Vengo de días difíciles...
Digamos no se si difíciles, pero he tenido épocas mucho mejores, pero gracias a Dios, todo en la vida es cíclico, y creo que ya empecé a repuntar :)
Mi casa se vuelve a llenar de vida, esa vida que surge por todos lados, abriéndose camino aún en las más difíciles circunstancias o con los peores pronósticos.
Hoy es viernes, hoy terminan los tratamientos médicos, no hay radioterapia por dos días, no hay sanatorio, no hay inyectables ni se habla de doctores hasta el lunes :)
Hoy empieza a respirarse aire de fin de semana, se respira felicidad y solidaridad, este finde se hace un nuevo festejo del día del niño con los niños de Aldeas, para el que tanto trabaja la gente de Vitamina para el Alma, de quienes me enorgullece formar parte aunque tal vez este año no pueda estar presente.
Hoy se respira en casa aire de campamento, porque la princesa menor hará su incursión en el esperado paseo de fin de año, y la ansiedad, los nervios y la alegría flotan en el aire y llenan todos los rincones de nuestra casita.
Hoy la vida vuelve a poder más que todo y se siente ♥
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viernes, 30 de agosto de 2013
miércoles, 28 de agosto de 2013
Segundo Hemograma de control
Recién vengo de ver a la oncóloga, tuve mi segundo hemograma de control.
Cómo me fue? y bueno siendo positiva bastante bien, aunque mis defensas han bajado un poco, viendo la parte vacía de la botella: muy bien no me fue, las defensas tendrían que seguir estando altas...
En fin, ya saben cual es la opción que voy a elegir. Ya me di la primer inyección de algo (no recuerdo el nombre) que hará que mis defensas se recuperen para poder empezar la tercera serie de quimio la semana que viene, mañana y pasado me daré las otras dos.
Creo intuir el por qué de que mis defensas bajaran un poco: tuve un par de "bajones" anímicos, que creo que me pegan más que cualquier otra cosa, así que tendré que focalizarme para que esto no me vuelva a pasar, no puedo amargarme ni hacerme problemas...
Hoy fui a la doctora con un montón de esperanzas: de que me dijera cuanto tiempo de tratamiento le parece que me falta, que me dijera que le parecía que podían sacarme la nefrostomía, que me diera buenas noticias, pero nada de eso sucedió.
Es totalmente entendible su posición, no puede hacer futurología cuando estamos en pleno tratamiento, y no lo va a hacer para generarme falsas expectativas o dejarme contenta. Lo de la nefro me lo veía venir, pero, la esperanza es lo último que se pierde, igual su respuesta fue hasta no terminar todo el tratamiento NO.
Hoy también terminé con uno de los tratamientos de radioterapia, mañana comienzo con el otro, los días, las semanas y los meses vuelan, aunque por otro lado parece que fueran a paso de tortuga...
Concluyendo, hoy parece que mi ascendente está más fuerte que mi signo zodiacal, y además me afloró el gemelo negativo, vine viendo todo bastante turbio... Hoy me vuelvo a preguntar, por qué a mi? y se me vuelven a llenar los ojos de lágrimas y la garganta se me anuda como si el pañuelo que tengo puesto me lo hubiera tragado...
Se que va a pasar, se que va a volver a aflorar la Vivi de siempre, la que cree, la que tiene fe, la que tiene fuerza, la que agradece estar pudiendo transitar esta enfermedad, pero ahora parece que está enojada y se escondió en alguna otra parte, cual niña chica que ya no quiere jugar más, la otra ya volverá...
Cómo me fue? y bueno siendo positiva bastante bien, aunque mis defensas han bajado un poco, viendo la parte vacía de la botella: muy bien no me fue, las defensas tendrían que seguir estando altas...
En fin, ya saben cual es la opción que voy a elegir. Ya me di la primer inyección de algo (no recuerdo el nombre) que hará que mis defensas se recuperen para poder empezar la tercera serie de quimio la semana que viene, mañana y pasado me daré las otras dos.
Creo intuir el por qué de que mis defensas bajaran un poco: tuve un par de "bajones" anímicos, que creo que me pegan más que cualquier otra cosa, así que tendré que focalizarme para que esto no me vuelva a pasar, no puedo amargarme ni hacerme problemas...
Hoy fui a la doctora con un montón de esperanzas: de que me dijera cuanto tiempo de tratamiento le parece que me falta, que me dijera que le parecía que podían sacarme la nefrostomía, que me diera buenas noticias, pero nada de eso sucedió.
Es totalmente entendible su posición, no puede hacer futurología cuando estamos en pleno tratamiento, y no lo va a hacer para generarme falsas expectativas o dejarme contenta. Lo de la nefro me lo veía venir, pero, la esperanza es lo último que se pierde, igual su respuesta fue hasta no terminar todo el tratamiento NO.
Hoy también terminé con uno de los tratamientos de radioterapia, mañana comienzo con el otro, los días, las semanas y los meses vuelan, aunque por otro lado parece que fueran a paso de tortuga...
Concluyendo, hoy parece que mi ascendente está más fuerte que mi signo zodiacal, y además me afloró el gemelo negativo, vine viendo todo bastante turbio... Hoy me vuelvo a preguntar, por qué a mi? y se me vuelven a llenar los ojos de lágrimas y la garganta se me anuda como si el pañuelo que tengo puesto me lo hubiera tragado...
Se que va a pasar, se que va a volver a aflorar la Vivi de siempre, la que cree, la que tiene fe, la que tiene fuerza, la que agradece estar pudiendo transitar esta enfermedad, pero ahora parece que está enojada y se escondió en alguna otra parte, cual niña chica que ya no quiere jugar más, la otra ya volverá...
martes, 27 de agosto de 2013
300
Hace aproximadamente un mes, me encontraba en el dilema de hacer público o no lo que me pasaba y lo que sentía.
Lo pensé bastante, porque era cruzar una línea de la que después no se puede volver atrás, como cualquier otra decisión, genera consecuencias, y en este caso la consecuencia inmediata iba a ser que un montón de gente tuviera acceso a saber de mi, de mi enfermedad, de mis sentimientos, algunos aún sin conocerme.
Lo pensé un montón, pero dentro mío había algo que ya había empezado a "moverse" el día que por primera vez agarré el cuaderno para escribir notas estando en el sanatorio. Sabía que aquel viejo dicho que dice que las alegrías compartidas se multiplican y las penas compartidas se dividen, tenía que ser cierto, y que en cierta forma, escribir y compartir me iba a servir para poner las cartas sobre la mesa (aún más) en este mano a mano que tengo con esta enfermedad.
Que decir, escribir y comentar, iba a ser un paso más hacia la curación, porque no hablar no ayuda, no decir no hace que las cosas desaparezcan, no nombrar no hace las cosas más sencillas.
Y así, un día me decidí: tenía tantas cosas que contar!!! No solo a mis amigos y familiares, muchos de los cuales no sabían detalles de lo que había ido ocurriendo, porque no llamaban o no preguntaban para no molestar y muchos otros porque a veces preguntaban y era yo quien en el momento no tenía ganas de decir.
Lo cierto es que mi pensar fue: si poniendo en caracteres lo que me pasa, logro dos cometidos, esto ya habrá valido la pena, uno era que me ayudara a sacar hacia afuera, como cuando uno hace terapia, a hablarlo, a nombrar las cosas como son, a verlas tal vez desde una perspectiva nueva y lo otro y tal vez lo que más me ha sorprendido: si con estas cosas que cuento, soy capaz de ayudar o dar una palabra de aliento aunque sea a UNA SOLA persona, ya va a haber valido la pena compartir lo que estoy viviendo.
Lo primero se cumplió y se cumple tal como lo había previsto, no solo puedo desahogarme, al escribir, vuelvo a pasar por esa situación vivida, pero desde otro lugar, la mayoría de las veces, viendo como pude sobrellevarla, aunque en ese momento seguramente parecía otra cosa casi imposible de pasar y sin embargo, la pasé y la puedo contar.
Lo segundo, fue lo que más me maravilló de todo: tímidamente comencé el blog, casi sin saber como funcionaba... Escribí, una, dos, tres historias de esas que ya tenía en borrador en mi cuaderno. Los posts empezaron a salir día a día, naturalmente, con cero presión para escribirlos, como si todo estuviera ordenado en mi cabecita... Así empecé a ver que ponía un post y en un día recibía, 5, 10 lecturas, no lo podía creer!!! Más increíble aún fue cuando la gente que lo leía empezó a hacerme llegar sus comentarios: la segunda parte estaba cumplida! Había gente que me escribía sin conocerme, diciéndome que había pasado por una situación similar, que la siguiera peleando, otros me ponían que al leerme sentían como si fueran ellos los que estuvieran escribiendo, porque habían pasado por las mismas sensaciones.
Hubo gente que sin conocerme, enseguida se puso a las órdenes si podía ayudarme en algo, gente que día a día me escribe para mandarme buena energía, que si un día sabe que estoy un poco caída redobla sus palabras de ánimo. Hasta hubo una persona especial que me escribió contándome que leer cosas que yo escribía había hecho que afloraran en si mismo cosas por las que había pasado y tal vez no estaban del todo resueltas, o en su momento habían quedado guardadas por ahí, y que al leer se había vuelto a encontrar con un montón de emociones y había podido ver todo el camino transitado!!!
Hoy les digo que estoy segura de que escribir y compartir publicamente fue la decisión correcta, hoy estoy en contacto con gente que no conozco personalmente, pero que sin embargo tienen cosas en común conmigo...
Hoy me siento en paz y mucho más liviana de haber podido despedirme escribiendole a alguien a quien quiero con el corazón y no había podido hacerlo hasta ahora, y ese post tiene nada más ni nada menos que 110 visitas y he recibido un montón de comentarios sobre él hechos con el corazón en la mano...
Hoy quiero agradecerles a todos los que me han leído y me leen cada vez que publico algo, a todos los que me siguen dando para adelante con esta idea loca, sobre todo a mis hijas, que se entusisasmaban como yo cada vez que veíamos que alguien más había leído una de las historias! agradecerle a mi amiga Ceci Curbelo porque ni bien la consulté cuando le dije que tenía ganas de escribir el blog me dio para adelante como lo hace siempre! Agradecer a Uruguay x Livestrong y a Mama Mía por compartir en sus páginas el link para que sus seguidores también me leyeran...
Hoy les tengo que agradecer porque uno de mis posts llegó a las 300 lecturas, y yo sigo sin poder creerlo...
Viví
Lo pensé bastante, porque era cruzar una línea de la que después no se puede volver atrás, como cualquier otra decisión, genera consecuencias, y en este caso la consecuencia inmediata iba a ser que un montón de gente tuviera acceso a saber de mi, de mi enfermedad, de mis sentimientos, algunos aún sin conocerme.
Lo pensé un montón, pero dentro mío había algo que ya había empezado a "moverse" el día que por primera vez agarré el cuaderno para escribir notas estando en el sanatorio. Sabía que aquel viejo dicho que dice que las alegrías compartidas se multiplican y las penas compartidas se dividen, tenía que ser cierto, y que en cierta forma, escribir y compartir me iba a servir para poner las cartas sobre la mesa (aún más) en este mano a mano que tengo con esta enfermedad.
