Y en unos pocos minutos te quedás con la mirada perdida y como si fuera una película en cámara rápida, ves pasar las fotos de cuando les hiciste su primera torta, cuando les enseñaste a caminar, cuando festejaste que aprendieran a hacer pis, el día que llamaste a toda la familia para contarles que se había caído su primer diente, el primer golpe serio que hace que casi te de un infarto, pero claro, el infarto tendría que esperar a otro momento porque PRIMERO, si, siempre PRIMERO, están ellos.
Te morís de amor, al recordar también las veces que los pusiste en penitencia, sentaditos a pensar cuando eran chiquitos, explicándoles las cosas que habían hecho mal cuando eran un poquito más grandes, dejándolos sin compu, sin celu o sin salidas dependiendo del caso, las veces que las penitencias te dolieron más a vos que a ellos, pero sabías que no podías aflojar, porque los límites no solo son necesarios, sino que son una de las mayores demostraciones de cariño que los padres pueden darles a sus hijos.
Te das cuenta, que cuando están en tu casa, ésta está llena de bullicio, de cosas regadas por todos lados, de desorden o de orden a medias, pero cuando no están, el silencio parece que se multiplicara por mil, todo ese tiempo que deseabas tener "para vos" a veces parece hasta demasiado y extrañás TODO, inclusive rezongar un poco.
Muchas veces, los hijos no nos entienden, les parecemos pesados, imbancables, rezongones, etc. etc., porque están ahí, en el papel de hijos. Cuántas de nosotras, al empezar a desarrollar el rol de mamá, pensamos (aunque no lo hayamos dicho en voz alta), que razón tenían mis padres!!!
Tal vez un día, a ustedes también les pase y piensen, al final, no era la más mala!
Mientras tanto, quería contarles esto. Ser mamá y no morir en el intento, no es tarea fácil. Mucho menos cuando solo hay una mamá el cien por ciento del tiempo. No es sencillo dar el ejemplo, corregir, tratar de no repetir lo que no nos gusta, no equivocarnos, y en todos y cada uno de estos actos dar y demostrar amor.
Hoy que no están, y aunque sea solo por un rato, las extraño como si hiciera mil años que no las veo.
Hoy soy una agradecida por tenerlas, por ser y haber sido: cocinera, limpiadora, profesora de manualidades, peluquera, consejera, sicóloga, médica, maestra, rescatista y un sin fin de profesiones más que uno no tiene ni la menor idea que lleva adentro, y sin embargo ante la necesidad, las desarrolla sin problemas.
Hoy están más grandes, los límites son otros, pero el amor es el de siempre.
Hoy sé que una de ustedes, no va a leer todo esto y que la otra, con seguridad si, y además le va a hacer "el resumen" de lo que dice a su hermana, y las dos dirán: ay mamáaaaaaa!!!
Hoy estoy segura de que elegí la mejor profesión del mundo: ser su mamá.
lunes, 20 de octubre de 2014
Finde deshidratado :)
Quería escribir algo sobre lo que viví este fin de semana.
Como pasa algunas veces, fue un finde muy "social", muchos lugares donde asistir, muchas ganas de compartir esos momentos, dejando de lado el cansancio y algún que otro dolorcito, y aprontándome a vivir emociones intensas que sabía me llenarían los ojos de lágrimas.
Creo que culturalmente, las madres sabemos, que cuando lleguen los quince años de nuestras hijas, vamos a vivir un momento especial. Sí, lo sé, es una imposición cultural, pero lo siento así y sé que muchas de mis amigas también. Será por eso, que cada vez que veo entrar una quinceañera en su fiesta, y miro a sus padres recibiéndola, o veo que alguno de ellos ya no está, o veo a una madre guerrera, orgullosa y parada estoica con una sonrisa que era capaz de iluminar todo el salón por si sola, una mujer que fue capaz de sortear las adversidades que le ha puesto la vida y que siguió adelante con sus cicatrices como trofeo de guerra, inevitablemente pienso en cuando me toque vivir ese momento y las lágrimas se escapan solas, sin pedir permiso y sin tener en cuenta si alguien está mirando, eso lo viví el viernes.
El sábado, ocurriría una vez más, lo que yo llamo una "Reunión de Brujas". Desde épocas inmemoriales (con seguridad), cuando las mujeres se juntan, pasan cosas mágicas y el aire del lugar se llena de una energía super especial. Porque si es cierto que una mujer lo puede casi todo (por dejar un margen), cuando se junta con otras ese poder se multiplica y pueden pasar hasta cosas milagrosas. Esas reuniones, que pueden ser de amigas, de compañeras, de hermanas o de perfectas desconocidas, terminan convirtiéndose en un encuentro: eso fue lo que pasó el sábado.
Cientos de mujeres, unidas por una causa, poniendo la voluntad y las ganas por encima de cualquier obstáculo que se presentara, dándose unas a otras, abrazos, sonrisas, ánimo, caricias y besos que salían del fondo del alma. Conteniéndose, madres, hermanas, amigas, una comunión que surge casi espontáneamente y para la que no es necesario otra cosa que sentirse parte.
Las lágrimas también inundaban las mejillas: pero no era tristeza, era emoción, era reconocimiento a la lucha, de las que siguen luchando, de las que dejaron todo en la lucha.
Una vez más una lección de vida, esta vez teñida de rosado.
Las lágrimas siguieron apareciendo, esta vez con la noticia de que otra guerrera, estaba saliendo de una situación límite. Con uñas y dientes se había aferrado a la vida, su clan, la había llenado de energía, de rezos, de oraciones, de amor, y eso llegó, y eso hace que uno vuelva a creer, una vez más, en que los milagros existen.
El final del finde, fue con la celebración de la vida de un niño que también le ganó la pulseada a la adversidad. Esos ojitos llenos de ternura, esa sonrisa que hace que todo el resto de las cosas pasen a segundo plano, llenaban de luz la casa familiar repleta de amigos que celebrábamos la vida, la unión, la amistad y el amor una vez más. Mis lágrimas no faltaron a la cita...
Dos cosas puedo concluir de este finde tan deshidratado: cada día estoy más sensible y llorona, y la otra y seguramente la más importante: ojalá no esperemos que nos toque una situación límite para valorar la vida.
Vivi ♥
Como pasa algunas veces, fue un finde muy "social", muchos lugares donde asistir, muchas ganas de compartir esos momentos, dejando de lado el cansancio y algún que otro dolorcito, y aprontándome a vivir emociones intensas que sabía me llenarían los ojos de lágrimas.
Creo que culturalmente, las madres sabemos, que cuando lleguen los quince años de nuestras hijas, vamos a vivir un momento especial. Sí, lo sé, es una imposición cultural, pero lo siento así y sé que muchas de mis amigas también. Será por eso, que cada vez que veo entrar una quinceañera en su fiesta, y miro a sus padres recibiéndola, o veo que alguno de ellos ya no está, o veo a una madre guerrera, orgullosa y parada estoica con una sonrisa que era capaz de iluminar todo el salón por si sola, una mujer que fue capaz de sortear las adversidades que le ha puesto la vida y que siguió adelante con sus cicatrices como trofeo de guerra, inevitablemente pienso en cuando me toque vivir ese momento y las lágrimas se escapan solas, sin pedir permiso y sin tener en cuenta si alguien está mirando, eso lo viví el viernes.
El sábado, ocurriría una vez más, lo que yo llamo una "Reunión de Brujas". Desde épocas inmemoriales (con seguridad), cuando las mujeres se juntan, pasan cosas mágicas y el aire del lugar se llena de una energía super especial. Porque si es cierto que una mujer lo puede casi todo (por dejar un margen), cuando se junta con otras ese poder se multiplica y pueden pasar hasta cosas milagrosas. Esas reuniones, que pueden ser de amigas, de compañeras, de hermanas o de perfectas desconocidas, terminan convirtiéndose en un encuentro: eso fue lo que pasó el sábado.
Cientos de mujeres, unidas por una causa, poniendo la voluntad y las ganas por encima de cualquier obstáculo que se presentara, dándose unas a otras, abrazos, sonrisas, ánimo, caricias y besos que salían del fondo del alma. Conteniéndose, madres, hermanas, amigas, una comunión que surge casi espontáneamente y para la que no es necesario otra cosa que sentirse parte.
Las lágrimas también inundaban las mejillas: pero no era tristeza, era emoción, era reconocimiento a la lucha, de las que siguen luchando, de las que dejaron todo en la lucha.
Una vez más una lección de vida, esta vez teñida de rosado.
Las lágrimas siguieron apareciendo, esta vez con la noticia de que otra guerrera, estaba saliendo de una situación límite. Con uñas y dientes se había aferrado a la vida, su clan, la había llenado de energía, de rezos, de oraciones, de amor, y eso llegó, y eso hace que uno vuelva a creer, una vez más, en que los milagros existen.
El final del finde, fue con la celebración de la vida de un niño que también le ganó la pulseada a la adversidad. Esos ojitos llenos de ternura, esa sonrisa que hace que todo el resto de las cosas pasen a segundo plano, llenaban de luz la casa familiar repleta de amigos que celebrábamos la vida, la unión, la amistad y el amor una vez más. Mis lágrimas no faltaron a la cita...
Dos cosas puedo concluir de este finde tan deshidratado: cada día estoy más sensible y llorona, y la otra y seguramente la más importante: ojalá no esperemos que nos toque una situación límite para valorar la vida.
Vivi ♥
domingo, 5 de octubre de 2014
Todo por nuestros hijos ♥
El día en que me diagnosticaron, ya lo conté pero lo voy a volver a decir, lo primero que agradecí fue que la enfermedad me hubiera elegido a mi y no a mis hijas.
No es una frase hecha eso de que uno hace TODO por los hijos y que cambiaría de lugar las veces y en las circunstancias que fuera necesario para que ellos no sufrieran.
Porque no hay dolor más grande del que nos estruja el corazón cuando algo le sucede a un hijo y no tenemos en nuestras manos el poder de resolverlo y devolverles el bienestar. Porque no hay amor más grande que el que sienten los padres por sus hijos ni amor más incondicional y más infinito.
Verlos cuando son bebés con un simple resfrío ya nos deja el alma en vilo, imagínense cualquier cosa que sea mayor que eso, ni que hablar de casos extremos.
Es por esa razón, que siempre que veo que un niño necesita ayuda por un problema de salud, lo primero que me viene a la cabeza, es cómo estará el corazón de esos padres que no pueden proporcionarle lo que su niño necesita, y muchas veces lamentablemente, ni siquiera es una cuestión de dinero.
He visto a hermanas de la vida, amigas del alma, pasar cosas con sus hijos de esas que uno no quiere siquiera imaginar, las he visto volver a sonreír a pesar de haber pasado por esos momentos que ninguno de nosotros querría que un hijo atravesara, sé que su sonrisa en el fondo sigue teñida por aquel dolor, porque todo lo que le pase a nuestros hijos, nos modifica el alma y el corazón para siempre.
Hoy la vida me mostró otro cachetazo: otra vez esa situación que si tuviéramos chance cambiaríamos así tuviéramos que entregarle nuestra alma al diablo. Hoy tuve que decirle a otra hermana de mi vida, de esas con las que hemos sabido compartir todo desde hace varias décadas, que no hay explicación para las cosas que suceden, que lo único que creo que sirve en estos casos es tener FE, ser lo más positivos que podamos, llenar a ese niño de amor y contarle que todos estamos esperándolo.