Que decir, escribir y comentar, iba a ser un paso más hacia la curación, porque no hablar no ayuda, no decir no hace que las cosas desaparezcan, no nombrar no hace las cosas más sencillas.
Y así, un día me decidí: tenía tantas cosas que contar!!! No solo a mis amigos y familiares, muchos de los cuales no sabían detalles de lo que había ido ocurriendo, porque no llamaban o no preguntaban para no molestar y muchos otros porque a veces preguntaban y era yo quien en el momento no tenía ganas de decir.
Lo cierto es que mi pensar fue: si poniendo en caracteres lo que me pasa, logro dos cometidos, esto ya habrá valido la pena, uno era que me ayudara a sacar hacia afuera, como cuando uno hace terapia, a hablarlo, a nombrar las cosas como son, a verlas tal vez desde una perspectiva nueva y lo otro y tal vez lo que más me ha sorprendido: si con estas cosas que cuento, soy capaz de ayudar o dar una palabra de aliento aunque sea a UNA SOLA persona, ya va a haber valido la pena compartir lo que estoy viviendo.
Lo primero se cumplió y se cumple tal como lo había previsto, no solo puedo desahogarme, al escribir, vuelvo a pasar por esa situación vivida, pero desde otro lugar, la mayoría de las veces, viendo como pude sobrellevarla, aunque en ese momento seguramente parecía otra cosa casi imposible de pasar y sin embargo, la pasé y la puedo contar.
Lo segundo, fue lo que más me maravilló de todo: tímidamente comencé el blog, casi sin saber como funcionaba... Escribí, una, dos, tres historias de esas que ya tenía en borrador en mi cuaderno. Los posts empezaron a salir día a día, naturalmente, con cero presión para escribirlos, como si todo estuviera ordenado en mi cabecita... Así empecé a ver que ponía un post y en un día recibía, 5, 10 lecturas, no lo podía creer!!! Más increíble aún fue cuando la gente que lo leía empezó a hacerme llegar sus comentarios: la segunda parte estaba cumplida! Había gente que me escribía sin conocerme, diciéndome que había pasado por una situación similar, que la siguiera peleando, otros me ponían que al leerme sentían como si fueran ellos los que estuvieran escribiendo, porque habían pasado por las mismas sensaciones.
Hubo gente que sin conocerme, enseguida se puso a las órdenes si podía ayudarme en algo, gente que día a día me escribe para mandarme buena energía, que si un día sabe que estoy un poco caída redobla sus palabras de ánimo. Hasta hubo una persona especial que me escribió contándome que leer cosas que yo escribía había hecho que afloraran en si mismo cosas por las que había pasado y tal vez no estaban del todo resueltas, o en su momento habían quedado guardadas por ahí, y que al leer se había vuelto a encontrar con un montón de emociones y había podido ver todo el camino transitado!!!
Hoy les digo que estoy segura de que escribir y compartir publicamente fue la decisión correcta, hoy estoy en contacto con gente que no conozco personalmente, pero que sin embargo tienen cosas en común conmigo...
Hoy me siento en paz y mucho más liviana de haber podido despedirme escribiendole a alguien a quien quiero con el corazón y no había podido hacerlo hasta ahora, y ese post tiene nada más ni nada menos que 110 visitas y he recibido un montón de comentarios sobre él hechos con el corazón en la mano...
Hoy quiero agradecerles a todos los que me han leído y me leen cada vez que publico algo, a todos los que me siguen dando para adelante con esta idea loca, sobre todo a mis hijas, que se entusisasmaban como yo cada vez que veíamos que alguien más había leído una de las historias! agradecerle a mi amiga Ceci Curbelo porque ni bien la consulté cuando le dije que tenía ganas de escribir el blog me dio para adelante como lo hace siempre! Agradecer a Uruguay x Livestrong y a Mama Mía por compartir en sus páginas el link para que sus seguidores también me leyeran...
Hoy les tengo que agradecer porque uno de mis posts llegó a las 300 lecturas, y yo sigo sin poder creerlo...
Viví
domingo, 25 de agosto de 2013
La plantita
Tomo esta "reflexión" hecha por una nueva amiga que me ha traído esta nueva etapa, que me parece no tiene desperdicio y vale la pena compartir con ustedes:
La Plantita de María Diego
:
Hoy
encontré en nuestra terraza en el muro que separa de la casa de la
vecina esta plantita resurgiendo de entre las piedras.Allí está
solitaria, seguramente sin que nadie la plantara. La naturaleza,
caprichosa y al tiempo sabia, quiso que allí creciera para demostrar su
poder y la enorme capacidad de adaptación que puede tener ante la
adversidad.
La Plantita de María Diego
:
Hoy
encontré en nuestra terraza en el muro que separa de la casa de la
vecina esta plantita resurgiendo de entre las piedras.Allí está
solitaria, seguramente sin que nadie la plantara. La naturaleza,
caprichosa y al tiempo sabia, quiso que allí creciera para demostrar su
poder y la enorme capacidad de adaptación que puede tener ante la
adversidad.
Así, deberíamos los seres humanos tener esa misma
capacidad .Vivimos pensando en conseguir todo aquello que nos ha de
hacer la vida más fácil y más cómoda, incapaces muchas veces de asentar
nuestras raíces porque nos pasamos media vida buscando mejor tierra, y,
aunque florecemos, lo cierto es que no lo hacemos con plenitud. Me causó
admiración descubrirla. Aprendamos de esta plantita a resurgir ante las
dificultades!!
De la amistad II
Se ven muchas cosas cuando uno está internado: la mayoría no son buenas, ni lindas, ni motivadoras, pero por suerte otras sí.
En mis largos días de permanencia en el sanatorio, tuve la fortuna de compartir la habitación con una señora de ochenta y pico de años: una "viejita" adorable, que vista de afuera, está sola en la vida: es viuda, no tuvo hijos, no tiene familiares... Ma que sola, si tiene una AMIGA como Carmen!!!
Carmen también tiene ochenta y pico, es de esas españolas que a pesar de haber venido de España hace dos mil millones de años, conserva el acento como si hubiese desembarcado ayer, ambas entraron juntas a la habitación: la primera en una camilla para ser intervenida de urgencia y la segunda, caminando a su lado dándole ánimo y tratando de tranquilizarla, diciéndole permanentemente que todo va a estar bien con un tono de voz tan dulce que es imposible no enternecerse.
Hace horas que llegaron a la urgencia, lo único que tienen es una a la otra, pero estoy segura de que con eso no les hace falta nada más.
Llegan los camilleros para llevarla al quirófano, se vuelve a escuchar la voz de Carmen: tu ve tranquila, que yo te voy a esperar aca, no importa cuanto demores, cuando vuelvas voy a estar yo aquí esperando, porque vos no estás sola, yo estoy aquí contigo!
Le pregunto a Carmen si son hermanas, vínculo que parecía ser casi obvio, me responde: no, pero enseguida se corrige: si, hermanas de la vida! Somos amigas, vecinas de puerta pegada, hace más de 50 años y ella no tiene en el mundo a nadie más que a mi, así que aquí estaré mientras me necesite.
Carmen está sin comer, está cansada, no conoce el sanatorio, hasta se siente un poco perdida, pero nada de eso impide que esté al pie del cañón esperando el retorno de su amiga con una sonrisa y una palabra de aliento.
Ma que sola, si tiene una AMIGA como Carmen!
En mis largos días de permanencia en el sanatorio, tuve la fortuna de compartir la habitación con una señora de ochenta y pico de años: una "viejita" adorable, que vista de afuera, está sola en la vida: es viuda, no tuvo hijos, no tiene familiares... Ma que sola, si tiene una AMIGA como Carmen!!!
Carmen también tiene ochenta y pico, es de esas españolas que a pesar de haber venido de España hace dos mil millones de años, conserva el acento como si hubiese desembarcado ayer, ambas entraron juntas a la habitación: la primera en una camilla para ser intervenida de urgencia y la segunda, caminando a su lado dándole ánimo y tratando de tranquilizarla, diciéndole permanentemente que todo va a estar bien con un tono de voz tan dulce que es imposible no enternecerse.
Hace horas que llegaron a la urgencia, lo único que tienen es una a la otra, pero estoy segura de que con eso no les hace falta nada más.
Llegan los camilleros para llevarla al quirófano, se vuelve a escuchar la voz de Carmen: tu ve tranquila, que yo te voy a esperar aca, no importa cuanto demores, cuando vuelvas voy a estar yo aquí esperando, porque vos no estás sola, yo estoy aquí contigo!
Le pregunto a Carmen si son hermanas, vínculo que parecía ser casi obvio, me responde: no, pero enseguida se corrige: si, hermanas de la vida! Somos amigas, vecinas de puerta pegada, hace más de 50 años y ella no tiene en el mundo a nadie más que a mi, así que aquí estaré mientras me necesite.
Carmen está sin comer, está cansada, no conoce el sanatorio, hasta se siente un poco perdida, pero nada de eso impide que esté al pie del cañón esperando el retorno de su amiga con una sonrisa y una palabra de aliento.
Ma que sola, si tiene una AMIGA como Carmen!
De la amistad I
Ayer me junté con amigas a tomar el te y celebrar la vida, pisé por primera vez en casi tres meses un shopping.
Tan pronto como me enfermé, una de las cosas que me recomendaron los médicos, fue no asistir a lugares donde hubiera mucha gente, porque mis defensas iban a caer y era mucho más alta la probabilidad de agarrarme cualquier otra peste que anduviera en la vuelta.
Digamos que hice caso al pie de la letra, nunca me llamó la atención el shopping ni los lugares demasiado concurridos, y además estoy siguiendo todas las recomendaciones que los médicos me dan, pero ya estaba extrañando salir un poco y tomar algo de aire, cambiar de paisaje, de sonidos, de gente, así que dejando a un lado esos miedos que tenía al principio de poder enfermarme, empecé a alborotar el avispero y salió reunión de amigas.
Contarles que fue la mejor decisión que pude tomar, porque para estar sano físicamente está clarísimo que uno tiene que cuidar la cabecita y el alma. Ni bien llegamos al punto de encuentro, fue como siempre: sacar la pausa esa que parece que queda puesta luego de cada reunión, poner el play y seguir automáticamente como si hubiésemos dejado de vernos ayer!
Halagarnos, contarnos cosas, preguntarnos como está esto y aquello, que las horas nunca alcancen para contarnos tanto que hay para contar, tratar de hablar de a una sin "pisar" lo que dicen las otras, escuchar historias viejas pero que son "nuevas" porque tal vez es la primera vez que nos animamos a contarlas, reconfirmar una vez más que como los tres mosqueteros, somos todas para una y una para todas.
Saber que hemos pasado momentos lindos, divertidos, de fiesta, de distancia, de silencios, de no saber que hacer o cual es la mejor manera de ayudar, pero saber también que siempre estamos ahí, que hace falta solamente que una tenga un motivo para festejar o que una esté necesitando ayuda, para que ese lazo que nos une hace tantos años vuelva a surgir y a ponerse en marcha para lograr lo que sea, como por arte de magia.
Decirles que ayer volví a mi casa, además de con una de ellas para seguir lo que no nos dio el tiempo mientras tomábamos el te, con el alma y el corazón contentos, de saber que siguen estando allí, que cuento con ustedes siempre, que siguen respetando mis tiempos, así como los momentos en que necesito estar sola y los otros en los que necesito llenarme de compañía y que a pesar de lo diferentes que somos, todas celebramos la vida y la agradecemos.
Ayer volví a mi casa convencida de que ir al shopping a tomar el té, fue un granito más que se sumó a este médano de mi curación.
Las quiero ♥
Tan pronto como me enfermé, una de las cosas que me recomendaron los médicos, fue no asistir a lugares donde hubiera mucha gente, porque mis defensas iban a caer y era mucho más alta la probabilidad de agarrarme cualquier otra peste que anduviera en la vuelta.
Digamos que hice caso al pie de la letra, nunca me llamó la atención el shopping ni los lugares demasiado concurridos, y además estoy siguiendo todas las recomendaciones que los médicos me dan, pero ya estaba extrañando salir un poco y tomar algo de aire, cambiar de paisaje, de sonidos, de gente, así que dejando a un lado esos miedos que tenía al principio de poder enfermarme, empecé a alborotar el avispero y salió reunión de amigas.
Contarles que fue la mejor decisión que pude tomar, porque para estar sano físicamente está clarísimo que uno tiene que cuidar la cabecita y el alma. Ni bien llegamos al punto de encuentro, fue como siempre: sacar la pausa esa que parece que queda puesta luego de cada reunión, poner el play y seguir automáticamente como si hubiésemos dejado de vernos ayer!
Halagarnos, contarnos cosas, preguntarnos como está esto y aquello, que las horas nunca alcancen para contarnos tanto que hay para contar, tratar de hablar de a una sin "pisar" lo que dicen las otras, escuchar historias viejas pero que son "nuevas" porque tal vez es la primera vez que nos animamos a contarlas, reconfirmar una vez más que como los tres mosqueteros, somos todas para una y una para todas.
Saber que hemos pasado momentos lindos, divertidos, de fiesta, de distancia, de silencios, de no saber que hacer o cual es la mejor manera de ayudar, pero saber también que siempre estamos ahí, que hace falta solamente que una tenga un motivo para festejar o que una esté necesitando ayuda, para que ese lazo que nos une hace tantos años vuelva a surgir y a ponerse en marcha para lograr lo que sea, como por arte de magia.
Decirles que ayer volví a mi casa, además de con una de ellas para seguir lo que no nos dio el tiempo mientras tomábamos el te, con el alma y el corazón contentos, de saber que siguen estando allí, que cuento con ustedes siempre, que siguen respetando mis tiempos, así como los momentos en que necesito estar sola y los otros en los que necesito llenarme de compañía y que a pesar de lo diferentes que somos, todas celebramos la vida y la agradecemos.
Ayer volví a mi casa convencida de que ir al shopping a tomar el té, fue un granito más que se sumó a este médano de mi curación.
Las quiero ♥
viernes, 23 de agosto de 2013
Cortita y al pie: Noche de la Nostalgia
Este año mi Nostalgia será diferente.
No habrá salidas, ni boliches, ni alcohol, pero seguirá habiendo música, diversión, recuerdos divinos y la mejor disposición.
Este año no puedo mezclarme con la multitud, ni estar en un lugar cerrado lleno de gente, pero tengo la posibilidad de seguir disfrutando de otra manera, pero disfrutando.
Porque cuando entendemos que el disfrute tiene que ver con como nos sentimos con nosotros mismos, uno puede disfrutar de lo que tiene, donde sea, tenga poquito o mucho y esté acompañado o esté solo.
La circunstancia es solo eso, una circunstancia, que hoy es de una forma y mañana puede ser de otra, pero si no estamos en sintonía con nosotros mismos, es imposible que algo externo nos permita disfrutar.
Yo sigo aquí, cantando y bailando con videos de esos que me trasportan a otras épocas, disfrutando de esa música que tanto me gusta, recordando si, añorando no, porque lo que pasó ya pasó, se disfrutó y se siguió adelante.
Feliz Nostalgia para todos!
P.D.: Si uds si van a salir, si uds si pueden tomar alcohol, no manejen! Que una noche divertida no termine convirtiéndose en una pesadilla.
No habrá salidas, ni boliches, ni alcohol, pero seguirá habiendo música, diversión, recuerdos divinos y la mejor disposición.
Este año no puedo mezclarme con la multitud, ni estar en un lugar cerrado lleno de gente, pero tengo la posibilidad de seguir disfrutando de otra manera, pero disfrutando.
Porque cuando entendemos que el disfrute tiene que ver con como nos sentimos con nosotros mismos, uno puede disfrutar de lo que tiene, donde sea, tenga poquito o mucho y esté acompañado o esté solo.
La circunstancia es solo eso, una circunstancia, que hoy es de una forma y mañana puede ser de otra, pero si no estamos en sintonía con nosotros mismos, es imposible que algo externo nos permita disfrutar.
Yo sigo aquí, cantando y bailando con videos de esos que me trasportan a otras épocas, disfrutando de esa música que tanto me gusta, recordando si, añorando no, porque lo que pasó ya pasó, se disfrutó y se siguió adelante.
Feliz Nostalgia para todos!
P.D.: Si uds si van a salir, si uds si pueden tomar alcohol, no manejen! Que una noche divertida no termine convirtiéndose en una pesadilla.
jueves, 22 de agosto de 2013
Carta a una amiga
Hoy, o tal vez mañana, no lo tengo claro, no soy buena para las fechas, lo sabés, hace dos meses que estás en otro lugar, y quiero decirte cuanto te extraño!
Venís a mi cabeza una y otra vez, todo el tiempo, pero nunca te veo triste, siempre con alegría, por más que a veces termine poniéndome triste y los recuerdos empujen mis lágrimas y las hagan rodar por mi cara, igual así y todo está mi sonrisa, porque cómo puedo recordarte a vos, más que sonriendo?
Muchos años, muchos días, muchas horas de momentos compartidos, una amistad que se fue consolidando con cada una de las cosas que nos fueron pasando buenas y malas, 8, 9 años es mucho tiempo.
Te acordás cuando te tocó la "sencilla" tarea de ponerme al tanto del funcionamiento de la oficina? y que fue lo primero que hiciste: endosarme la aprontada de mate, maldad número 1 (creo que no hiciste muchas más, porque si había alguien bueno eras vos), que por supuesto yo, tomando tu ejemplo, trasladaría a la pobre Adri y así sucesivamente la "nueva" era con lo primero que quedaba clavada :)
Mirá que nos reimos juntas! Te acordás aquella vez que supimos que alguien me había llamado "yegua" (en forma totalmente desubicada) y de ahí en más quedó para siempre el apodo, lo único que para no quedar en evidencia lo transformamos un poco, pasé a ser la shiiiiiiiiiiiiiiiii (gua). Cuando me atomizaste con lo de los pollos arrollados!!!!! Fue genial, creo que te duró como un año, y dale con los pollos y dale con los pollos, caseritos obvio, justo a mí, que en esa época no me podías pedir más que una hamburguesa de micro! Es más, tiempo después hasta llegaste a enseñarnos en la hora del descanso a deshuesar el tan afamado pollo y rellenarlo!!! Que loco todo! Llevábamos los implementos, y cual canal Gourmet íbamos haciendo el paso a paso... Sabés que en mi heladera están pegadas dos de tus famosas recetas? Y que día a día cuando reparo en ellas no puedo dejar de sonreir, porque me vienen mil anécdotas culinarias más tuyas?
Nos enojamos también, y en algún momento bastante fulero, pero también me acuerdo el día que nos sentamos en "el rojito" (chevette que tenía más vidas que 150 gatos juntos) y las dos nos dijimos lo mismo: no puedo estar peleada contigo, porque te quiero mucho. La bronca que me agarré aquel otro día, en que habíamos tomado una decisión en masa y vos dijiste yo no las sigo. Se me atravesó el corazón! Cómo podía ser que no nos siguieras? Pero ahí aprendí a respetar un poco más, a saber que uno a veces hace lo que quiere y otras lo que puede y que no siempre todos queremos/podemos lo mismo en los mismos tiempos...
Me acuerdo de tu primera batalla hace años ya: fue un sablazo que nos partió al medio. Nadie lo esperaba, por qué a vos? por qué si vos lo único que hacías era hacer el bien? Y ahí tratamos de estar al pie del cañon, era nuevo para nosotras, tratamos de acompañarte como pudimos... Cómo te extrañamos! Pero que feliz estuvimos el día que volviste curada, a pesar de que ante cualquier eventualidad sacabas a relucir tu: no me molesten que me certifico, que shiiiiiiiiiiii!
Casi al mismo tiempo nos empezamos a sentir mal el año pasado, vivíamos bromeando de que los 40 nos estaban arruinando! Habíamos cambiado: en vez de hablar de que lindo que está fulano, hablábamos de dolores, eso sí solo 5 minutos porque nada de andar de bajones. Cuanto te insistí para que te hicieras ver y como te entiendo ahora que estoy del otro lado. Nunca mejor el dicho de juzga estando en los zapatos del juzgado. Como entiendo ahora tu miedo, tu cabeza a mil, tu inseguridad, tu estar ida tantas veces...
Espero haberte podido acompañar de la mejor manera, pido perdón si estuve poco o atomicé mucho, queriéndote pasar películas que te hicieran reir, libros que te levantaran el ánimo, mensajeándote o yéndote a ver a pesar de que muchas veces pedías estar sola.
La vida quiso que el último tiempo nos encontrara separadas, vos en un sanatorio y yo en otro, por supuesto vos no sabías nada de lo mío y yo no hubo un solo día que no pensara en vos. Le preguntaba a las chicas, sabía que seguramente no me contaban toda la verdad, yo también tenía bastante, y tenía que mantenerme fuerte y positiva, que difícil fue! hasta que un domingo leí lo que escribió ese sol que tenés como hija y supe... Fue una puñalada en medio del corazón, lloré, lloré y lloré, con bronca, con impotencia, con tristeza...
Después agradecí, a Dios que me dio la oportunidad de haberte conocido y haber vivido tanto contigo: charlas, paseos, bromas, cumpleaños, comidas, confesiones, fiestas empresariales (para las que estábamos un mes: voy, no mejor no voy, bueno voy, no, no tengo que ponerme), hijas y más.
Para mi sos y seguirás siendo tantas cosas, Lady Laura (como te bautizó aquel viejo pretendiente), el Bombón de Chocolat (mirá que nos reimos con eso!!!), la Reina de la Ciudad Vieja: porque no quedaba portero, panadero, gerente, limpiadora, cuidacoche que no te conociera y con quien no tuvieras algún vínculo, caminar contigo era como salir en la carroza de carnaval con la reina tirando besos a troche y moche, la "multi" de la oficina porque en tus buenas épocas nos sacabas viruta a todas ;), una gran mujer, una amigaza, una persona solidaria que si sabía que en algo podía ayudar, ni preguntaba, se mandaba y listo.
Dejaste un sol que te representa con orgullo, orgullosas las dos, ella de haberte tenido y vos debes de estarlo al verla seguir adelante, estaré siempre que me necesite, para acompañarla, hacerle de oreja, el aguante, o lo que sea que esté a mi alcance.