Hoy les pido a todos, a los que tienen Fe en Dios, a los que creen en la energía, a los que creen en la magia, en la vida, en el poder del amor, que pidan por Mati. A vos Padre Pío, que tantas veces me acompañaste y me mostraste tu presencia mientras estaba andando el camino de la enfermedad (muchas veces con tristeza y desesperación), que lo ilumines, que lo llenes de fuerza, de salud, que cuides a su mamá, a su papá, a sus hermanitos, sobre todo al que está en la panza, que redobles en ellos la Fuerza y la Fe.
Confío en que pronto todo estará bien, y la visita que te debo, te la vamos a hacer juntas.
Te amo amiga ♥
No es una frase hecha eso de que uno hace TODO por los hijos y que cambiaría de lugar las veces y en las circunstancias que fuera necesario para que ellos no sufrieran.
Porque no hay dolor más grande del que nos estruja el corazón cuando algo le sucede a un hijo y no tenemos en nuestras manos el poder de resolverlo y devolverles el bienestar. Porque no hay amor más grande que el que sienten los padres por sus hijos ni amor más incondicional y más infinito.
Verlos cuando son bebés con un simple resfrío ya nos deja el alma en vilo, imagínense cualquier cosa que sea mayor que eso, ni que hablar de casos extremos.
Es por esa razón, que siempre que veo que un niño necesita ayuda por un problema de salud, lo primero que me viene a la cabeza, es cómo estará el corazón de esos padres que no pueden proporcionarle lo que su niño necesita, y muchas veces lamentablemente, ni siquiera es una cuestión de dinero.
He visto a hermanas de la vida, amigas del alma, pasar cosas con sus hijos de esas que uno no quiere siquiera imaginar, las he visto volver a sonreír a pesar de haber pasado por esos momentos que ninguno de nosotros querría que un hijo atravesara, sé que su sonrisa en el fondo sigue teñida por aquel dolor, porque todo lo que le pase a nuestros hijos, nos modifica el alma y el corazón para siempre.
Hoy la vida me mostró otro cachetazo: otra vez esa situación que si tuviéramos chance cambiaríamos así tuviéramos que entregarle nuestra alma al diablo. Hoy tuve que decirle a otra hermana de mi vida, de esas con las que hemos sabido compartir todo desde hace varias décadas, que no hay explicación para las cosas que suceden, que lo único que creo que sirve en estos casos es tener FE, ser lo más positivos que podamos, llenar a ese niño de amor y contarle que todos estamos esperándolo.
Hoy les pido a todos, a los que tienen Fe en Dios, a los que creen en la energía, a los que creen en la magia, en la vida, en el poder del amor, que pidan por Mati. A vos Padre Pío, que tantas veces me acompañaste y me mostraste tu presencia mientras estaba andando el camino de la enfermedad (muchas veces con tristeza y desesperación), que lo ilumines, que lo llenes de fuerza, de salud, que cuides a su mamá, a su papá, a sus hermanitos, sobre todo al que está en la panza, que redobles en ellos la Fuerza y la Fe.
Confío en que pronto todo estará bien, y la visita que te debo, te la vamos a hacer juntas.
Te amo amiga ♥
viernes, 3 de octubre de 2014
Valorar
Acabo de venir de un lugar, donde te cobran hasta para entrar a un baño! Así como lo leen, y no crean que pagando entran a un baño que parece un spa, está bastante lejos de eso.
Acabo de venir de un lugar, donde para acceder a cualquier museo, ruina, obra de arte, te cobran y no son dos pesos ni es "a voluntad"; de la misma forma que pasa en la mayoría de los países del mundo: uno debe pagar para ingresar a los museos. Pues eso en nuestro país no pasa.
Aquí, la mayoría de los museos (y no digo todos, porque seguramente me falta por conocer unos cuantos) son gratuitos y sin embargo la mayoría de la gente ni lo aprovecha ni lo valora.
Como por si eso fuera poco, el fin de semana del patrimonio, se abren las puertas de lugares que habitualmente no tenemos la posibilidad de conocer, y sin embargo sigue habiendo mucha gente que se queja porque tiene que hacer una cola para poder ingresar.
Tal vez parece utópico, pero que bueno sería si fuéramos capaces de valorar lo que tenemos no? Porque nadie dice que no haya cosas para mejorar, para arreglar, para hacer, pero por eso tenemos que dejar de ver lo que ya está? lo que está bien? yo creo que no...
En este bendito país, tenemos lugares increíbles: plazas, parques, casas antiguas, museos, obras de arte, lugares con historia, llenos de cultura y de vivencias, y cuántos de nosotros hacemos usufructo de ellos? Cuantos disfrutamos de ir o de llevar a nuestros hijos, sobrinos, amigos, a esos lugares tan maravillosos, que además de todo, SON GRATUITOS, como no lo son en ningú lugar del mundo?
Como todo, muchas veces los seres humanos necesitamos perder lo que tenemos para luego valorarlo, muchas veces los seres humanos, preferimos ver la mitad vacía de la botella en vez de la llena, muchas veces es más fácil criticar que hacer o que darle el mérito al que hizo.
Este fin de semana, podés salir, pasear, ver, conocer, y lo podés seguir haciendo el resto del año en un montón de lugares, pero sobre todo, no te olvides de VALORAR, todo lo que tenemos en este bendito país.
Vivi
Acabo de venir de un lugar, donde para acceder a cualquier museo, ruina, obra de arte, te cobran y no son dos pesos ni es "a voluntad"; de la misma forma que pasa en la mayoría de los países del mundo: uno debe pagar para ingresar a los museos. Pues eso en nuestro país no pasa.
Aquí, la mayoría de los museos (y no digo todos, porque seguramente me falta por conocer unos cuantos) son gratuitos y sin embargo la mayoría de la gente ni lo aprovecha ni lo valora.
Como por si eso fuera poco, el fin de semana del patrimonio, se abren las puertas de lugares que habitualmente no tenemos la posibilidad de conocer, y sin embargo sigue habiendo mucha gente que se queja porque tiene que hacer una cola para poder ingresar.
Tal vez parece utópico, pero que bueno sería si fuéramos capaces de valorar lo que tenemos no? Porque nadie dice que no haya cosas para mejorar, para arreglar, para hacer, pero por eso tenemos que dejar de ver lo que ya está? lo que está bien? yo creo que no...
En este bendito país, tenemos lugares increíbles: plazas, parques, casas antiguas, museos, obras de arte, lugares con historia, llenos de cultura y de vivencias, y cuántos de nosotros hacemos usufructo de ellos? Cuantos disfrutamos de ir o de llevar a nuestros hijos, sobrinos, amigos, a esos lugares tan maravillosos, que además de todo, SON GRATUITOS, como no lo son en ningú lugar del mundo?
Como todo, muchas veces los seres humanos necesitamos perder lo que tenemos para luego valorarlo, muchas veces los seres humanos, preferimos ver la mitad vacía de la botella en vez de la llena, muchas veces es más fácil criticar que hacer o que darle el mérito al que hizo.
Este fin de semana, podés salir, pasear, ver, conocer, y lo podés seguir haciendo el resto del año en un montón de lugares, pero sobre todo, no te olvides de VALORAR, todo lo que tenemos en este bendito país.
Vivi
miércoles, 1 de octubre de 2014
Todos los días es época de elecciones
Estamos en época de elecciones, estamos bombardeados por todos lados: jingles, gráfica, radio, televisión, hasta cuando abrimos páginas de internet que no son de nuestro país, vemos publicidades políticas!
Hay un par de cosas que me gustaría decir al respecto. Sea cual sea tu inclinación política, no te quedes afuera. Vivimos en una democracia y tenemos el derecho de elegir a nuestros representantes, hagamos uso de ese derecho! Atrás quedaron, no por suerte sino por lucha, los tiempos oscuros donde las cosas nos eran impuestas y no podíamos no solo no abrir la boca, sino que hasta nos estaba "prohibido" pensar distinto, entonces, cuidemos y defendamos la democracia. Darle un voto a las ideas que más se corresponden con las tuyas, a esa persona que crees que te representa o a ninguna si es que no te sentís representado, es tu manera de hacerte escuchar.
Por fuera de las elecciones políticas, no te olvides, que TODOS LOS DIAS son días de elecciones: vos tenés en tus manos elegir!
Elegir como vivir, con quien, a quien querés escuchar, a quien no, con quien querés vincularte y a quien querés tener bien lejos. Elegir para tu vida lo que te hace bien, sean momentos, personas, trabajos, sentimientos.
Elegir es un derecho que tenemos todos y que muchas veces nos olvidamos de poner en práctica. Cuando te quejás por estar viviendo tal o cual situación, te ponés a pensar que en tus manos tenés el poder de elegir que sea diferente?
Si, sé que muchas veces, se nos presentan situaciones en la vida que no elegimos, y estate tranquilo que lo sé de sobra, pero aún así, tenés el poder de elegir cual va a ser tu actitud frente a esa situación que se te presenta.
Nadie puede elegir por ti, o por lo menos nadie debería hacerlo. Tomar tal o cual elección, solo depende de donde quieras llegar, cómo y con quién. Está claro que no todas las elecciones son fáciles y que corremos riesgos cada vez que tomamos una, pero es la única forma que tenemos de trabajar para vivir como queremos.
Así que sea una elección política, una elección laboral, una elección emocional, no dejes que otros elijan por ti.
Celebro a las personas que se la juegan eligiendo y que respetan las elecciones de los demás.
Vivi
Hay un par de cosas que me gustaría decir al respecto. Sea cual sea tu inclinación política, no te quedes afuera. Vivimos en una democracia y tenemos el derecho de elegir a nuestros representantes, hagamos uso de ese derecho! Atrás quedaron, no por suerte sino por lucha, los tiempos oscuros donde las cosas nos eran impuestas y no podíamos no solo no abrir la boca, sino que hasta nos estaba "prohibido" pensar distinto, entonces, cuidemos y defendamos la democracia. Darle un voto a las ideas que más se corresponden con las tuyas, a esa persona que crees que te representa o a ninguna si es que no te sentís representado, es tu manera de hacerte escuchar.
Por fuera de las elecciones políticas, no te olvides, que TODOS LOS DIAS son días de elecciones: vos tenés en tus manos elegir!
Elegir como vivir, con quien, a quien querés escuchar, a quien no, con quien querés vincularte y a quien querés tener bien lejos. Elegir para tu vida lo que te hace bien, sean momentos, personas, trabajos, sentimientos.
Elegir es un derecho que tenemos todos y que muchas veces nos olvidamos de poner en práctica. Cuando te quejás por estar viviendo tal o cual situación, te ponés a pensar que en tus manos tenés el poder de elegir que sea diferente?
Si, sé que muchas veces, se nos presentan situaciones en la vida que no elegimos, y estate tranquilo que lo sé de sobra, pero aún así, tenés el poder de elegir cual va a ser tu actitud frente a esa situación que se te presenta.
Nadie puede elegir por ti, o por lo menos nadie debería hacerlo. Tomar tal o cual elección, solo depende de donde quieras llegar, cómo y con quién. Está claro que no todas las elecciones son fáciles y que corremos riesgos cada vez que tomamos una, pero es la única forma que tenemos de trabajar para vivir como queremos.
Así que sea una elección política, una elección laboral, una elección emocional, no dejes que otros elijan por ti.
Celebro a las personas que se la juegan eligiendo y que respetan las elecciones de los demás.