Nada amiga, no pude despedirme de vos y necesitaba hacerlo, lo hago como siempre que te pienso, con tristeza pero con una sonrisa, porque se que estás en un lugar mejor y porque también se que un día nos encontraremos al final del arcoiris para seguir riendo juntas ♥
Te quiero,
Vivi
Venís a mi cabeza una y otra vez, todo el tiempo, pero nunca te veo triste, siempre con alegría, por más que a veces termine poniéndome triste y los recuerdos empujen mis lágrimas y las hagan rodar por mi cara, igual así y todo está mi sonrisa, porque cómo puedo recordarte a vos, más que sonriendo?
Muchos años, muchos días, muchas horas de momentos compartidos, una amistad que se fue consolidando con cada una de las cosas que nos fueron pasando buenas y malas, 8, 9 años es mucho tiempo.
Te acordás cuando te tocó la "sencilla" tarea de ponerme al tanto del funcionamiento de la oficina? y que fue lo primero que hiciste: endosarme la aprontada de mate, maldad número 1 (creo que no hiciste muchas más, porque si había alguien bueno eras vos), que por supuesto yo, tomando tu ejemplo, trasladaría a la pobre Adri y así sucesivamente la "nueva" era con lo primero que quedaba clavada :)
Mirá que nos reimos juntas! Te acordás aquella vez que supimos que alguien me había llamado "yegua" (en forma totalmente desubicada) y de ahí en más quedó para siempre el apodo, lo único que para no quedar en evidencia lo transformamos un poco, pasé a ser la shiiiiiiiiiiiiiiiii (gua). Cuando me atomizaste con lo de los pollos arrollados!!!!! Fue genial, creo que te duró como un año, y dale con los pollos y dale con los pollos, caseritos obvio, justo a mí, que en esa época no me podías pedir más que una hamburguesa de micro! Es más, tiempo después hasta llegaste a enseñarnos en la hora del descanso a deshuesar el tan afamado pollo y rellenarlo!!! Que loco todo! Llevábamos los implementos, y cual canal Gourmet íbamos haciendo el paso a paso... Sabés que en mi heladera están pegadas dos de tus famosas recetas? Y que día a día cuando reparo en ellas no puedo dejar de sonreir, porque me vienen mil anécdotas culinarias más tuyas?
Nos enojamos también, y en algún momento bastante fulero, pero también me acuerdo el día que nos sentamos en "el rojito" (chevette que tenía más vidas que 150 gatos juntos) y las dos nos dijimos lo mismo: no puedo estar peleada contigo, porque te quiero mucho. La bronca que me agarré aquel otro día, en que habíamos tomado una decisión en masa y vos dijiste yo no las sigo. Se me atravesó el corazón! Cómo podía ser que no nos siguieras? Pero ahí aprendí a respetar un poco más, a saber que uno a veces hace lo que quiere y otras lo que puede y que no siempre todos queremos/podemos lo mismo en los mismos tiempos...
Me acuerdo de tu primera batalla hace años ya: fue un sablazo que nos partió al medio. Nadie lo esperaba, por qué a vos? por qué si vos lo único que hacías era hacer el bien? Y ahí tratamos de estar al pie del cañon, era nuevo para nosotras, tratamos de acompañarte como pudimos... Cómo te extrañamos! Pero que feliz estuvimos el día que volviste curada, a pesar de que ante cualquier eventualidad sacabas a relucir tu: no me molesten que me certifico, que shiiiiiiiiiiii!
Casi al mismo tiempo nos empezamos a sentir mal el año pasado, vivíamos bromeando de que los 40 nos estaban arruinando! Habíamos cambiado: en vez de hablar de que lindo que está fulano, hablábamos de dolores, eso sí solo 5 minutos porque nada de andar de bajones. Cuanto te insistí para que te hicieras ver y como te entiendo ahora que estoy del otro lado. Nunca mejor el dicho de juzga estando en los zapatos del juzgado. Como entiendo ahora tu miedo, tu cabeza a mil, tu inseguridad, tu estar ida tantas veces...
Espero haberte podido acompañar de la mejor manera, pido perdón si estuve poco o atomicé mucho, queriéndote pasar películas que te hicieran reir, libros que te levantaran el ánimo, mensajeándote o yéndote a ver a pesar de que muchas veces pedías estar sola.
La vida quiso que el último tiempo nos encontrara separadas, vos en un sanatorio y yo en otro, por supuesto vos no sabías nada de lo mío y yo no hubo un solo día que no pensara en vos. Le preguntaba a las chicas, sabía que seguramente no me contaban toda la verdad, yo también tenía bastante, y tenía que mantenerme fuerte y positiva, que difícil fue! hasta que un domingo leí lo que escribió ese sol que tenés como hija y supe... Fue una puñalada en medio del corazón, lloré, lloré y lloré, con bronca, con impotencia, con tristeza...
Después agradecí, a Dios que me dio la oportunidad de haberte conocido y haber vivido tanto contigo: charlas, paseos, bromas, cumpleaños, comidas, confesiones, fiestas empresariales (para las que estábamos un mes: voy, no mejor no voy, bueno voy, no, no tengo que ponerme), hijas y más.
Para mi sos y seguirás siendo tantas cosas, Lady Laura (como te bautizó aquel viejo pretendiente), el Bombón de Chocolat (mirá que nos reimos con eso!!!), la Reina de la Ciudad Vieja: porque no quedaba portero, panadero, gerente, limpiadora, cuidacoche que no te conociera y con quien no tuvieras algún vínculo, caminar contigo era como salir en la carroza de carnaval con la reina tirando besos a troche y moche, la "multi" de la oficina porque en tus buenas épocas nos sacabas viruta a todas ;), una gran mujer, una amigaza, una persona solidaria que si sabía que en algo podía ayudar, ni preguntaba, se mandaba y listo.
Dejaste un sol que te representa con orgullo, orgullosas las dos, ella de haberte tenido y vos debes de estarlo al verla seguir adelante, estaré siempre que me necesite, para acompañarla, hacerle de oreja, el aguante, o lo que sea que esté a mi alcance.
Nada amiga, no pude despedirme de vos y necesitaba hacerlo, lo hago como siempre que te pienso, con tristeza pero con una sonrisa, porque se que estás en un lugar mejor y porque también se que un día nos encontraremos al final del arcoiris para seguir riendo juntas ♥
Te quiero,
Vivi
miércoles, 21 de agosto de 2013
Hay que saber - Cáncer de cuello de útero
Saber es para mí una de las cosas fundamentales de la vida.
Saber lo que queremos conocer, saber lo que necesitamos, saber lo que nos llama la atención y nos motiva averiguar, pero SOBRE TODO saber lo que nos es indispensable para seguir adelante.
Como ya les conté desde el vamos quise saber todo lo que necesitaba saber acerca de mi enfermedad para con esas armas poder pensar en curarme, y cada día que pasa confirmo más aún lo importante que es que estemos INFORMADOS sobre la enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento para la curación.
No podemos dejar en manos de nadie, el manejo de la información. El "implicado" tiene que ser el primero en saber su historia clínica de atrás para adelante y de adelante para atrás, más allá de que el resto de la familia o amigos lo sepan. Es UNO MISMO el que tiene que manejar toda esa data, porque es de VITAL IMPORTANCIA para salir adelante.
Ustedes tal vez digan, si, pero no todo el mundo quiere saber, no todo el mundo tiene fortaleza para preguntar y escuchar respuestas que muchas veces no son las más esperadas, aún así creo que lo peor que uno puede hacer como paciente es negar, es no querer saber, no involucrarse, creo que eso hace que la mitad del camino esté perdido, y disculpen si sueno grosera o nefasta.
Todos los años me hago los controles que me dicen que tengo que hacer: PAP, Colposcopía cuando me la indican, mamografía este año por primera vez (porque cumplí los famosos 40), rutina de sangre una vez al año...
Todos estos exámenes siempre dieron perfecto, inclusive los de este año, cuando mi tumor en el cuello del útero ya estaba formado y no salió en el PAP y no lo detectaron dos colposcopías...
Pero hubo un día en que yo vi que algo no andaba bien y enseguida consulté. Me gustaría poder trasmitir lo importante que fue para mi una consulta inmediata: a pesar de tener el respaldo de unos resultados correctos yo consulté al médico, sabía que algo en mi cuerpo estaba distinto.
A pesar de que todo indicaba que no podía haber nada allí, yo insistí y pregunté y volví a consultar y volví a preguntar y me informé, y pedí que me explicaran, dibujaran, etc. etc. porque yo tenía que entender que estaba pasando y cómo podía haber pasado esto si todo había dado bien.
Así llegué a que me contaran, que como toda regla, hay excepciones, y yo fui la excepción en el PAP. Yo fui uno de esos 0.000001 por ciento (el número es meramente ilustrativo porque no recuerdo el porcentaje exacto) que está pero no sale en el resultado. Por tanto a todas y todos los que me leen, me gustaría pedirles, no que se persigan, pero si que se controlen ustedes o sus mujeres, y que ante el más mínimo cambio en el cuerpo, consulten e INSISTAN.
He pasado por MUCHOS médicos desde diciembre hasta la fecha, no todos fueron claros, no todos fueron simpáticos, no todos se pusieron el caso al hombro, pero, yo contaba con algo que batallaba a favor mío: SABIA LO QUE TENIA, SABIA LO QUE ME HACIAN, SABIA EL POR QUE, SABIA... y eso me permitió "pararle" el carro al que se creía más, al que me trató como un número, o al que creyó que yo no tenía ni idea.
SABER me viene salvando, me ayuda a curarme, si un médico no me convence, o no me explica lo que necesito, hablo, pregunto, hago valer mis derechos, y ahí seguimos hacia adelante desde donde hay que seguir.
El miedo paraliza, no sirve, no aporta y mucho menos cura, así que destierren el miedo a preguntar, a que les digan, a contar, a saber porque van a tener mucho más a su favor ♥
Saber lo que queremos conocer, saber lo que necesitamos, saber lo que nos llama la atención y nos motiva averiguar, pero SOBRE TODO saber lo que nos es indispensable para seguir adelante.
Como ya les conté desde el vamos quise saber todo lo que necesitaba saber acerca de mi enfermedad para con esas armas poder pensar en curarme, y cada día que pasa confirmo más aún lo importante que es que estemos INFORMADOS sobre la enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento para la curación.
No podemos dejar en manos de nadie, el manejo de la información. El "implicado" tiene que ser el primero en saber su historia clínica de atrás para adelante y de adelante para atrás, más allá de que el resto de la familia o amigos lo sepan. Es UNO MISMO el que tiene que manejar toda esa data, porque es de VITAL IMPORTANCIA para salir adelante.
Ustedes tal vez digan, si, pero no todo el mundo quiere saber, no todo el mundo tiene fortaleza para preguntar y escuchar respuestas que muchas veces no son las más esperadas, aún así creo que lo peor que uno puede hacer como paciente es negar, es no querer saber, no involucrarse, creo que eso hace que la mitad del camino esté perdido, y disculpen si sueno grosera o nefasta.
Todos los años me hago los controles que me dicen que tengo que hacer: PAP, Colposcopía cuando me la indican, mamografía este año por primera vez (porque cumplí los famosos 40), rutina de sangre una vez al año...
Todos estos exámenes siempre dieron perfecto, inclusive los de este año, cuando mi tumor en el cuello del útero ya estaba formado y no salió en el PAP y no lo detectaron dos colposcopías...
Pero hubo un día en que yo vi que algo no andaba bien y enseguida consulté. Me gustaría poder trasmitir lo importante que fue para mi una consulta inmediata: a pesar de tener el respaldo de unos resultados correctos yo consulté al médico, sabía que algo en mi cuerpo estaba distinto.
A pesar de que todo indicaba que no podía haber nada allí, yo insistí y pregunté y volví a consultar y volví a preguntar y me informé, y pedí que me explicaran, dibujaran, etc. etc. porque yo tenía que entender que estaba pasando y cómo podía haber pasado esto si todo había dado bien.
Así llegué a que me contaran, que como toda regla, hay excepciones, y yo fui la excepción en el PAP. Yo fui uno de esos 0.000001 por ciento (el número es meramente ilustrativo porque no recuerdo el porcentaje exacto) que está pero no sale en el resultado. Por tanto a todas y todos los que me leen, me gustaría pedirles, no que se persigan, pero si que se controlen ustedes o sus mujeres, y que ante el más mínimo cambio en el cuerpo, consulten e INSISTAN.
He pasado por MUCHOS médicos desde diciembre hasta la fecha, no todos fueron claros, no todos fueron simpáticos, no todos se pusieron el caso al hombro, pero, yo contaba con algo que batallaba a favor mío: SABIA LO QUE TENIA, SABIA LO QUE ME HACIAN, SABIA EL POR QUE, SABIA... y eso me permitió "pararle" el carro al que se creía más, al que me trató como un número, o al que creyó que yo no tenía ni idea.
SABER me viene salvando, me ayuda a curarme, si un médico no me convence, o no me explica lo que necesito, hablo, pregunto, hago valer mis derechos, y ahí seguimos hacia adelante desde donde hay que seguir.
El miedo paraliza, no sirve, no aporta y mucho menos cura, así que destierren el miedo a preguntar, a que les digan, a contar, a saber porque van a tener mucho más a su favor ♥
martes, 20 de agosto de 2013
Primavera
Hoy respiramos primavera...
Y así como es en las estaciones del año, parece ser en la vida. Todo es cíclico, o mejor dicho, nada es constante.
Atravesamos maravillosos veranos, llenos de cosas lindas, de risas, de compañías, de buenos momentos, que de pronto parecen tan fugaces, o tan lejanos, y que luego se van diluyendo con el otoño.
Ese otoño que a veces es un poco triste, que a veces tiene olor y sabor a melancolía, porque parece se va apagando a pesar de sus colores maravillosos, porque nos recuerda que el verano tiene un fin, como todas las cosas en la vida, y tal vez porque lo peor es que sabemos que luego trae el invierno.
El invierno, lleno de gris, de frío, de tormentas, de cosas poco agraciadas, donde nos tenemos que llenar también, valga la redundancia, de cuidados para que no nos afecte tanto y poder vivirlo y poder pasarlo.
El invierno, así como las cosas grises y negras de la vida, que siempre en algún momento llegan, pero que también siempre en algún momento pasan. Ese invierno que nos pone a prueba una y mil veces, ese que desearíamos que no llegara nunca, pero que disfrazado de una u otra manera, termina llegando.
Ese invierno, que cuando logramos vencer, nos deja sentir victoriosos, nos hace sentir que pudimos y que seguimos pudiendo hacer frente a cosas que no esperamos y que podemos enfrentar en el momento en que llegan, aunque a veces pareciera que no.
Ese invierno que nos deja más fuertes, y que nos hace redimensionar los colores, olores, sabores no solamente del resto de las estaciones, sino también de los propios. Ese que nos hace valorar mucho más aún, cuando empezamos a ver los primeros indicios de que se acerca una nueva primavera...
Y otra vez todo florece, otra vez todo tiene color, otra vez y como siempre, la vida se abre paso y sigue avanzando.
Así estoy, esperando la llegada de la nueva primavera, pero sin desconocer todas las cosas que me enseñó y me enseña el invierno.
Agradecida de poder disfrutar y vivir todos los matices de colores y estaciones que tiene esta vida :)
Y así como es en las estaciones del año, parece ser en la vida. Todo es cíclico, o mejor dicho, nada es constante.
Atravesamos maravillosos veranos, llenos de cosas lindas, de risas, de compañías, de buenos momentos, que de pronto parecen tan fugaces, o tan lejanos, y que luego se van diluyendo con el otoño.
Ese otoño que a veces es un poco triste, que a veces tiene olor y sabor a melancolía, porque parece se va apagando a pesar de sus colores maravillosos, porque nos recuerda que el verano tiene un fin, como todas las cosas en la vida, y tal vez porque lo peor es que sabemos que luego trae el invierno.
El invierno, lleno de gris, de frío, de tormentas, de cosas poco agraciadas, donde nos tenemos que llenar también, valga la redundancia, de cuidados para que no nos afecte tanto y poder vivirlo y poder pasarlo.
El invierno, así como las cosas grises y negras de la vida, que siempre en algún momento llegan, pero que también siempre en algún momento pasan. Ese invierno que nos pone a prueba una y mil veces, ese que desearíamos que no llegara nunca, pero que disfrazado de una u otra manera, termina llegando.
Ese invierno, que cuando logramos vencer, nos deja sentir victoriosos, nos hace sentir que pudimos y que seguimos pudiendo hacer frente a cosas que no esperamos y que podemos enfrentar en el momento en que llegan, aunque a veces pareciera que no.
Ese invierno que nos deja más fuertes, y que nos hace redimensionar los colores, olores, sabores no solamente del resto de las estaciones, sino también de los propios. Ese que nos hace valorar mucho más aún, cuando empezamos a ver los primeros indicios de que se acerca una nueva primavera...
Y otra vez todo florece, otra vez todo tiene color, otra vez y como siempre, la vida se abre paso y sigue avanzando.
Así estoy, esperando la llegada de la nueva primavera, pero sin desconocer todas las cosas que me enseñó y me enseña el invierno.
Agradecida de poder disfrutar y vivir todos los matices de colores y estaciones que tiene esta vida :)
domingo, 18 de agosto de 2013
Feliz Día ♥
Me encantó esta foto de Uruguay x LIVESTRONG que dice tanto! Ejemplos de vida: los niños. Siempre con una
sonrisa en la cara a pesar de todo, siempre haciendo borrón y cuenta
nueva, siempre soñando, siempre tendiendo la mano. Feliz Día del Niño!!!
viernes, 16 de agosto de 2013
Alguna vez fui las tres chicas superpoderosas juntas
Como dice el título, alguna vez fui las tres chicas superpoderosas juntas, ya no lo soy.
Alguna vez pude con todo, con lo mío, con lo ajeno y con más, hoy ni siquiera puedo solo con lo mío.
Hasta hace un tiempo, las horas del día no me alcanzaban para todas las cosas que tenía para hacer, trabajo, hijas, obligaciones, la casa, tareas, comida, amigos, familia, etc., etc., hoy bajé tanto las revoluciones que parecen ser muy pocas las cosas que no puedo posponer.
Muchas veces supe escuchar, casi siempre tuve argumentos para debatir, para confrontar, para mantener una conversación, hoy me siento cansada hasta para eso.
Si algo aprendí es que no sirve ser ni la Mujer Maravilla, ni las 3 Chicas Superpoderosas, que todos necesitamos de otros que nos den una mano, que nos hagan de cable a tierra, que lo mejor que podemos hacer con el control remoto de nuestra vida es tirarlo bien bien lejos porque en definitiva no está tan bueno creer que tenemos el control, porque en una jugada nos patean el tablero y zas quedamos totalmente expuestos.
Hoy es un día medio gris (por ser un poco optimista), arranqué mal y no lo pude remontar, y me permití no haber podido.
Hoy siento que no estoy todo el tiempo exigiéndome, me permito ser un poco más, vivir los estados de ánimo que tenga que vivir, aunque sigo eligiendo sentirme feliz y con ganas de cosas, que triste y sin ganas de moverme.
Lo que no pierdo es la esperanza de que en algún momento esta pesadilla termine y no volver a ser la de antes, porque es claro que esto ya me modificó, pero que mi esencia siga estando ahí y vuelva a aflorar con todas sus fuerzas.
Alguna vez pude con todo, con lo mío, con lo ajeno y con más, hoy ni siquiera puedo solo con lo mío.
Hasta hace un tiempo, las horas del día no me alcanzaban para todas las cosas que tenía para hacer, trabajo, hijas, obligaciones, la casa, tareas, comida, amigos, familia, etc., etc., hoy bajé tanto las revoluciones que parecen ser muy pocas las cosas que no puedo posponer.
Muchas veces supe escuchar, casi siempre tuve argumentos para debatir, para confrontar, para mantener una conversación, hoy me siento cansada hasta para eso.
Si algo aprendí es que no sirve ser ni la Mujer Maravilla, ni las 3 Chicas Superpoderosas, que todos necesitamos de otros que nos den una mano, que nos hagan de cable a tierra, que lo mejor que podemos hacer con el control remoto de nuestra vida es tirarlo bien bien lejos porque en definitiva no está tan bueno creer que tenemos el control, porque en una jugada nos patean el tablero y zas quedamos totalmente expuestos.
Hoy es un día medio gris (por ser un poco optimista), arranqué mal y no lo pude remontar, y me permití no haber podido.
Hoy siento que no estoy todo el tiempo exigiéndome, me permito ser un poco más, vivir los estados de ánimo que tenga que vivir, aunque sigo eligiendo sentirme feliz y con ganas de cosas, que triste y sin ganas de moverme.
Lo que no pierdo es la esperanza de que en algún momento esta pesadilla termine y no volver a ser la de antes, porque es claro que esto ya me modificó, pero que mi esencia siga estando ahí y vuelva a aflorar con todas sus fuerzas.
jueves, 15 de agosto de 2013
Volver de Block II
Y finalmente volví de Block, porque todo pasa y todo queda, pero lo bueno es pasar... como dice el genio de Serrat, triste porque tuve que pasar por eso, porque no pude zafar, porque a pesar de que trato de pensar lo más positivamente, siguen surgiendo más y más cosas, porque ahora tengo algo colgado de mi cuerpo las 24 horas del día, y que muy estético y agradable no es, más bien todo lo contrario, pero contenta por haber pasado otra cosa que cuando me enteré que tenía que pasar me pareció terrible, me pareció que no iba a poder remontar, pero la pasé y entiendo que es para mejor.
Estoy triste si, estoy enojada, vuelven las mil preguntas, por qué a mi? por qué si hasta hace un par de semanas estaba fantástica? por qué? por qué? por qué?...