Vivi
domingo, 28 de septiembre de 2014
Pasando en limpio
Hace cuestión de un año y medio, mi vida quedó patas para arriba. De golpe, todas las estructuras que había venido construyendo durante años, perdieron estabilidad, muchas de ellas se desmoronaron, otras sufrieron graves fracturas, algunas permanecieron en pie pero no sin sufrir los embates de aquel cataclismo, los controles remotos (poseía unos cuantos) dejaron de funcionar, hubo que empezar de nuevo, más que de cero, como de menos cincuenta...
Tuve algunos minutos, para tratar de reaccionar frente a lo que me estaba pasando, porque fueron eso, minutos. Esos minutos que me di entre que salí de la consulta llorando con una angustia que ahogaba y decidí cómo me iba a enfrentar a esa situación, esos minutos eternos, esos minutos tan valiosos, que me dieron el tiempo necesario para aceptar que iba a hacerle frente como he hecho con todo en la vida: poniendo la cara, el pecho, el corazón y toda mi energía para salir de esa situación.
Como muchos de ustedes se imaginarán, todo el tiempo transcurrido no fue fácil, no era tarea sencilla mantener el espíritu en alto, la energía bien enfocada, cuidar del cuerpo mientras era bombardeado de mil y una formas por dentro y por fuera, pero cada vez que empezaba a ir cuesta abajo, algo que está muy dentro mío me gritaba que no aflojara, que no me rindiera, que se podía un esfuercito más, que había que sacar fuerzas de los lugares más inimaginables, que había que echar mano a los recursos más impensados...
Uno de los recursos que apareció una madrugada donde todo estaba MUY NEGRO, donde los pensamientos que venían a mi mente no eran para nada alentadores, ni positivos, ni auguriosos, fue el recurso de soñar. Me pregunté a mi misma (para no pensar en esas cosas tan horribles que me acechaban), qué le pediría al genio de la lámpara si apareciera delante mío, y casi de inmediato contesté, que si ya estuviera sana (obviamente ese iba a ser mi primer deseo) el deseo siguiente sería visitar un lugar al que toda la vida quise ir: instantáneamente vinieron a mi cabeza dos lugares con los que siempre soñé: Egipto y Machu Picchu.
Fue allí, y casi como un juego para espantar fantasmas que no quería que me rondaran, que me dije: voy a soñar en grande, voy a ponerme una meta, voy a sanarme y ni bien los doctores me habiliten, voy a ir a cumplir un sueño: el destino elegido Machu Picchu, la persona que me iba a acompañar, mi viejo. Ese hombre que me enseñó (junto con mi mamá), que uno tiene que pelear por lo que quiere, que tiene que trabajar para ello, que las condiciones que nos presenta la vida no son excusas para no progresar, para no jugársela por lo que uno quiere, ese hombre que se bancó durante año y pico sillones de quimio, salas de espera de radio, diagnósticos médicos sin anestesia, resultados de los más diversos, ese hombre que había hecho de tripas corazón, iba a ser el elegido para acompañarme a cumplir un nuevo sueño.
Por qué les cuento todo esto? Por la misma razón por la que comencé a escribir este blog hace un año atrás: para contármelo a mi misma, para dejar por escrito, constancia de que se puede, de que muchas veces no es fácil, pero nada se pierde con intentarlo y todo se pierde si uno no lo intenta. Sea en el ámbito de la vida que sea, el primer paso es querer y el segundo trabajar para ello: para sanarse, para cumplir un deseo, para llegar a la meta, para ser feliz y si tal vez no llegáramos al final deseado, seguro habremos disfrutado del viaje.
Hoy después de haber realizado uno de mis sueños, de haber subido y bajado miles de escalones de piedra, de haber tocado y sentido la energía de lugares que están ahí vaya a saber uno desde cuando, de haber cambiado el miedo a que me pudiera pasar algo por la adrenalina que genera el hecho de que nos pasen cosas, estoy convencida no solo de que hay que soñar y salir en busca de lo que queremos, sino que además una de las mejores sorpresas que puede darnos la vida es sacudirnos las estanterías y obligarnos a abrir la cabeza y el corazón para recibir cosas nuevas.
Vivir es crecer, modificarse, reinventarse, ser otro y ser el mismo.
Abrazo y agradezco a la vida, con fuerza, con energía, con Fe.
Sigo estando dispuesta a recibir lo que se venga con los brazos abiertos.
Ojalá haya logrado sembrar, aunque sea en una de las personas que me lee, que vale la pena intentarlo una y otra vez y que decidirse a poner todo para lograr lo que más ansiamos, tal vez sea la mejor decisión que tomemos en nuestra vida.
Vivi
Tuve algunos minutos, para tratar de reaccionar frente a lo que me estaba pasando, porque fueron eso, minutos. Esos minutos que me di entre que salí de la consulta llorando con una angustia que ahogaba y decidí cómo me iba a enfrentar a esa situación, esos minutos eternos, esos minutos tan valiosos, que me dieron el tiempo necesario para aceptar que iba a hacerle frente como he hecho con todo en la vida: poniendo la cara, el pecho, el corazón y toda mi energía para salir de esa situación.
Como muchos de ustedes se imaginarán, todo el tiempo transcurrido no fue fácil, no era tarea sencilla mantener el espíritu en alto, la energía bien enfocada, cuidar del cuerpo mientras era bombardeado de mil y una formas por dentro y por fuera, pero cada vez que empezaba a ir cuesta abajo, algo que está muy dentro mío me gritaba que no aflojara, que no me rindiera, que se podía un esfuercito más, que había que sacar fuerzas de los lugares más inimaginables, que había que echar mano a los recursos más impensados...
Uno de los recursos que apareció una madrugada donde todo estaba MUY NEGRO, donde los pensamientos que venían a mi mente no eran para nada alentadores, ni positivos, ni auguriosos, fue el recurso de soñar. Me pregunté a mi misma (para no pensar en esas cosas tan horribles que me acechaban), qué le pediría al genio de la lámpara si apareciera delante mío, y casi de inmediato contesté, que si ya estuviera sana (obviamente ese iba a ser mi primer deseo) el deseo siguiente sería visitar un lugar al que toda la vida quise ir: instantáneamente vinieron a mi cabeza dos lugares con los que siempre soñé: Egipto y Machu Picchu.
Fue allí, y casi como un juego para espantar fantasmas que no quería que me rondaran, que me dije: voy a soñar en grande, voy a ponerme una meta, voy a sanarme y ni bien los doctores me habiliten, voy a ir a cumplir un sueño: el destino elegido Machu Picchu, la persona que me iba a acompañar, mi viejo. Ese hombre que me enseñó (junto con mi mamá), que uno tiene que pelear por lo que quiere, que tiene que trabajar para ello, que las condiciones que nos presenta la vida no son excusas para no progresar, para no jugársela por lo que uno quiere, ese hombre que se bancó durante año y pico sillones de quimio, salas de espera de radio, diagnósticos médicos sin anestesia, resultados de los más diversos, ese hombre que había hecho de tripas corazón, iba a ser el elegido para acompañarme a cumplir un nuevo sueño.
Por qué les cuento todo esto? Por la misma razón por la que comencé a escribir este blog hace un año atrás: para contármelo a mi misma, para dejar por escrito, constancia de que se puede, de que muchas veces no es fácil, pero nada se pierde con intentarlo y todo se pierde si uno no lo intenta. Sea en el ámbito de la vida que sea, el primer paso es querer y el segundo trabajar para ello: para sanarse, para cumplir un deseo, para llegar a la meta, para ser feliz y si tal vez no llegáramos al final deseado, seguro habremos disfrutado del viaje.
Hoy después de haber realizado uno de mis sueños, de haber subido y bajado miles de escalones de piedra, de haber tocado y sentido la energía de lugares que están ahí vaya a saber uno desde cuando, de haber cambiado el miedo a que me pudiera pasar algo por la adrenalina que genera el hecho de que nos pasen cosas, estoy convencida no solo de que hay que soñar y salir en busca de lo que queremos, sino que además una de las mejores sorpresas que puede darnos la vida es sacudirnos las estanterías y obligarnos a abrir la cabeza y el corazón para recibir cosas nuevas.
Vivir es crecer, modificarse, reinventarse, ser otro y ser el mismo.
Abrazo y agradezco a la vida, con fuerza, con energía, con Fe.
Sigo estando dispuesta a recibir lo que se venga con los brazos abiertos.
Ojalá haya logrado sembrar, aunque sea en una de las personas que me lee, que vale la pena intentarlo una y otra vez y que decidirse a poner todo para lograr lo que más ansiamos, tal vez sea la mejor decisión que tomemos en nuestra vida.
Vivi
martes, 9 de septiembre de 2014
No dejes de soñar
Hoy más temprano, leí un tweet de un "famoso" afectado por el cáncer, que inmediatamente me llevó a contestarle, linkeándolo (si es que existe esta palabreja, y sino la acabo de inventar) a este, mi humilde blog. Acto seguido, casi con un diálogo interno al que le faltaba un pelín para ser externo, me dije: para que le escribes a esta persona, que tiene miles de seguidores y jamás te va a leer? Mi otro yo contestó: por qué no? Quien te da la seguridad de que no te va a leer? y eso inmediatamente me llevó como si fuera una reacción en cadena, a otro lugar: el de los sueños.
No es que yo soñara con que esta persona me leyera o me contestara, pero, y si fuera eso, por qué no podría soñar con eso?
Por qué razón, las personas muchas veces nos ponemos límites en lo que soñamos? Seguramente por algo socialmente mal aprendido, mejor dicho bien aprendido pero mal enseñado. NADIE puede decirnos esto NO LO PUEDES HACER o NI LO SUEÑES!!!
Por qué? Quién dice lo que es mucho o poco? Alguien que cree tener la regla de lo posible o lo imposible? Esa que separa a las personas en las que son merecedoras de recibir tal o cual cosa y las que no? Pues yo estoy totalmente en desacuerdo con eso. Muy por el contrario, creo que una persona que sueña, una persona que persigue sus sueños, convencida de que algún día los alcanzará, es una persona que vive motivada, que se esmera y se esfuerza por conseguir aquello que quiere, y ojo, ese sueño puede ser material o inmaterial. No todos soñamos con una casa con piscina o un viaje por el Caribe, todos soñamos distinto, pero lo que tenemos en común es que todos podemos soñar.
Cuando te convencen de que no podés soñar, con frases como "ni lo sueñes", "no lo intentes", "eso no es para vos", etc., etc., te talan como a un árbol, te sacan una de las partes más importantes que tienes como persona: el pensar que podés aspirar a otras cosas, que podés sentirte merecedor de ellas, que podés crear cosas que en otro momento ni hubieses imaginado, y lo mejor de todo: que podés llegar a conseguirlas.
Por esta misma razón, mi tweet con el link siguió su camino, no sé si esa persona "famosa" lo leerá o no, si seré uno más de sus miles de seguidores, o no, pero no hay peor gestión que la que no se realiza, no apreté la tecla "borrar" pensando que eso era demasiado para mí.
No se limiten en esto de soñar, no dejen que los limite una persona o varias, una circunstancia mala o muchas, un diagnóstico jodido o un sin fin de ellos, sigan soñando, con mucha, mucha fuerza, porque eso no lo puede regular nadie.
Yo sigo trabajando para cumplir mis sueños y sigo creando sueños nuevos, al fin y al cabo, de eso se trata también vivir.
Sueñen lindo, sueñen en grande, y hagan todo para cumplirlo!