Un tema fue explicárselo a mis hijas, cuando aún ni siquiera terminaba de entenderlo yo. Pedí que ese día no me las trajeran, prefería que no me vieran recién operada, sin entrar en detalles, no era un panorama muy lindo de presenciar, en unos días estaría mejor. Busqué mi voz más positiva y las llamé por teléfono como quien llama para contar una anécdota divertida de algo que le pasó: hola! no saben lo que me hicieron hoy!!! Me llevaron al quirófano y me pusieron un cañito del riñón que tenía "apretado" por el tumor y va hacia una bolsita que ahora voy a tener que llevar hasta que todo esto esté solucionado! Es rarísimo, pero va a servir para que mi riñón se salve, cuando vengan se los muestro, es medio feo pero ta, es por mi bien! Ellas lo tomaron como yo quería: era un cuento! Cuando finalmente lo vieron su comentario fue: ahhhh mamáaaaa pero no es tan horrible!!!! ;)
Ahora cambian mis hábitos: mi manera de dormir, tengo que tener dos millones de cuidados, me "tranca para vestirme como lo hago siempre", tendré que aprender a caminar con esto, etc., pero no han pasado ni 24 horas y me estoy manejando sin problemas mayores. Así que AVANTI MOROCHA!!! y como dicen por ahí: que pase el que sigue...
Estoy triste si, estoy enojada, vuelven las mil preguntas, por qué a mi? por qué si hasta hace un par de semanas estaba fantástica? por qué? por qué? por qué?...
Un tema fue explicárselo a mis hijas, cuando aún ni siquiera terminaba de entenderlo yo. Pedí que ese día no me las trajeran, prefería que no me vieran recién operada, sin entrar en detalles, no era un panorama muy lindo de presenciar, en unos días estaría mejor. Busqué mi voz más positiva y las llamé por teléfono como quien llama para contar una anécdota divertida de algo que le pasó: hola! no saben lo que me hicieron hoy!!! Me llevaron al quirófano y me pusieron un cañito del riñón que tenía "apretado" por el tumor y va hacia una bolsita que ahora voy a tener que llevar hasta que todo esto esté solucionado! Es rarísimo, pero va a servir para que mi riñón se salve, cuando vengan se los muestro, es medio feo pero ta, es por mi bien! Ellas lo tomaron como yo quería: era un cuento! Cuando finalmente lo vieron su comentario fue: ahhhh mamáaaaa pero no es tan horrible!!!! ;)
Ahora cambian mis hábitos: mi manera de dormir, tengo que tener dos millones de cuidados, me "tranca para vestirme como lo hago siempre", tendré que aprender a caminar con esto, etc., pero no han pasado ni 24 horas y me estoy manejando sin problemas mayores. Así que AVANTI MOROCHA!!! y como dicen por ahí: que pase el que sigue...
"La Nefro " o el regreso del Bombón Asesino
Si, es cierto, venía protagonizando el papel de la Mujer Invisible, pero de golpe, todo cambió.
Se abrió la puerta de la sala y entró mi vieja que venía a acompañarme un rato, ni tiempo de colgar la campera tuvo, porque alguien le venía pisando los talones...
El bombonazo que había conocido la noche anterior (dicho así puede sonar que había salido de boliche y hasta había levantado algo) pero no... era el Urólogo, que se había convertido en el Bombón Asesino. Ese mismo que hacía menos de 12 horas había venido a verme, a advertirme que "tal vez", "existe la posibilidad", "capaz que" tengamos que hacerte un procedimiento más adelante...
Lo miré a los ojos apenas lo vi entrar y le dije: Ahhh ahora entiendo!!! Vos sos el responsable de que me hayan sacado todo: el agua, el hielo y no me hayan traído el desayuno!!!
Si, me contestó.
Me lo vas a hacer HOY????? Pregunté.
Sí, a las 2 de la tarde, ya está todo coordinado.
Ahí dio rienda suelta a su facilidad de expresión y me contó con pelos y señales TODO lo que me iba a hacer.
En los minutos siguientes, las lágrimas brotaron de mis ojos como cataratas, pero yo trataba de mantenerme lo más firme que podía, el me seguía explicando, pero a la vez me contenía, me trataba de transmitir tranquilidad, me decía que esto iba a ser algo transitorio y que era totalmente por mi bien.
En un momento me quebré, lloré, lloré y lloré. El esperó, con mucho respeto siguió hablándome y tratando de que entendiera el por qué del procedimiento, yo me sentía como si tuviera 90 años, y la noticia me cayó casi como si me hubieran dicho que me tenían que amputar alguna parte de mi cuerpo.
Creo, que digo creo, estoy segura, que mis catarsis con llanto, no duran mucho más de 10 minutos, como le dije a él cuando me dijo que iba a pedirle al equipo de sicología médica que me viniera a ver: tranquilo, lloro un ratito, me desahogo y con esto tiro hasta dentro de tres o cuatro días :)
Acto seguido, tuve que asumir de golpe que iría otra vez al quirófano y que ese caño y esa bolsa serían a partir de ahora y vaya a saber hasta cuando, parte nueva de mi cuerpo. De golpe digo porque ni bien mi mamá escuchó lo que me iban a hacer en un par de horas, empezó a bajarle la presión, se desmayó y tuve que abandonar mi papel de paciente obligatoriamente por un rato, cambiándolo por el de enfermera.
Se abrió la puerta de la sala y entró mi vieja que venía a acompañarme un rato, ni tiempo de colgar la campera tuvo, porque alguien le venía pisando los talones...
El bombonazo que había conocido la noche anterior (dicho así puede sonar que había salido de boliche y hasta había levantado algo) pero no... era el Urólogo, que se había convertido en el Bombón Asesino. Ese mismo que hacía menos de 12 horas había venido a verme, a advertirme que "tal vez", "existe la posibilidad", "capaz que" tengamos que hacerte un procedimiento más adelante...
Lo miré a los ojos apenas lo vi entrar y le dije: Ahhh ahora entiendo!!! Vos sos el responsable de que me hayan sacado todo: el agua, el hielo y no me hayan traído el desayuno!!!
Si, me contestó.
Me lo vas a hacer HOY????? Pregunté.
Sí, a las 2 de la tarde, ya está todo coordinado.
Ahí dio rienda suelta a su facilidad de expresión y me contó con pelos y señales TODO lo que me iba a hacer.
En los minutos siguientes, las lágrimas brotaron de mis ojos como cataratas, pero yo trataba de mantenerme lo más firme que podía, el me seguía explicando, pero a la vez me contenía, me trataba de transmitir tranquilidad, me decía que esto iba a ser algo transitorio y que era totalmente por mi bien.
En un momento me quebré, lloré, lloré y lloré. El esperó, con mucho respeto siguió hablándome y tratando de que entendiera el por qué del procedimiento, yo me sentía como si tuviera 90 años, y la noticia me cayó casi como si me hubieran dicho que me tenían que amputar alguna parte de mi cuerpo.
Creo, que digo creo, estoy segura, que mis catarsis con llanto, no duran mucho más de 10 minutos, como le dije a él cuando me dijo que iba a pedirle al equipo de sicología médica que me viniera a ver: tranquilo, lloro un ratito, me desahogo y con esto tiro hasta dentro de tres o cuatro días :)
Acto seguido, tuve que asumir de golpe que iría otra vez al quirófano y que ese caño y esa bolsa serían a partir de ahora y vaya a saber hasta cuando, parte nueva de mi cuerpo. De golpe digo porque ni bien mi mamá escuchó lo que me iban a hacer en un par de horas, empezó a bajarle la presión, se desmayó y tuve que abandonar mi papel de paciente obligatoriamente por un rato, cambiándolo por el de enfermera.
La mujer invisible (prefacio del regreso del bombón asesino)
Durante la internación.
Será que soy la mujer invisible??? O será que soy la paciente invisible???
Desde antes de ayer, que me sacaron de este sanatorio para trasladarme a otro a hacerme un procedimiento quirúrgico, parece que me convertí en el paciente invisible: ayer a la mañana no me trajeron la medicación porque por error mi ficha estaba vacía como si yo no existiera, en la tarde no figuraba en la ficha de admisión, razón por la cual las visitas que llegaron ese día preguntando por mi fueron "ejectadas" hacia la salida porque yo estaba "de alta"...
Hoy a las 7 de la mañana, media hora después de que me la habían traído, me retiraron la jarra de agua y la hielera como si tuviera que estar en ayunas y ahora que acaba de terminar el reparto, tampoco me han traído el desayuno...
Me levanto, me visto y salgo como endemoniada, después de venir acumulando una cosa tras otra, rumbo a la tisanería a preguntar que es lo que pasó, la enfermera me contesta: ni idea, ahora te averiguamos...
Ya ha pasado más de una hora y sin novedad (como decía el que anunciaba la hora en Montevideo Colonial), yo sigo aquí a pico seco, más endemoniada aún arranco para la enfermería a ver si alguien sabe que es lo que está sucediendo. La Nurse me responde: ni idea, ahora te averiguamos...
Vuelvo a mi habitación, me siento totalmente irritada, me quiero ir a mi casaaaaa, estoy sola, pero ni me imagino que lo peor está por llegar en unos minutos...
Continuará...
Será que soy la mujer invisible??? O será que soy la paciente invisible???
Desde antes de ayer, que me sacaron de este sanatorio para trasladarme a otro a hacerme un procedimiento quirúrgico, parece que me convertí en el paciente invisible: ayer a la mañana no me trajeron la medicación porque por error mi ficha estaba vacía como si yo no existiera, en la tarde no figuraba en la ficha de admisión, razón por la cual las visitas que llegaron ese día preguntando por mi fueron "ejectadas" hacia la salida porque yo estaba "de alta"...
Hoy a las 7 de la mañana, media hora después de que me la habían traído, me retiraron la jarra de agua y la hielera como si tuviera que estar en ayunas y ahora que acaba de terminar el reparto, tampoco me han traído el desayuno...
Me levanto, me visto y salgo como endemoniada, después de venir acumulando una cosa tras otra, rumbo a la tisanería a preguntar que es lo que pasó, la enfermera me contesta: ni idea, ahora te averiguamos...
Ya ha pasado más de una hora y sin novedad (como decía el que anunciaba la hora en Montevideo Colonial), yo sigo aquí a pico seco, más endemoniada aún arranco para la enfermería a ver si alguien sabe que es lo que está sucediendo. La Nurse me responde: ni idea, ahora te averiguamos...
Vuelvo a mi habitación, me siento totalmente irritada, me quiero ir a mi casaaaaa, estoy sola, pero ni me imagino que lo peor está por llegar en unos minutos...
Continuará...
Día del Niño
Ayer tuve quimio gran parte de la tarde... más tarde tuve radio, los miércoles vuelvo exhausta! Pero, los jueves (en la medida de lo posible) trato de levantarme con la mejor actitud.
Me cuido más con la comida, como liviano y más bien fresco, porque tanto el jueves como el viernes, son los días que se que mis defensas están más bajas.
Tengo la mente 100% en positivo, tomo agua, mucha agua, tres litros por día, es lo que mi nefrostomía me obliga a tomar, y además me han dicho las enfermeras que me ayuda a eliminar los efectos de la quimio mucho más rápido :)
Hoy gracias a Dios, todo fue dando el resultado esperado y me sentí bien, así que pude llevar a cabo el plan de salir con mi hija de shopping para resolver los regalos del Día del Niño.
Soy de las personas que ama las fiestas, los festejos, que le encanta regalar, y que hace maravillas con 50 pesos, que camina y camina hasta dar con el regalo adecuado para el homenajeado, y el Día del Niño (más alla de que sea una fecha comercial) lo vivo con tanta ilusión como ellos.
Para mí poder haber salido con mi hija, caminar como siempre buscando cada cosa para mis hijas, para ellas, para mis sobrinos y ahijada y encontrar lo perfecto para cada uno, fue una prueba más de hacer mi "vida normal", cuidandome por supuesto, pero haciendo, porque de eso va la vida, de hacer.
Poder planear, poder hacer, poder soñar, me mantiene viva, más allá de esta enfermedad que estoy cursando. Poder sentarme con mi hija a disfrutar de un helado, me hace sentir en el camino correcto, ninguno de nosotros sabe cuanto tiempo estará por aquí, pero quiero que el tiempo que me toque, valga la pena, llenarme los pulmones de aire fresco, disfrutar la luz del sol en la cara, tomar un helado...
Quería compartir esto también con ustedes, porque creo que la enfermedad es un diagnóstico, que no puedo negar que está allí, pero también es la actitud con la que la transitamos, entonces en la medida de lo posible (no siempre me siento bien como para salir), tenemos que hacer, tenemos que honrar la vida que tenemos.
Si Dios quiere el próximo domingo, me va a encontrar como siempre, rodeada de mis hijas, de hijas postizas, de sobrinos, ahijada, tíos, abuelos, padrinos, y cocinando cosas ricas para los peques...
Me cuido más con la comida, como liviano y más bien fresco, porque tanto el jueves como el viernes, son los días que se que mis defensas están más bajas.
Tengo la mente 100% en positivo, tomo agua, mucha agua, tres litros por día, es lo que mi nefrostomía me obliga a tomar, y además me han dicho las enfermeras que me ayuda a eliminar los efectos de la quimio mucho más rápido :)
Hoy gracias a Dios, todo fue dando el resultado esperado y me sentí bien, así que pude llevar a cabo el plan de salir con mi hija de shopping para resolver los regalos del Día del Niño.
Soy de las personas que ama las fiestas, los festejos, que le encanta regalar, y que hace maravillas con 50 pesos, que camina y camina hasta dar con el regalo adecuado para el homenajeado, y el Día del Niño (más alla de que sea una fecha comercial) lo vivo con tanta ilusión como ellos.
Para mí poder haber salido con mi hija, caminar como siempre buscando cada cosa para mis hijas, para ellas, para mis sobrinos y ahijada y encontrar lo perfecto para cada uno, fue una prueba más de hacer mi "vida normal", cuidandome por supuesto, pero haciendo, porque de eso va la vida, de hacer.
Poder planear, poder hacer, poder soñar, me mantiene viva, más allá de esta enfermedad que estoy cursando. Poder sentarme con mi hija a disfrutar de un helado, me hace sentir en el camino correcto, ninguno de nosotros sabe cuanto tiempo estará por aquí, pero quiero que el tiempo que me toque, valga la pena, llenarme los pulmones de aire fresco, disfrutar la luz del sol en la cara, tomar un helado...
Quería compartir esto también con ustedes, porque creo que la enfermedad es un diagnóstico, que no puedo negar que está allí, pero también es la actitud con la que la transitamos, entonces en la medida de lo posible (no siempre me siento bien como para salir), tenemos que hacer, tenemos que honrar la vida que tenemos.
Si Dios quiere el próximo domingo, me va a encontrar como siempre, rodeada de mis hijas, de hijas postizas, de sobrinos, ahijada, tíos, abuelos, padrinos, y cocinando cosas ricas para los peques...
martes, 13 de agosto de 2013
Angeles
Ya les conté en entradas anteriores, que estuve un mes internada.
Lo que no les conté, por lo menos no en detalle, fue el ejército de seres de luz que hizo que mi estadía en el sanatorio fuera tanto más llevadera.
Voy a tomar cuatro ejemplos, uno de cada turno, cada uno de ellos bien diferente, y todos con un factor común: hacernos sentir a quienes estábamos allí pasándola mal, que había otra forma de pasar esos días, que había otra forma de pasar por la enfermedad: haciéndolo con una sonrisa y aceptando en vez de luchar en contra de.
La rubia sonriente.
Creo que su turno comenzaba a las 6 de la mañana, y ni bien llegaba y acomodaba sus cosas, arrancaba con su rotation de pasar habitación por habitación acompañada de su inseparable amigo rodado: el aparato de tomar la presión, que generalmente nunca era el mismo y que casi siempre dejaba de funcionar. Ella ya venía haciendo un poco de ruido desde el pasillo, y no era de "esas" que te prenden las 256423 luces que hay en la habitación y te dejan como si hubieses despertado en el Estadio, sino que prendía algo como para ver y no matarte de un paro cardíaco. Sus palabras siempre eran dulces, siempre sonriendo, siempre agradeciendo que éramos la única habitación que mantenía la ventana un poco abierta para que cambiara el aire, estábamos siempre prontas como buenas girl scout y también le devolvíamos la sonrisa.
Al segundo o tercer día, vio que no había apuro en controlarnos y que si ella no venía a primera hora, nosotras seguíamos durmiendo como angelitos, e hizo lo que estaba a su alcance para que estuviéramos un poquito mejor: cambió el orden y pasó a dejarnos para el final, empezamos a dormir hasta las 8.
Mi amiga de la tarde.
Firme, segura, decidida, pero eso no le impedía ser pura bondad.
Fue la primera que después de un par de días de estadía me bautizó y pasé a ser "la Vivi" para todo el piso. Como si hubiera adivinado que así me llaman todos, que Viviana es un nombre muy largo y muy frío, y que yo soy Vivi siempre, lo instauró y así empezaron a llamarme.
Fue quien siempre estuvo atenta a mis necesidades, de hablar con las Nurse o con los médicos, para sacarme esto o ponerme aquello, yo sabía que si necesitaba algo, luego del mediodía podía hablarlo con ella que como el genio de la lámpara, si podía iba a hacer mis deseos realidad.
Mary.
Mary me pudo desde el día uno. Lamento en el alma no recordar su apellido, porque de haberlo hecho, hubiese tratado de buscarla en las redes para mantener algún contacto. Para ella todas las mujeres de 0 a 105 mil años eran REINAS. Trataba con una dulzura y una naturalidad que dejaba pasmado a más de uno, sobre todo si las REINAS eran muy mayores. Manejaba el humor con acidez, entraba y salía de la habitación haciendo bromas, diciendo chistes, hablando a los gritos, única. Con ella creo que fue con la que me desmoroné más veces, tal vez porque teníamos una forma parecida de bromear, y en el transcurso del tiempo cada una empezó a darse cuenta cuando la otra tenía la sonrisa de payaso pintada a la fuerza. Ella conocía como nadie a sus pacientes, y sabía, aún antes que los médicos, cuando algo no estaba funcionando bien. La vi ponerse pacientes al hombro y hacer y decir cosas que tal vez no le competían, con el único cometido de que SU paciente estuviera bien. El día que me dieron el alta, fue en su turno, y a pesar de que repetía una y otra vez: que suerteeeeeeeeeee que no te voy a ver más!!! ya me tenías tan harta!!! menos mal que me escucharon y te vas!!! ambas nos despedimos con lágrimas en los ojos...
"El" enfermero.
Nos conocimos no en las mejores circunstancias: aquella compañera con Alzheimer que se me tiraba encima de la cama, él era "EL" hombre del turno y por ende el único que tenía fuerza para frenar a aquella mujer.
No sé cual habrá sido mi cara de aquella vez, pero de algo estoy segura: lo impacté. Debe haber sido una mezcla entre por favor ten compasión y ten piedad y terror en su máximo exponente, el trató de calmarme y de convencerme que todo estaría bien: esa noche tuvo que volver a mi habitación tres veces más.
Desde esa noche, cada vez que entraba en plena madrugada, yo abría los ojos lo saludaba y el se sonreía, esa noche nos unió para siempre!
El decía que de algún lado me conocía, yo nunca lo ubiqué.
El fue el mismo, que el día que volví a la una de la mañana después de que me hicieran un estudio, congelada y muerta de hambre, se recorrió todo el sanatorio buscando algo para que yo comiera y volvió con dos trofeos de guerra: una manzana al horno (cosa que no puedo ni ver, pero que comí igual porque él se lo merecía) y un pote de crema de vainilla (cosa que tampoco puedo ni ver, y que le di de comer al water, porque con él ya había cumplido al comerme la manzana).
Todos seres de luz, que hacen su trabajo día a día más por vocación que por ninguna otra razón, y que realmente marcan la diferencia.
Lo que no les conté, por lo menos no en detalle, fue el ejército de seres de luz que hizo que mi estadía en el sanatorio fuera tanto más llevadera.
Voy a tomar cuatro ejemplos, uno de cada turno, cada uno de ellos bien diferente, y todos con un factor común: hacernos sentir a quienes estábamos allí pasándola mal, que había otra forma de pasar esos días, que había otra forma de pasar por la enfermedad: haciéndolo con una sonrisa y aceptando en vez de luchar en contra de.
La rubia sonriente.
Creo que su turno comenzaba a las 6 de la mañana, y ni bien llegaba y acomodaba sus cosas, arrancaba con su rotation de pasar habitación por habitación acompañada de su inseparable amigo rodado: el aparato de tomar la presión, que generalmente nunca era el mismo y que casi siempre dejaba de funcionar. Ella ya venía haciendo un poco de ruido desde el pasillo, y no era de "esas" que te prenden las 256423 luces que hay en la habitación y te dejan como si hubieses despertado en el Estadio, sino que prendía algo como para ver y no matarte de un paro cardíaco. Sus palabras siempre eran dulces, siempre sonriendo, siempre agradeciendo que éramos la única habitación que mantenía la ventana un poco abierta para que cambiara el aire, estábamos siempre prontas como buenas girl scout y también le devolvíamos la sonrisa.
Al segundo o tercer día, vio que no había apuro en controlarnos y que si ella no venía a primera hora, nosotras seguíamos durmiendo como angelitos, e hizo lo que estaba a su alcance para que estuviéramos un poquito mejor: cambió el orden y pasó a dejarnos para el final, empezamos a dormir hasta las 8.
Mi amiga de la tarde.
Firme, segura, decidida, pero eso no le impedía ser pura bondad.
Fue la primera que después de un par de días de estadía me bautizó y pasé a ser "la Vivi" para todo el piso. Como si hubiera adivinado que así me llaman todos, que Viviana es un nombre muy largo y muy frío, y que yo soy Vivi siempre, lo instauró y así empezaron a llamarme.
Fue quien siempre estuvo atenta a mis necesidades, de hablar con las Nurse o con los médicos, para sacarme esto o ponerme aquello, yo sabía que si necesitaba algo, luego del mediodía podía hablarlo con ella que como el genio de la lámpara, si podía iba a hacer mis deseos realidad.
Mary.
Mary me pudo desde el día uno. Lamento en el alma no recordar su apellido, porque de haberlo hecho, hubiese tratado de buscarla en las redes para mantener algún contacto. Para ella todas las mujeres de 0 a 105 mil años eran REINAS. Trataba con una dulzura y una naturalidad que dejaba pasmado a más de uno, sobre todo si las REINAS eran muy mayores. Manejaba el humor con acidez, entraba y salía de la habitación haciendo bromas, diciendo chistes, hablando a los gritos, única. Con ella creo que fue con la que me desmoroné más veces, tal vez porque teníamos una forma parecida de bromear, y en el transcurso del tiempo cada una empezó a darse cuenta cuando la otra tenía la sonrisa de payaso pintada a la fuerza. Ella conocía como nadie a sus pacientes, y sabía, aún antes que los médicos, cuando algo no estaba funcionando bien. La vi ponerse pacientes al hombro y hacer y decir cosas que tal vez no le competían, con el único cometido de que SU paciente estuviera bien. El día que me dieron el alta, fue en su turno, y a pesar de que repetía una y otra vez: que suerteeeeeeeeeee que no te voy a ver más!!! ya me tenías tan harta!!! menos mal que me escucharon y te vas!!! ambas nos despedimos con lágrimas en los ojos...