No es que yo soñara con que esta persona me leyera o me contestara, pero, y si fuera eso, por qué no podría soñar con eso?
Por qué razón, las personas muchas veces nos ponemos límites en lo que soñamos? Seguramente por algo socialmente mal aprendido, mejor dicho bien aprendido pero mal enseñado. NADIE puede decirnos esto NO LO PUEDES HACER o NI LO SUEÑES!!!
Por qué? Quién dice lo que es mucho o poco? Alguien que cree tener la regla de lo posible o lo imposible? Esa que separa a las personas en las que son merecedoras de recibir tal o cual cosa y las que no? Pues yo estoy totalmente en desacuerdo con eso. Muy por el contrario, creo que una persona que sueña, una persona que persigue sus sueños, convencida de que algún día los alcanzará, es una persona que vive motivada, que se esmera y se esfuerza por conseguir aquello que quiere, y ojo, ese sueño puede ser material o inmaterial. No todos soñamos con una casa con piscina o un viaje por el Caribe, todos soñamos distinto, pero lo que tenemos en común es que todos podemos soñar.
Cuando te convencen de que no podés soñar, con frases como "ni lo sueñes", "no lo intentes", "eso no es para vos", etc., etc., te talan como a un árbol, te sacan una de las partes más importantes que tienes como persona: el pensar que podés aspirar a otras cosas, que podés sentirte merecedor de ellas, que podés crear cosas que en otro momento ni hubieses imaginado, y lo mejor de todo: que podés llegar a conseguirlas.
Por esta misma razón, mi tweet con el link siguió su camino, no sé si esa persona "famosa" lo leerá o no, si seré uno más de sus miles de seguidores, o no, pero no hay peor gestión que la que no se realiza, no apreté la tecla "borrar" pensando que eso era demasiado para mí.
No se limiten en esto de soñar, no dejen que los limite una persona o varias, una circunstancia mala o muchas, un diagnóstico jodido o un sin fin de ellos, sigan soñando, con mucha, mucha fuerza, porque eso no lo puede regular nadie.
Yo sigo trabajando para cumplir mis sueños y sigo creando sueños nuevos, al fin y al cabo, de eso se trata también vivir.
Sueñen lindo, sueñen en grande, y hagan todo para cumplirlo!
miércoles, 23 de julio de 2014
A no pensar en espiral
Algunas veces, comenzamos a pensar y a vivir en forma de espiral, nos vamos enroscando en nuestras propias decisiones, y lo que muchas veces es peor aún, en nuestros propios pensamientos.
Así es como nos comienza a asfixiar cada vez más la idea de que no hay salida, ya sea de una situación económica, una situación emocional, una situación laboral, y al seguir en ese modo "espiral" somos incapaces de permitirnos ver las OPORTUNIDADES que pueden presentarse para modificar esa situación, porque es eso una situación.
Muchas veces nos cuesta entender que por más complejo y apocalíptico que parezca, no es más que una situación. Muchas veces no somos capaces de ver, que mientras estamos vivos, tenemos la posibilidad de salir a cambiar nuestra realidad. Claro que la realidad no se cambia de un día para otro ni es un "soplar y hacer botella", pero si uno quiere y apuesta a ello, la realidad se convierte en esa que nosotros queremos que sea.
Se que hay amigos, que están viendo solo las nubes de tormenta, a los que les parece que NO HAY SALIDA y a ellos les cuento que si la hay, claro que la hay, el primer paso es abandonar el espiral.
Pensemos y actuemos positivamente, aprendamos a desterrar los viejos hábitos que no nos aportan cosas buenas, seamos pacientes, apostemos, visualicemos nuestros "problemas" resueltos, confiemos en que las soluciones llegan, y actuemos en consecuencia para que eso suceda.
Dejemos la queja que lo único que atrae es más de lo mismo. Aprendamos a agradecer hasta lo que parece más insignificante y muchas veces es lo más importante.
Tengamos FE.
Así es como nos comienza a asfixiar cada vez más la idea de que no hay salida, ya sea de una situación económica, una situación emocional, una situación laboral, y al seguir en ese modo "espiral" somos incapaces de permitirnos ver las OPORTUNIDADES que pueden presentarse para modificar esa situación, porque es eso una situación.
Muchas veces nos cuesta entender que por más complejo y apocalíptico que parezca, no es más que una situación. Muchas veces no somos capaces de ver, que mientras estamos vivos, tenemos la posibilidad de salir a cambiar nuestra realidad. Claro que la realidad no se cambia de un día para otro ni es un "soplar y hacer botella", pero si uno quiere y apuesta a ello, la realidad se convierte en esa que nosotros queremos que sea.
Se que hay amigos, que están viendo solo las nubes de tormenta, a los que les parece que NO HAY SALIDA y a ellos les cuento que si la hay, claro que la hay, el primer paso es abandonar el espiral.
Pensemos y actuemos positivamente, aprendamos a desterrar los viejos hábitos que no nos aportan cosas buenas, seamos pacientes, apostemos, visualicemos nuestros "problemas" resueltos, confiemos en que las soluciones llegan, y actuemos en consecuencia para que eso suceda.
Dejemos la queja que lo único que atrae es más de lo mismo. Aprendamos a agradecer hasta lo que parece más insignificante y muchas veces es lo más importante.
Tengamos FE.
martes, 22 de julio de 2014
22 de julio - Día del Sobreviviente de Cáncer
Quien no se siente sobreviviente de cáncer?
Porque ser sobreviviente, no es solo haber salido vivo de la enfermedad, ser sobreviviente son tantas cosas más...
Sobreviviente es aquel que pudo escuchar el diagnóstico, y siguió adelante.
Sobreviviente es el que quiso saber toda la verdad para saber a lo que se enfrentaba y el que pidió no saberla porque creyó que la iba a pelear mejor así.
Sobreviviente es el familiar que no abandonó, el que ajustó sus rutinas, acomodó sus horarios, sus tiempos, para dar una mano al que estaba viviendo la batalla en carne propia.
Sobreviviente es la pareja que se banca el susto y le dice al otro: vos dale para adelante, que yo voy a estar contigo.
Sobrevivientes son los hijos, que aprenden a vivir con una mamá o un papá con un poco menos de energía, que muchas veces necesita ser cuidado además de cuidar, que tal vez no puede estar presente en todo como lo hacía antes, pero que está enseñándoles una de las mayores lecciones de la vida: a luchar y no bajar los brazos.
Sobreviviente es el amigo que se queda, el que hace lo que puede, el que acompaña en el sanatorio, el que reza, el que llama por teléfono, el que se quedó sin saber que decir y no dice pero sigue estando.
Sobreviviente el que pudo enfrentarse con tubos, jeringas, camillas, sillones, máquinas, túnicas blancas, tapabocas, profesionales de las diferentes áreas y le puso el cuerpo (muchas veces ya maltrecho) y el alma a cada una de las circunstancias que se fueron presentando.
Sobreviviente el que quiere contar su historia a otros, no para dar lástima, sino para ser prueba viviente de que SI, SE PUEDE!
Sobreviviente el que ya no está físicamente con nosotros, pero que sin embargo no se mueve de nuestras mentes y mucho menos de nuestros corazones porque lo vimos hacerle frente a este silencioso compañero hasta en el último momento.
Sobreviviente el que después de pasar por esto en carne propia o viendo pasarlo al de al lado, entendió que la vida es HOY, AHORA, que nadie la tiene comprada y que para esta enfermedad no hay edades, clases sociales, ni religiones que te salven.
Sobreviviente el que entendió que el cuerpo y el alma son partes del mismo templo, y que lo que nosotros podemos hacer es darles el mayor cuidado posible, no solo visitando médicos sino llenándolo de cosas que le gusten, que lo hagan sentir bien, de sentimientos buenos que destierren los malos.
Sobreviviente el que vio partir a otros y sin embargo no perdió su fe y sigue contándole al resto que es posible ser un Sobreviviente.
Sobrevivientes los que han pasado por quimioterapia, radioterapia, cirugías...
Sobrevivientes los que han hecho frente a la caída del pelo, los vómitos, la pérdida y la "ganancia" de peso que modificó sus cuerpos y lo aceptaron como parte de la supervivencia.
Sobrevivientes los grupos de ayuda, como Livestrong, Mama Mía y otros,
en los que todos somos uno y si uno precisa aliento, ayuda, allí estamos todos para ayudar con lo que podamos.
Sobreviviente el que estando cansado, exhausto, hizo un esfuerzo más para seguir batallando.
Sobrevivientes los que aprendieron a vivir y convivir con el miedo, y tratan de que no les gane la pulseada.
Sobrevivientes los que han podido superar la tristeza de perder a un ser querido y hoy son fuerza y esperanza para los que la necesitan.
Sobreviviente el que le vio la cara a la muerte, le hizo una guiñada y le dijo: todavía no es mi momento.
Yo pasé por todo lo antedicho: fui familiar de un paciente, amigo de un paciente y también fui y soy paciente. Hoy celebro la vida y estar en remisión.
YO SOY SOBREVIVIENTE DE CANCER.
Porque ser sobreviviente, no es solo haber salido vivo de la enfermedad, ser sobreviviente son tantas cosas más...
Sobreviviente es aquel que pudo escuchar el diagnóstico, y siguió adelante.
Sobreviviente es el que quiso saber toda la verdad para saber a lo que se enfrentaba y el que pidió no saberla porque creyó que la iba a pelear mejor así.
Sobreviviente es el familiar que no abandonó, el que ajustó sus rutinas, acomodó sus horarios, sus tiempos, para dar una mano al que estaba viviendo la batalla en carne propia.
Sobreviviente es la pareja que se banca el susto y le dice al otro: vos dale para adelante, que yo voy a estar contigo.
Sobrevivientes son los hijos, que aprenden a vivir con una mamá o un papá con un poco menos de energía, que muchas veces necesita ser cuidado además de cuidar, que tal vez no puede estar presente en todo como lo hacía antes, pero que está enseñándoles una de las mayores lecciones de la vida: a luchar y no bajar los brazos.
Sobreviviente es el amigo que se queda, el que hace lo que puede, el que acompaña en el sanatorio, el que reza, el que llama por teléfono, el que se quedó sin saber que decir y no dice pero sigue estando.
Sobreviviente el que pudo enfrentarse con tubos, jeringas, camillas, sillones, máquinas, túnicas blancas, tapabocas, profesionales de las diferentes áreas y le puso el cuerpo (muchas veces ya maltrecho) y el alma a cada una de las circunstancias que se fueron presentando.
Sobreviviente el que quiere contar su historia a otros, no para dar lástima, sino para ser prueba viviente de que SI, SE PUEDE!
Sobreviviente el que ya no está físicamente con nosotros, pero que sin embargo no se mueve de nuestras mentes y mucho menos de nuestros corazones porque lo vimos hacerle frente a este silencioso compañero hasta en el último momento.
Sobreviviente el que después de pasar por esto en carne propia o viendo pasarlo al de al lado, entendió que la vida es HOY, AHORA, que nadie la tiene comprada y que para esta enfermedad no hay edades, clases sociales, ni religiones que te salven.
Sobreviviente el que entendió que el cuerpo y el alma son partes del mismo templo, y que lo que nosotros podemos hacer es darles el mayor cuidado posible, no solo visitando médicos sino llenándolo de cosas que le gusten, que lo hagan sentir bien, de sentimientos buenos que destierren los malos.
Sobreviviente el que vio partir a otros y sin embargo no perdió su fe y sigue contándole al resto que es posible ser un Sobreviviente.
Sobrevivientes los que han pasado por quimioterapia, radioterapia, cirugías...
Sobrevivientes los que han hecho frente a la caída del pelo, los vómitos, la pérdida y la "ganancia" de peso que modificó sus cuerpos y lo aceptaron como parte de la supervivencia.
Sobrevivientes los grupos de ayuda, como Livestrong, Mama Mía y otros,
en los que todos somos uno y si uno precisa aliento, ayuda, allí estamos todos para ayudar con lo que podamos.
Sobreviviente el que estando cansado, exhausto, hizo un esfuerzo más para seguir batallando.
Sobrevivientes los que aprendieron a vivir y convivir con el miedo, y tratan de que no les gane la pulseada.
Sobrevivientes los que han podido superar la tristeza de perder a un ser querido y hoy son fuerza y esperanza para los que la necesitan.
Sobreviviente el que le vio la cara a la muerte, le hizo una guiñada y le dijo: todavía no es mi momento.
Yo pasé por todo lo antedicho: fui familiar de un paciente, amigo de un paciente y también fui y soy paciente. Hoy celebro la vida y estar en remisión.
YO SOY SOBREVIVIENTE DE CANCER.
sábado, 19 de julio de 2014
Animo compañeros, que la vida puede más!
Empiezo a escribir estas líneas, pensando si ya no usé este título en alguna entrada anterior, pero no me da para volver atrás a fijarme.
Espero no extenderme demasiado, para que no se vuelva una lectura pesada.
Las palabras que salen hoy, van dedicadas a los guerreros que la peleamos día a día, y para eso no es necesario tener cáncer, es necesario tener la actitud de hacerle frente a la vida, pero en especial van dedicadas a mis amigos José y Lolita, que tal vez hoy necesitan un empujoncito un poquito más fuerte que los demás.
Decirles, que no soy ninguna "superada", que no crucé ninguna línea, que no me gané ninguna "seguridad", cosa que ustedes ya saben, que aprieto los dientes y sigo, que trato de que en mi balanza pese más el kilo de pluma (aunque todos saben que no me gustan) que el kilo de plomo, porque el plomo me suena a lastre, a esas cosas que arrastramos mientras caminamos, y de eso vengo tratando de hacerme consciente y deshacerme de ello día a día.
No hice ningún curso "externo" de optimismo ni de felicidad, si bien mi "personalidad" escorpiana siempre fue la de resurgir de las cenizas como el Ave Fénix y con más fuerza aún, algún tiempo antes del cáncer entendí que estar triste, PREocuparme, deprimirme, eran solamente diferentes formas de perder el tiempo y perder el tiempo es perder la vida.
Decirles que creo firmemente en Dios, no en el que nos hicieron visualizar en la catequesis, sino en el Dios que cada uno lleva dentro de si mismo, en ese con el que si nos conectamos hace posible que vivamos más en paz y por ende más felices.
Contarles desde mi experiencia, que los amigos suman, las cadenas de oración suman, las palabras de aliento suman, las estampitas y los rosarios entregados con ese amor que sale del fondo del corazón suman, así como las piedras con energía, los guerreros Chinos o los dibujos y las manualidades hechas por mis hijas que tengo en ese momento sobre mi escritorio.
Que las sonrisas sanan al igual que la música, así que hacer un "acumulado" de risas entre amigos, de chistes, de películas lindas, unas playlist de esa música que nos toca el corazón, sean sevillanas, cumbias o rock and roll, nos eleva a vibrar en otra frecuencia, una que nos ayuda a sanar.
Pedir, visualizar, creer, fijarnos metas a corto plazo, que podamos ir cumpliendo, que nos ayuden a reforzar el hecho de seguir creyendo, el dar a otros aunque sea un pedacito chiquititito nuestro nos ayuda a ver que por mayor que se vea la tormenta que podemos tener encima, podemos ser luz para otros y otros pueden ser luz para nosotros, y eso es una cadena interminable de cosas buenas y positivas que también nos ayudan a sanar.
Ver y reconocer el camino que hemos recorrido, todos y cada uno de los obstáculos que hemos logrado sortear, también nos hace más fuertes, porque seguramente nunca nos hubiéramos imaginado que íbamos a ser capaces de superar todas y cada una de esas pruebas y sin embargo si, lo hicimos! y si pudimos hacer eso, quien nos dice que no vamos a poder con lo que venga?
La vida se abre camino y es HOY, es AHORA, es la caricia que nos regala un hijo, o la charla que nos regala un amigo, es poder incorporarnos y poner nuestros pies sobre la arena de la rambla o sobre el pasto del jardín, es mirar reír a los niños y entender que somos parte de un milagro superior.
Animo compañeros, que la vida puede más!
Espero no extenderme demasiado, para que no se vuelva una lectura pesada.
Las palabras que salen hoy, van dedicadas a los guerreros que la peleamos día a día, y para eso no es necesario tener cáncer, es necesario tener la actitud de hacerle frente a la vida, pero en especial van dedicadas a mis amigos José y Lolita, que tal vez hoy necesitan un empujoncito un poquito más fuerte que los demás.
Decirles, que no soy ninguna "superada", que no crucé ninguna línea, que no me gané ninguna "seguridad", cosa que ustedes ya saben, que aprieto los dientes y sigo, que trato de que en mi balanza pese más el kilo de pluma (aunque todos saben que no me gustan) que el kilo de plomo, porque el plomo me suena a lastre, a esas cosas que arrastramos mientras caminamos, y de eso vengo tratando de hacerme consciente y deshacerme de ello día a día.
No hice ningún curso "externo" de optimismo ni de felicidad, si bien mi "personalidad" escorpiana siempre fue la de resurgir de las cenizas como el Ave Fénix y con más fuerza aún, algún tiempo antes del cáncer entendí que estar triste, PREocuparme, deprimirme, eran solamente diferentes formas de perder el tiempo y perder el tiempo es perder la vida.
Decirles que creo firmemente en Dios, no en el que nos hicieron visualizar en la catequesis, sino en el Dios que cada uno lleva dentro de si mismo, en ese con el que si nos conectamos hace posible que vivamos más en paz y por ende más felices.
Contarles desde mi experiencia, que los amigos suman, las cadenas de oración suman, las palabras de aliento suman, las estampitas y los rosarios entregados con ese amor que sale del fondo del corazón suman, así como las piedras con energía, los guerreros Chinos o los dibujos y las manualidades hechas por mis hijas que tengo en ese momento sobre mi escritorio.
Que las sonrisas sanan al igual que la música, así que hacer un "acumulado" de risas entre amigos, de chistes, de películas lindas, unas playlist de esa música que nos toca el corazón, sean sevillanas, cumbias o rock and roll, nos eleva a vibrar en otra frecuencia, una que nos ayuda a sanar.
Pedir, visualizar, creer, fijarnos metas a corto plazo, que podamos ir cumpliendo, que nos ayuden a reforzar el hecho de seguir creyendo, el dar a otros aunque sea un pedacito chiquititito nuestro nos ayuda a ver que por mayor que se vea la tormenta que podemos tener encima, podemos ser luz para otros y otros pueden ser luz para nosotros, y eso es una cadena interminable de cosas buenas y positivas que también nos ayudan a sanar.
Ver y reconocer el camino que hemos recorrido, todos y cada uno de los obstáculos que hemos logrado sortear, también nos hace más fuertes, porque seguramente nunca nos hubiéramos imaginado que íbamos a ser capaces de superar todas y cada una de esas pruebas y sin embargo si, lo hicimos! y si pudimos hacer eso, quien nos dice que no vamos a poder con lo que venga?
La vida se abre camino y es HOY, es AHORA, es la caricia que nos regala un hijo, o la charla que nos regala un amigo, es poder incorporarnos y poner nuestros pies sobre la arena de la rambla o sobre el pasto del jardín, es mirar reír a los niños y entender que somos parte de un milagro superior.
Animo compañeros, que la vida puede más!
martes, 15 de julio de 2014
De la belleza física y de como nos afecta cuando ésta se ve modificada...
Como cada uno de los post que he puesto en mi blog, son apreciaciones personales, cosas que he sentido, vivido, o cosas que pienso, esto no quiere ser cátedra de nada, ni la "única palabra" con respecto a nada.
Ya desde antes de que me diagnosticaran, mi físico había comenzado a cambiar...
Siempre tuve la "bendición" o la "suerte" por llamarlo de alguna forma, de ser delgada, de comer cualquier cosa sin que afectara demasiado mi figura, de poder "mantenerme" en cierta forma sin tener que hacer millones de ejercicios físicos ni dietas, de volver a mi cuerpo de siempre casi sin problema aunque había tenido dos embarazos en los que engordé como Willy (si, la ballena de la película). Me compraba ropa casi sin probarme los talles, porque por lo general era talle S, a lo sumo, M, pero no mucho más, osea nunca me tocó en carne propia eso de sufrir por el aumento de peso.
Hace algunos años, tomé la inteligentísima y sana decisión de dejar de fumar, y con ella además de llegar una mejoría en mi salud, también comenzaron a llegar algunos kilillos de más...
Casi al rato de haber dejado de fumar, se me vinieron los "40", esos tan temidos por muchas, y ahí pareció que todo comenzaba a cumplirse como en aquella profecía que me contaban mis amigas mayores que ya los habían pasado: fah, esperá los 40, ahí tomás medio vaso de agua sin gas y engordás como si hubieras comido catorce chivitos!!!
Ya no era un talle S, había pasado a ser un M y hasta algunas veces un G... Mi cuerpo hacía el proceso, pero sobre todo mi cabeza comenzaba a hacer ese proceso un tanto "doloroso" para mi, que era perder aquel cuerpo con el que tan bien me sentía, para ir adquiriendo otro, que distaba bastante de aquel y que seguramente había venido para quedarse.
En esas estaba, cuidándome un poco en la comida, tratando de hacer un poco más de ejercicio, de fortalecer mucho más mi autoestima, sobre todo, de poder desprenderla un poco del concepto de la belleza del envase, cuando pareció llegar la estocada final: me diagnosticaron que tenía cáncer. Siempre supe y valoré la belleza interior, esa que nos engancha cuando conocemos a otras personas, la que resiste el paso de los años, de las noches sin dormir, de las enfermedades, la que queda cuando la cáscara deja de ser lo que era, pero si dijera que no me importaba mi apariencia física estaría mintiendo.
Cuando supe lo que tenía y pude imaginar mínimamente a lo que me iba a tener que enfrentar, antepuse mis ganas de vivir, mi fuerza de voluntad, y elevé mi autoestima tanto como pude, para sobrellevarlo de la mejor manera posible.
Era sabido que iban a venir kilos de más, o tal vez se iban a perder muchos kilos, que me iba a enfrentar a la posible pérdida del pelo, ese pelo que tanto cuidaba, que arreglaba con brushing, con planchita, que podía trenzar cuando estaba aburrida o nerviosa. Sabía que llegarían las ojeras, que el color de mi piel posiblemente cambiaría y ni había pensado en las cicatrices que podían quedar en mi cuerpo...
Le puse la mejor sonrisa que pude, a la salida del sanatorio me premiaron dejándome una bolsa de nefrostomía que viviría conmigo los próximos ocho meses: me sentí como que tenía 105 años... Igual le puse la mejor sonrisa que pude.
Entré a una peluquería cualquiera, con mi amiga de toda la vida, y agarrando al toro por los cuernos, le dije a la peluquera: voy a entrar en quimioterapia y radioterapia y seguramente voy a perder el pelo, cortalo lo más cortito que puedas, y ahí vi mis mechones de pelo caer al piso, salí de esa peluquería siendo otra, no solo porque salía con el pelo corto, sino porque además había salido de allí siendo un poco menos vanidosa: valorando mi vida sobre cualquier otra cosa.
Y viví muchos meses de pelo corto, mi pelo nunca se cayó, pero me lo cortaba constantemente porque ya era una "cábala". Aprendí a que si me maquillaba (cosa que habitualmente hago poco), mis ojeras se disimulaban mucho y yo me veía y me sentía mucho mejor.
Dejé de afligirme por no poder ponerme esto o aquello y traté de sacar partido de lo que sí podía usar. La nefro me condicionaba mucho, sin embargo yo no le daba bolilla.
Tuve cruces en todo mi abdomen durante la radioterapia, al punto que una de mis hijas me dijo un día que parecía "el mapa del tesoro" un piropo casi comparable con "mami, tu panza parece un inflable"... La cicatriz de la nefro que un día dejé de usar, está en mi espalda como un recordatorio de lo que tuve que pasar para salvar mi riñón... Las cicatrices que tengo en mi abdomen, me recuerdan a diario, lo que pasé y lo fuerte que fui al pasarlo...
Mi cuerpo hoy ya no es el de los 20, ni el de los 30...
Mi cuerpo hoy, es el de una guerrera que trata de cuidar su templo, ese que tan bien se comportó bancándose tantos tratamientos y respondiendo favorablemente a los cambios...
Hoy celebro cuando mis articulaciones me permiten hacer tal o cual movimiento, o cuando mi columna me permite caminar varias cuadras sin quejarse...
Hoy no soy un talle S, ni un M... Hoy no tengo el pelo largo, pero me siento tan bella como cuando reunía esas características, porque me amo desde otro lugar.
Vivi
Ya desde antes de que me diagnosticaran, mi físico había comenzado a cambiar...
Siempre tuve la "bendición" o la "suerte" por llamarlo de alguna forma, de ser delgada, de comer cualquier cosa sin que afectara demasiado mi figura, de poder "mantenerme" en cierta forma sin tener que hacer millones de ejercicios físicos ni dietas, de volver a mi cuerpo de siempre casi sin problema aunque había tenido dos embarazos en los que engordé como Willy (si, la ballena de la película). Me compraba ropa casi sin probarme los talles, porque por lo general era talle S, a lo sumo, M, pero no mucho más, osea nunca me tocó en carne propia eso de sufrir por el aumento de peso.
Hace algunos años, tomé la inteligentísima y sana decisión de dejar de fumar, y con ella además de llegar una mejoría en mi salud, también comenzaron a llegar algunos kilillos de más...
Casi al rato de haber dejado de fumar, se me vinieron los "40", esos tan temidos por muchas, y ahí pareció que todo comenzaba a cumplirse como en aquella profecía que me contaban mis amigas mayores que ya los habían pasado: fah, esperá los 40, ahí tomás medio vaso de agua sin gas y engordás como si hubieras comido catorce chivitos!!!
Ya no era un talle S, había pasado a ser un M y hasta algunas veces un G... Mi cuerpo hacía el proceso, pero sobre todo mi cabeza comenzaba a hacer ese proceso un tanto "doloroso" para mi, que era perder aquel cuerpo con el que tan bien me sentía, para ir adquiriendo otro, que distaba bastante de aquel y que seguramente había venido para quedarse.
En esas estaba, cuidándome un poco en la comida, tratando de hacer un poco más de ejercicio, de fortalecer mucho más mi autoestima, sobre todo, de poder desprenderla un poco del concepto de la belleza del envase, cuando pareció llegar la estocada final: me diagnosticaron que tenía cáncer. Siempre supe y valoré la belleza interior, esa que nos engancha cuando conocemos a otras personas, la que resiste el paso de los años, de las noches sin dormir, de las enfermedades, la que queda cuando la cáscara deja de ser lo que era, pero si dijera que no me importaba mi apariencia física estaría mintiendo.
Cuando supe lo que tenía y pude imaginar mínimamente a lo que me iba a tener que enfrentar, antepuse mis ganas de vivir, mi fuerza de voluntad, y elevé mi autoestima tanto como pude, para sobrellevarlo de la mejor manera posible.
Era sabido que iban a venir kilos de más, o tal vez se iban a perder muchos kilos, que me iba a enfrentar a la posible pérdida del pelo, ese pelo que tanto cuidaba, que arreglaba con brushing, con planchita, que podía trenzar cuando estaba aburrida o nerviosa. Sabía que llegarían las ojeras, que el color de mi piel posiblemente cambiaría y ni había pensado en las cicatrices que podían quedar en mi cuerpo...
Le puse la mejor sonrisa que pude, a la salida del sanatorio me premiaron dejándome una bolsa de nefrostomía que viviría conmigo los próximos ocho meses: me sentí como que tenía 105 años... Igual le puse la mejor sonrisa que pude.
Entré a una peluquería cualquiera, con mi amiga de toda la vida, y agarrando al toro por los cuernos, le dije a la peluquera: voy a entrar en quimioterapia y radioterapia y seguramente voy a perder el pelo, cortalo lo más cortito que puedas, y ahí vi mis mechones de pelo caer al piso, salí de esa peluquería siendo otra, no solo porque salía con el pelo corto, sino porque además había salido de allí siendo un poco menos vanidosa: valorando mi vida sobre cualquier otra cosa.
Y viví muchos meses de pelo corto, mi pelo nunca se cayó, pero me lo cortaba constantemente porque ya era una "cábala". Aprendí a que si me maquillaba (cosa que habitualmente hago poco), mis ojeras se disimulaban mucho y yo me veía y me sentía mucho mejor.
Dejé de afligirme por no poder ponerme esto o aquello y traté de sacar partido de lo que sí podía usar. La nefro me condicionaba mucho, sin embargo yo no le daba bolilla.
Tuve cruces en todo mi abdomen durante la radioterapia, al punto que una de mis hijas me dijo un día que parecía "el mapa del tesoro" un piropo casi comparable con "mami, tu panza parece un inflable"... La cicatriz de la nefro que un día dejé de usar, está en mi espalda como un recordatorio de lo que tuve que pasar para salvar mi riñón... Las cicatrices que tengo en mi abdomen, me recuerdan a diario, lo que pasé y lo fuerte que fui al pasarlo...
Mi cuerpo hoy ya no es el de los 20, ni el de los 30...
Mi cuerpo hoy, es el de una guerrera que trata de cuidar su templo, ese que tan bien se comportó bancándose tantos tratamientos y respondiendo favorablemente a los cambios...
Hoy celebro cuando mis articulaciones me permiten hacer tal o cual movimiento, o cuando mi columna me permite caminar varias cuadras sin quejarse...
Hoy no soy un talle S, ni un M... Hoy no tengo el pelo largo, pero me siento tan bella como cuando reunía esas características, porque me amo desde otro lugar.
Vivi
lunes, 7 de abril de 2014
El post más feliz de mi vida :)
Hace casi un año fui diagnosticada con cáncer.
Poco tiempo después de que me hubieran dado el alta, tomé una decisión: quería hacerlo público, quería contarlo, necesitaba ponerlo en palabras, creía que de esa forma podía hacer una especie de terapia que me ayudara a mí y tal vez, con un pensamiento un poco más osado, podría ayudar a alguien más.
Muchos de ustedes han leído algunas de las publicaciones que he ido haciendo a lo largo de estos meses. Este blog me permitió decir, exorcizar, contar, recordar, soñar, desear, visualizar, llorar, preguntar y hasta despedirme de una amiga que se fue por la misma enfermedad mientras yo internada esperaba que encontraran donde estaba el tumor primario.
Este blog me acercó, superando ampliamente mis expectativas, gente que había pasado por lo mismo o lo estaba atravesando, también gente que sin tener cáncer se sintió tocada por las cosas que leía y que me envió una palabra de aliento, un gesto, me dio un abrazo, si, porque aunque algunas cosas puedan ser virtuales, algunas veces nos llegan como si fueran totalmente reales.
Hoy, entre lágrimas que ruedan por mis mejillas sin que yo pueda ni quiera contener, escribo la publicación más feliz de mi vida: el viernes por la tarde mi oncóloga pronunció las palabras mágicas, esas que durante todos estos meses de "agonía" había estado deseando escuchar y no me atrevía a preguntar hasta cuando sería que debía esperar... "Vivi está todo bien, estás curada, no hay más cáncer" me dijo con los ojos vidriosos y la voz quebrada, las resonancias habían dado que ya no hay masa tumoral en ningún lado.
Pueden acaso imaginarse mi felicidad? Si bien los ojos se me inundaron automáticamente de lágrimas, tanto a mi como a mi padre que estaba conmigo como siempre acompañándome en la consulta, creí que no era momento ni lugar para descomprimirme: afuera del consultorio había unas 10 personas más con cáncer esperando su turno, y cuando uno está en esa situación y ve a otro llorar, creo que piensa lo peor, no lo mejor y no quería dejarles esa carga.
Abracé a esa mujer maravillosa, llamada Araceli Ferrari, que desde el primer día en que me vio me tomó de la mano y me dijo vos estate tranquila que yo voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para curarte, le agradecí, creo que más con la mirada y el abrazo que con las palabras que no podía decir sin largarme a llorar, sentí su emoción y su felicidad por haber ganado juntas esta batalla.
En mi familia, en mis hijas, en mis padres, en mi hermana, en mis amigos, volvió a reinar la sonrisa sin miedo, volvimos a respirar y supimos una vez más que Dios nunca nos suelta la mano, que a veces aparecen cosas que tenemos que atravesar para aprender algo. En casa reina la felicidad y creo que ninguno de nosotros es el mismo que era antes de que el cáncer entrara en nuestra vida... todos somos un poquito mejores.
No quiero aburrirlos, pero quería compartirlo con ustedes, agradecerles por haber estado ahí, por haberme leído, por haber formado parte de una u otra forma de mi curación. Volver a decirles, ahora con más propiedad que nunca, que SE PUEDE! SI, SE PUEDE!!!
Se despide,
HIPER REQUETE RECONTRA MEGA FELIZ
Vivi :)
P.D.: Si conocen a alguien que esté pasando por la enfermedad, no dejen que la viva solo. Todas las cosas, sobre todo las "malas" son más livianas si las compartimos y tenemos en quien apoyarnos. Aquí estoy a las órdenes para lo que pueda ser útil.
Poco tiempo después de que me hubieran dado el alta, tomé una decisión: quería hacerlo público, quería contarlo, necesitaba ponerlo en palabras, creía que de esa forma podía hacer una especie de terapia que me ayudara a mí y tal vez, con un pensamiento un poco más osado, podría ayudar a alguien más.
Muchos de ustedes han leído algunas de las publicaciones que he ido haciendo a lo largo de estos meses. Este blog me permitió decir, exorcizar, contar, recordar, soñar, desear, visualizar, llorar, preguntar y hasta despedirme de una amiga que se fue por la misma enfermedad mientras yo internada esperaba que encontraran donde estaba el tumor primario.
Este blog me acercó, superando ampliamente mis expectativas, gente que había pasado por lo mismo o lo estaba atravesando, también gente que sin tener cáncer se sintió tocada por las cosas que leía y que me envió una palabra de aliento, un gesto, me dio un abrazo, si, porque aunque algunas cosas puedan ser virtuales, algunas veces nos llegan como si fueran totalmente reales.
Hoy, entre lágrimas que ruedan por mis mejillas sin que yo pueda ni quiera contener, escribo la publicación más feliz de mi vida: el viernes por la tarde mi oncóloga pronunció las palabras mágicas, esas que durante todos estos meses de "agonía" había estado deseando escuchar y no me atrevía a preguntar hasta cuando sería que debía esperar... "Vivi está todo bien, estás curada, no hay más cáncer" me dijo con los ojos vidriosos y la voz quebrada, las resonancias habían dado que ya no hay masa tumoral en ningún lado.
Pueden acaso imaginarse mi felicidad? Si bien los ojos se me inundaron automáticamente de lágrimas, tanto a mi como a mi padre que estaba conmigo como siempre acompañándome en la consulta, creí que no era momento ni lugar para descomprimirme: afuera del consultorio había unas 10 personas más con cáncer esperando su turno, y cuando uno está en esa situación y ve a otro llorar, creo que piensa lo peor, no lo mejor y no quería dejarles esa carga.
Abracé a esa mujer maravillosa, llamada Araceli Ferrari, que desde el primer día en que me vio me tomó de la mano y me dijo vos estate tranquila que yo voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para curarte, le agradecí, creo que más con la mirada y el abrazo que con las palabras que no podía decir sin largarme a llorar, sentí su emoción y su felicidad por haber ganado juntas esta batalla.
En mi familia, en mis hijas, en mis padres, en mi hermana, en mis amigos, volvió a reinar la sonrisa sin miedo, volvimos a respirar y supimos una vez más que Dios nunca nos suelta la mano, que a veces aparecen cosas que tenemos que atravesar para aprender algo. En casa reina la felicidad y creo que ninguno de nosotros es el mismo que era antes de que el cáncer entrara en nuestra vida... todos somos un poquito mejores.
No quiero aburrirlos, pero quería compartirlo con ustedes, agradecerles por haber estado ahí, por haberme leído, por haber formado parte de una u otra forma de mi curación. Volver a decirles, ahora con más propiedad que nunca, que SE PUEDE! SI, SE PUEDE!!!
Se despide,
HIPER REQUETE RECONTRA MEGA FELIZ
Vivi :)
P.D.: Si conocen a alguien que esté pasando por la enfermedad, no dejen que la viva solo. Todas las cosas, sobre todo las "malas" son más livianas si las compartimos y tenemos en quien apoyarnos. Aquí estoy a las órdenes para lo que pueda ser útil.
jueves, 13 de marzo de 2014
Festejo
Hace mucho tiempo que no escribo por aquí y unas cuantas cosas han pasado.
El mes pasado fue mi última sesión de quimio, por lo menos en lo que respecta a lo que teníamos programado, ahora durante este mes voy a tener diferentes exámenes de imágenes para cotejar con las imágenes anteriores y ver como seguimos. La cirugía no se descarta.
Pero el punto más importante, es poder contarlo, poder contarles que sigo adelante, que si bien este proceso ha sido lento, ya van a cumplirse 10 meses desde que me diagnosticaron, vamos dando pasos seguros, el avance se va notando, ya se han cumplido dos meses que estoy sin la nefrostomía, y mi cuerpo ha reaccionado estupendamente bien.
No se imaginan el placer que sentí, un día del mes de febrero cuando pude darme un baño en el mar!!! Como las cosas más simples y más cotidianas, de un golpe pueden pasar a ser casi un lujo!
Esto es lo que les quería contar: tan bien ha reaccionado, que en el día de ayer, recibí una de las noticias más esperadas por mí: el urólogo me daba el alta urológica, lo que significa que mi riñón derecho que se había visto afectado por el tumor y que había corrido riesgo de terminar sin funcionar, está funcionando perfectamente!
Hay algunas cosas que me gustaría puntualizar: desde el vamos, me sentí segura de que voy a vencer a esta enfermedad, siento miedo como todo el mundo, pero tan pronto como el miedo llega a mi, lo corro lo más lejos que puedo, algunas veces hasta hablo con él y le explico que lo mejor que puede hacer es irse a otra parte, porque por estos lados no le vamos a permitir cumplir con su cometido.
Desde el vamos le puse toda la actitud y seguí al pie de la letra las instrucciones que me daba el cuerpo médico, es más en algunos casos hasta redoblé las precauciones que debía tomar. Tuve la suerte de que me tocara un equipo médico que se puso mi caso al hombro y no descansó hasta ir encontrando el camino para que llegáramos donde estamos hoy: un urólogo excelente como médico y con un trato humano totalmente destacable, si si, el mismo al que le había dedicado aquel post al comienzo de mi blog allá por el mes de agosto creo titulado "El bombón asesino" ;) el Dr. Raúl Cepellini, ni que hablar también del grupo de enfermeras que siempre me atienden con la mejor de sus sonrisas y tratan de solucionar todo lo que está a su alcance.
El camino continúa, la lucha sigue, pero este bálsamo me ha recargado las fuerzas completamente, esto me demuestra que Actitud + Ganas + Fe + Tratamientos médicos = un gran resultado! Ahora la batalla continúa, hasta conseguir el alta oncológica.
Hoy que es el Día Internacional del Riñón, quería contarles que el mío está de fiesta, le dieron el alta!!!
Vivi
El mes pasado fue mi última sesión de quimio, por lo menos en lo que respecta a lo que teníamos programado, ahora durante este mes voy a tener diferentes exámenes de imágenes para cotejar con las imágenes anteriores y ver como seguimos. La cirugía no se descarta.
Pero el punto más importante, es poder contarlo, poder contarles que sigo adelante, que si bien este proceso ha sido lento, ya van a cumplirse 10 meses desde que me diagnosticaron, vamos dando pasos seguros, el avance se va notando, ya se han cumplido dos meses que estoy sin la nefrostomía, y mi cuerpo ha reaccionado estupendamente bien.
No se imaginan el placer que sentí, un día del mes de febrero cuando pude darme un baño en el mar!!! Como las cosas más simples y más cotidianas, de un golpe pueden pasar a ser casi un lujo!
Esto es lo que les quería contar: tan bien ha reaccionado, que en el día de ayer, recibí una de las noticias más esperadas por mí: el urólogo me daba el alta urológica, lo que significa que mi riñón derecho que se había visto afectado por el tumor y que había corrido riesgo de terminar sin funcionar, está funcionando perfectamente!
Hay algunas cosas que me gustaría puntualizar: desde el vamos, me sentí segura de que voy a vencer a esta enfermedad, siento miedo como todo el mundo, pero tan pronto como el miedo llega a mi, lo corro lo más lejos que puedo, algunas veces hasta hablo con él y le explico que lo mejor que puede hacer es irse a otra parte, porque por estos lados no le vamos a permitir cumplir con su cometido.
Desde el vamos le puse toda la actitud y seguí al pie de la letra las instrucciones que me daba el cuerpo médico, es más en algunos casos hasta redoblé las precauciones que debía tomar. Tuve la suerte de que me tocara un equipo médico que se puso mi caso al hombro y no descansó hasta ir encontrando el camino para que llegáramos donde estamos hoy: un urólogo excelente como médico y con un trato humano totalmente destacable, si si, el mismo al que le había dedicado aquel post al comienzo de mi blog allá por el mes de agosto creo titulado "El bombón asesino" ;) el Dr. Raúl Cepellini, ni que hablar también del grupo de enfermeras que siempre me atienden con la mejor de sus sonrisas y tratan de solucionar todo lo que está a su alcance.
El camino continúa, la lucha sigue, pero este bálsamo me ha recargado las fuerzas completamente, esto me demuestra que Actitud + Ganas + Fe + Tratamientos médicos = un gran resultado! Ahora la batalla continúa, hasta conseguir el alta oncológica.
Hoy que es el Día Internacional del Riñón, quería contarles que el mío está de fiesta, le dieron el alta!!!
Vivi
miércoles, 22 de enero de 2014
El beneficio de llamar a las cosas por su nombre
Siempre me gustó llamar a las cosas por su nombre, ahora compruebo una vez más el beneficio que esto tiene.
Hace poco tiempo, diagnosticaron con cáncer a una de mis amigas, si, con Cáncer, la palabra maldita.
Por suerte, es una palabra a la que a pesar de haberle tenido miedo en algún momento (como todo el mundo), aprendí a nombrar con todas sus letras.
Aprendí a pronunciarla, y en cada pronunciación a quitarle un poco de peso, a sumarle un poco de optimismo y restarle un poco de muerte. Aprendí a vivir con esta palabra que me acompaña desde hace meses, y a integrarla cada vez más naturalmente en mis conversaciones, en mis tratamientos, en mis cuidados, porque es así, tengo cáncer y no es otra cosa que eso: cáncer, también me estoy curando de cáncer y es algo que me digo muy frecuentemente, porque el cáncer no solo mata, el cáncer también da oportunidad de vida, de llevar una vida diferente, de despertar de algunas cosas que podían mantenernos dormidos, el cáncer no solo trae cosas malas, también trae buenas...
Hoy me siento inmensamente agradecida de haber hecho con esto, lo mismo que trato de hacer con todo: llamarlo por su nombre, Cáncer. Creo que esta actitud ha influido muy positivamente en mi, pero además ha influido positivamente en otra gente: el otro día visitando a esta amiga, eramos cinco personas hablando del Cáncer de manera natural, entre ellas una niña.
Me aplaudo, y no es vanidad, de haber elegido transitar este camino con la verdad, tomando las cosas como son, tratando de derribar mitos y de contagiar optimismo, porque del cáncer también hay gente que se salva, que sobrevive.
Estoy feliz de ver que al menos aporté un granito de arena, para que una de mis amigas que hoy tiene que transitar por este camino, pueda decir con más naturalidad y sin pensar que es una sentencia de muerte: tengo cáncer.
Hace poco tiempo, diagnosticaron con cáncer a una de mis amigas, si, con Cáncer, la palabra maldita.
Por suerte, es una palabra a la que a pesar de haberle tenido miedo en algún momento (como todo el mundo), aprendí a nombrar con todas sus letras.
Aprendí a pronunciarla, y en cada pronunciación a quitarle un poco de peso, a sumarle un poco de optimismo y restarle un poco de muerte. Aprendí a vivir con esta palabra que me acompaña desde hace meses, y a integrarla cada vez más naturalmente en mis conversaciones, en mis tratamientos, en mis cuidados, porque es así, tengo cáncer y no es otra cosa que eso: cáncer, también me estoy curando de cáncer y es algo que me digo muy frecuentemente, porque el cáncer no solo mata, el cáncer también da oportunidad de vida, de llevar una vida diferente, de despertar de algunas cosas que podían mantenernos dormidos, el cáncer no solo trae cosas malas, también trae buenas...
Hoy me siento inmensamente agradecida de haber hecho con esto, lo mismo que trato de hacer con todo: llamarlo por su nombre, Cáncer. Creo que esta actitud ha influido muy positivamente en mi, pero además ha influido positivamente en otra gente: el otro día visitando a esta amiga, eramos cinco personas hablando del Cáncer de manera natural, entre ellas una niña.
Me aplaudo, y no es vanidad, de haber elegido transitar este camino con la verdad, tomando las cosas como son, tratando de derribar mitos y de contagiar optimismo, porque del cáncer también hay gente que se salva, que sobrevive.
Estoy feliz de ver que al menos aporté un granito de arena, para que una de mis amigas que hoy tiene que transitar por este camino, pueda decir con más naturalidad y sin pensar que es una sentencia de muerte: tengo cáncer.
miércoles, 15 de enero de 2014
En el mes de la concientización sobre el cáncer de cuello de útero
Este es el mes de concientización sobre el cáncer de cuello de útero.
Este es el cáncer que me afecta, vaya a saber desde cuando, y que inclusive generó otro tumor en mi retroperitoneo que gracias a Dios ya está liquidado, y estamos en plena lucha para liquidar el de cuello de útero también!
No quería dejar de compartir con ustedes algunas apreciaciones sobre este tipo de cáncer, desde lo que me ha tocado vivir:
* Los sangrados fuera de fecha, los dolores, pueden ser síntomas a tener en cuenta.
* Me he realizado el PAP, sistemáticamente, todos los años tal como me lo aconsejó mi doctor, el resultado siempre fue que no había nada de que preocuparse.
* Me he realizado colposcopía y hasta ecografías transvaginales, de acuerdo a lo que me indicaba mi médico, y en ambos estudios dio que no había nada anormal.
* He consultado al médico inmediatamente ni bien noté algún "cambio" a nivel ginecológico, insistiendo que esos cambios si bien no eran grandes cambios, no eran normales en mi, pero los estudios respaldaban el hecho de que no había nada que temer.
Así y todo, el cáncer siguió avanzando, y nadie fue capaz de detectarlo, hasta que por mi insistencia encontramos el tumor del retroperitoneo y después de una búsqueda exhaustiva en el resto del cuerpo, se encontró el tumor primario en el cuello del útero. Nunca voy a saber por qué razón jamás se detectó en ningún estudio de los que me he hecho en estos últimos años, por suerte seguí insistiendo en que algo había y pude enfrentarme a él y comenzar la lucha a tiempo.
Me sentía en la obligación de decirles mujeres, que ni bien noten un cambio en su cuerpo, sientan que algo está comportándose de manera diferente, no se dejen estar, no paren de buscar el origen de ese cambio, porque quedarse con la simple frase de "debe ser un cambio típico de la edad" puede hacer que luego sea demasiado tarde.
Muchas veces los médicos, se guían por las "estadísticas" y muchas veces esas estadísticas, se equivocan. Nadie se va a preocupar más por nuestra salud, que nosotras mismas, así que a aprender a conocerse es fundamental, para reconocer cuando algo "ajeno" nos está "visitando".
El sistema de salud, es eso un "sistema", donde todo está pensado para actuar casi en automático y no en función de cada caso, muchas veces no funciona si nosotros no estamos encima procurando que nos hagan lo que nos tienen que hacer.
Ojalá y mi testimonio sirva no para hacer que nadie se "persiga", pero si para que tengamos más en cuenta que a veces las cosas salen un poco de los parámetros "normales".
Salud para todas!!!
Vivi
Este es el cáncer que me afecta, vaya a saber desde cuando, y que inclusive generó otro tumor en mi retroperitoneo que gracias a Dios ya está liquidado, y estamos en plena lucha para liquidar el de cuello de útero también!
No quería dejar de compartir con ustedes algunas apreciaciones sobre este tipo de cáncer, desde lo que me ha tocado vivir:
* Los sangrados fuera de fecha, los dolores, pueden ser síntomas a tener en cuenta.
* Me he realizado el PAP, sistemáticamente, todos los años tal como me lo aconsejó mi doctor, el resultado siempre fue que no había nada de que preocuparse.
* Me he realizado colposcopía y hasta ecografías transvaginales, de acuerdo a lo que me indicaba mi médico, y en ambos estudios dio que no había nada anormal.
* He consultado al médico inmediatamente ni bien noté algún "cambio" a nivel ginecológico, insistiendo que esos cambios si bien no eran grandes cambios, no eran normales en mi, pero los estudios respaldaban el hecho de que no había nada que temer.
Así y todo, el cáncer siguió avanzando, y nadie fue capaz de detectarlo, hasta que por mi insistencia encontramos el tumor del retroperitoneo y después de una búsqueda exhaustiva en el resto del cuerpo, se encontró el tumor primario en el cuello del útero. Nunca voy a saber por qué razón jamás se detectó en ningún estudio de los que me he hecho en estos últimos años, por suerte seguí insistiendo en que algo había y pude enfrentarme a él y comenzar la lucha a tiempo.
Me sentía en la obligación de decirles mujeres, que ni bien noten un cambio en su cuerpo, sientan que algo está comportándose de manera diferente, no se dejen estar, no paren de buscar el origen de ese cambio, porque quedarse con la simple frase de "debe ser un cambio típico de la edad" puede hacer que luego sea demasiado tarde.
Muchas veces los médicos, se guían por las "estadísticas" y muchas veces esas estadísticas, se equivocan. Nadie se va a preocupar más por nuestra salud, que nosotras mismas, así que a aprender a conocerse es fundamental, para reconocer cuando algo "ajeno" nos está "visitando".
El sistema de salud, es eso un "sistema", donde todo está pensado para actuar casi en automático y no en función de cada caso, muchas veces no funciona si nosotros no estamos encima procurando que nos hagan lo que nos tienen que hacer.
Ojalá y mi testimonio sirva no para hacer que nadie se "persiga", pero si para que tengamos más en cuenta que a veces las cosas salen un poco de los parámetros "normales".
Salud para todas!!!
Vivi
sábado, 4 de enero de 2014
Todo llega a su fin, lo malo también!
Un día allá por el mes de junio de 2013, me dieron la noticia de que tenían que hacerme una nefrostomía. Ni idea de lo que significaba eso, básicamente, era un procedimiento necesario para intentar preservar mi riñón, ya que el tumor que tenía alrededor del mismo estaba afectando toda la zona y con este procedimiento teníamos chance de "salvarlo".
Visto así, era algo buenísimo, una medida que se tomaba en pos de algo que iba a ser bueno para mi, pero en la práctica no era tan sencillo.
A partir de ese momento, tuve una extensión de mi cuerpo: un catéter q salía desde el riñón y terminaba en una bolsa de plástico, y no les doy más detalles porque no vienen al caso.
El punto es que desde el momento en el que me hicieron este procedimiento, sentí que algo había cambiado, sentí como si me hubiesen "amputado" una parte de mi cuerpo, sentí como si de golpe había pasado de tener 40 años a tener 85!
Tenía claro que no era eso lo peor que podía pasar, pero que difícil era encararlo! Iba a tener que estar con "eso" colgando vaya a saber por cuanto tiempo... Un montón de cosas cotidianas ya no serían lo mismo, sin hablar de las cosas que eso me limitaba a poder hacer. Lloré, lloré, lloré, me pregunté por qué a mi, hasta que al cabo de unas horas de tristeza, entendí que era otra cosa que tenía que encarar, porque no había plan B para elegir, y decidí encararlo de la mejor forma: en vez de luchar contra eso, aprender a vivir con él.
Así fue que le pedí a la mamá de una amiga, que me hiciera una especie de morral que me permitiera poner la nefro allí dentro y dejar mis manos libres, me hizo uno de jean, quedó divino!!! Así estuve con esa carterita incorporada durante 6 meses y medio. Así fue también que aprendí a curarme sola, para no depender de nadie que lo hiciera y sentirme más libre, cada cosa de ese tipo que podía hacer me sumaba autonomía. Así fue que seguí al pie de la letra las indicaciones de médico y enfermeras para evitar cualquier complicación en la misma.
Ayer recibí la mejor noticia: el riñón está funcionando bien, gracias a que el tumor se redujo, la nefro no tenía por qué seguir estando conmigo, me la iban a quitar!!!!
Contarles que, tal vez no lo entiendan, me sentí la persona más feliz del mundo, primero porque esto supone un gran avance en mi curación (ya hay un tumor que cedió y que dejó de jorobar la función de mi riñón) y primero también (porque no puedo ponerlo en segundo lugar) porque vuelvo a tener mi cuerpo, el de siempre, sin extensiones, sin apéndices!!!
Poder volver a hacer cosas como dormir en cualquier posición, no tener que realizarme curaciones todos los días, no estar cuidando de no engancharme o golpearme esa zona, poder viajar en bus sin problemas, poder ir a la playa, o simplemente poder ponerme cualquier tipo de ropa, es algo que no tiene precio.
Quería compartirlo con ustedes, porque más allá de esto puntual que me sucedió, estoy convencida como dice el título de este post de que todo llega a su fin, lo malo también!!! solo hay que tener fe, ponerle actitud y estar convencido que ese día más tarde o más temprano va a llegar.
Se despide hiperfeliz :)
Vivi
Visto así, era algo buenísimo, una medida que se tomaba en pos de algo que iba a ser bueno para mi, pero en la práctica no era tan sencillo.
A partir de ese momento, tuve una extensión de mi cuerpo: un catéter q salía desde el riñón y terminaba en una bolsa de plástico, y no les doy más detalles porque no vienen al caso.
El punto es que desde el momento en el que me hicieron este procedimiento, sentí que algo había cambiado, sentí como si me hubiesen "amputado" una parte de mi cuerpo, sentí como si de golpe había pasado de tener 40 años a tener 85!
Tenía claro que no era eso lo peor que podía pasar, pero que difícil era encararlo! Iba a tener que estar con "eso" colgando vaya a saber por cuanto tiempo... Un montón de cosas cotidianas ya no serían lo mismo, sin hablar de las cosas que eso me limitaba a poder hacer. Lloré, lloré, lloré, me pregunté por qué a mi, hasta que al cabo de unas horas de tristeza, entendí que era otra cosa que tenía que encarar, porque no había plan B para elegir, y decidí encararlo de la mejor forma: en vez de luchar contra eso, aprender a vivir con él.
Así fue que le pedí a la mamá de una amiga, que me hiciera una especie de morral que me permitiera poner la nefro allí dentro y dejar mis manos libres, me hizo uno de jean, quedó divino!!! Así estuve con esa carterita incorporada durante 6 meses y medio. Así fue también que aprendí a curarme sola, para no depender de nadie que lo hiciera y sentirme más libre, cada cosa de ese tipo que podía hacer me sumaba autonomía. Así fue que seguí al pie de la letra las indicaciones de médico y enfermeras para evitar cualquier complicación en la misma.
Ayer recibí la mejor noticia: el riñón está funcionando bien, gracias a que el tumor se redujo, la nefro no tenía por qué seguir estando conmigo, me la iban a quitar!!!!
Contarles que, tal vez no lo entiendan, me sentí la persona más feliz del mundo, primero porque esto supone un gran avance en mi curación (ya hay un tumor que cedió y que dejó de jorobar la función de mi riñón) y primero también (porque no puedo ponerlo en segundo lugar) porque vuelvo a tener mi cuerpo, el de siempre, sin extensiones, sin apéndices!!!
Poder volver a hacer cosas como dormir en cualquier posición, no tener que realizarme curaciones todos los días, no estar cuidando de no engancharme o golpearme esa zona, poder viajar en bus sin problemas, poder ir a la playa, o simplemente poder ponerme cualquier tipo de ropa, es algo que no tiene precio.
Quería compartirlo con ustedes, porque más allá de esto puntual que me sucedió, estoy convencida como dice el título de este post de que todo llega a su fin, lo malo también!!! solo hay que tener fe, ponerle actitud y estar convencido que ese día más tarde o más temprano va a llegar.
Se despide hiperfeliz :)
Vivi
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