"El" enfermero.
Nos conocimos no en las mejores circunstancias: aquella compañera con Alzheimer que se me tiraba encima de la cama, él era "EL" hombre del turno y por ende el único que tenía fuerza para frenar a aquella mujer.
No sé cual habrá sido mi cara de aquella vez, pero de algo estoy segura: lo impacté. Debe haber sido una mezcla entre por favor ten compasión y ten piedad y terror en su máximo exponente, el trató de calmarme y de convencerme que todo estaría bien: esa noche tuvo que volver a mi habitación tres veces más.
Desde esa noche, cada vez que entraba en plena madrugada, yo abría los ojos lo saludaba y el se sonreía, esa noche nos unió para siempre!
El decía que de algún lado me conocía, yo nunca lo ubiqué.
El fue el mismo, que el día que volví a la una de la mañana después de que me hicieran un estudio, congelada y muerta de hambre, se recorrió todo el sanatorio buscando algo para que yo comiera y volvió con dos trofeos de guerra: una manzana al horno (cosa que no puedo ni ver, pero que comí igual porque él se lo merecía) y un pote de crema de vainilla (cosa que tampoco puedo ni ver, y que le di de comer al water, porque con él ya había cumplido al comerme la manzana).
Todos seres de luz, que hacen su trabajo día a día más por vocación que por ninguna otra razón, y que realmente marcan la diferencia.
La Quimio
En mi mundo, era una palabra terrorífica, creo que hasta con mucho más peso del que tenía la palabra cáncer.
No se si a ustedes les pasará lo mismo, yo me imaginaba lo peor: casi una escena Dantesca, un lugar tortuoso, lleno de gente más muerta que viva, feo, feo pero bien feo.
Desde el momento en el que me dijeron que iban a tener que hacerme quimio (casi un mes antes de que tuviera mi primer sesión), su fantasma comenzó a rondar: por más positiva que trataba de ser, era casi imposible no pensar en lo peor, en sus consecuencias destructivas, en el tiempo que duraría, en lo que sería tener que atravesar esas horas que duraría cada sesión y que seguramente me hundirían en lo más profundo...
Los tiempos se acortaban y llegó el día en el que la Oncóloga me indicó como empezaríamos y tenía que ir a coordinar la primera serie. Yo como en casi todo este proceso, estaba controlada, tratando de estar tranquila y atenta para no perder detalle y que no se me quedara ninguna pregunta en el tintero, con mi hermana (que creo tenía la misma sensación que yo con respecto a "la quimio") nos fuimos a coordinación.
Allí no nos atendió una enfermera, nos atendió un ángel. Si, como lo leen, porque las chicas que trabajan en el Hospital de día donde asisto para que me hagan la quimio, son ángeles. Tienen tan, pero tan claro que el trato humano hace la diferencia! Gracias a Dios!!! Ellas hacen que desde el vamos uno se sienta seguro y contenido. El ángel que me coordinó, me explicó todo, con sus pro y sus contras, me dijo lo que podía pasar y también me explicó que no todas las cosas le pasan a todo el mundo. Me animó a estar tan tranquila como pudiera, a ponerle la mejor actitud que fuera posible, así llegué a mi primera sesión de quimio.
Cuando se abrió la puerta y pronunciaron mi nombre, estaba jugada. No había más tiempo de pensar, de imaginar, de barajar una y mil posibilidades, había llegado el momento de enfrentar. Con una dulzura infinita, siempre con una sonrisa en los labios y una mirada comprensiva, me acompañaron hasta el sillón donde estarían pasándome la medicación por aproximadamente tres o cuatro horas. Todo lo que pregunté lo respondieron, todo lo que pudieron aconsejarme para que estuviera más cómoda lo dijeron, todo lo que vieron que me hacía sentir mejor lo hicieron.
Así fue como luego de ponerme la vía y de que la medicación comenzara a gotear camino a mis venas y a mi curación, permitieron que mi acompañante pasara a estar conmigo. Así fue como una vez más (como tantas otras lo habíamos hecho antes) nos encontramos sentadas juntas con Estela, mi amiga del alma, mi hermana de la vida, empezando a mirar un partido de la celeste, solo que esta vez nos faltaba la picadita, el entorno había cambiado un poco, pero la buena energía del lugar se hacía presente: todos la estábamos luchando.
Atrás quedaron los fantasmas de ver gente en malas condiciones, de estar sentada casi frente a frente con la parca, de estar asistiendo a algún tipo de rito macabro. Adelante se veía luz, se veía posibilidad, se veía esperanza y salud. Así fue como decidí encarar cada una de las sesiones de quimio, así ya voy casi por la quinta. Agradeciendo al de arriba, que me haya mandado a esos seres de luz que me esperan miércoles a miércoles para recibirme con una sonrisa y preguntarme cómo están mis hijas...
No se si a ustedes les pasará lo mismo, yo me imaginaba lo peor: casi una escena Dantesca, un lugar tortuoso, lleno de gente más muerta que viva, feo, feo pero bien feo.
Desde el momento en el que me dijeron que iban a tener que hacerme quimio (casi un mes antes de que tuviera mi primer sesión), su fantasma comenzó a rondar: por más positiva que trataba de ser, era casi imposible no pensar en lo peor, en sus consecuencias destructivas, en el tiempo que duraría, en lo que sería tener que atravesar esas horas que duraría cada sesión y que seguramente me hundirían en lo más profundo...
Los tiempos se acortaban y llegó el día en el que la Oncóloga me indicó como empezaríamos y tenía que ir a coordinar la primera serie. Yo como en casi todo este proceso, estaba controlada, tratando de estar tranquila y atenta para no perder detalle y que no se me quedara ninguna pregunta en el tintero, con mi hermana (que creo tenía la misma sensación que yo con respecto a "la quimio") nos fuimos a coordinación.
Allí no nos atendió una enfermera, nos atendió un ángel. Si, como lo leen, porque las chicas que trabajan en el Hospital de día donde asisto para que me hagan la quimio, son ángeles. Tienen tan, pero tan claro que el trato humano hace la diferencia! Gracias a Dios!!! Ellas hacen que desde el vamos uno se sienta seguro y contenido. El ángel que me coordinó, me explicó todo, con sus pro y sus contras, me dijo lo que podía pasar y también me explicó que no todas las cosas le pasan a todo el mundo. Me animó a estar tan tranquila como pudiera, a ponerle la mejor actitud que fuera posible, así llegué a mi primera sesión de quimio.
Cuando se abrió la puerta y pronunciaron mi nombre, estaba jugada. No había más tiempo de pensar, de imaginar, de barajar una y mil posibilidades, había llegado el momento de enfrentar. Con una dulzura infinita, siempre con una sonrisa en los labios y una mirada comprensiva, me acompañaron hasta el sillón donde estarían pasándome la medicación por aproximadamente tres o cuatro horas. Todo lo que pregunté lo respondieron, todo lo que pudieron aconsejarme para que estuviera más cómoda lo dijeron, todo lo que vieron que me hacía sentir mejor lo hicieron.
Así fue como luego de ponerme la vía y de que la medicación comenzara a gotear camino a mis venas y a mi curación, permitieron que mi acompañante pasara a estar conmigo. Así fue como una vez más (como tantas otras lo habíamos hecho antes) nos encontramos sentadas juntas con Estela, mi amiga del alma, mi hermana de la vida, empezando a mirar un partido de la celeste, solo que esta vez nos faltaba la picadita, el entorno había cambiado un poco, pero la buena energía del lugar se hacía presente: todos la estábamos luchando.
Atrás quedaron los fantasmas de ver gente en malas condiciones, de estar sentada casi frente a frente con la parca, de estar asistiendo a algún tipo de rito macabro. Adelante se veía luz, se veía posibilidad, se veía esperanza y salud. Así fue como decidí encarar cada una de las sesiones de quimio, así ya voy casi por la quinta. Agradeciendo al de arriba, que me haya mandado a esos seres de luz que me esperan miércoles a miércoles para recibirme con una sonrisa y preguntarme cómo están mis hijas...
Del amor y el desamor
Qué es para mi el amor? Como decía Madonna en una de sus canciones más famosas de los 80: el amor es lo que hace mover el mundo!
Qué sería de la vida sin amor? Sin amor el mundo no sería lo que es, sería un lugar gris, mustio, falto de vida, porque el amor es el motor, es el hacedor de vida, es el que enciende la luz que nos guía hacia adelante, el amor es todo.
El amor está en todos lados: en las miradas, en las caricias, en los gestos. En los hijos, en los padres, los hermanos, en los amigos, en la pareja, en la profesión, en el desapego, en el dejar ser, en el respeto, en el querer que el otro sea cada vez mejor, en el deseo sin egoísmo, en el compartir, en el saber esperar, en el dar desinteresado, en el llenarse el corazón y el alma con cosas que no se pesan ni se valúan...
El amor te saca del fondo del pozo, te muestra que siempre hay un camino, te da una palabra de aliento cuando el diccionario parece estar lleno de palabras nefastas, es un libro de autoayuda cuando nada parece ayudar. El amor nutre, sana, cura, da vida...
El amor sueña, planea, perdona, empieza de cero...
Y el desamor? El desamor me pegó una puñalada no hace mucho, me dio vuelta la cara, me mostró el egoísmo, la estrechez de corazón, me quiso empujar otra vez al fondo del pozo, me recordó cómo y por qué llegué hasta aquí... Lo que no sabe, es que siempre el amor es mucho más fuerte y me sigue ayudando a andar hacia adelante y a seguir sanando.
Viví
Qué sería de la vida sin amor? Sin amor el mundo no sería lo que es, sería un lugar gris, mustio, falto de vida, porque el amor es el motor, es el hacedor de vida, es el que enciende la luz que nos guía hacia adelante, el amor es todo.
El amor está en todos lados: en las miradas, en las caricias, en los gestos. En los hijos, en los padres, los hermanos, en los amigos, en la pareja, en la profesión, en el desapego, en el dejar ser, en el respeto, en el querer que el otro sea cada vez mejor, en el deseo sin egoísmo, en el compartir, en el saber esperar, en el dar desinteresado, en el llenarse el corazón y el alma con cosas que no se pesan ni se valúan...
El amor te saca del fondo del pozo, te muestra que siempre hay un camino, te da una palabra de aliento cuando el diccionario parece estar lleno de palabras nefastas, es un libro de autoayuda cuando nada parece ayudar. El amor nutre, sana, cura, da vida...
El amor sueña, planea, perdona, empieza de cero...
Y el desamor? El desamor me pegó una puñalada no hace mucho, me dio vuelta la cara, me mostró el egoísmo, la estrechez de corazón, me quiso empujar otra vez al fondo del pozo, me recordó cómo y por qué llegué hasta aquí... Lo que no sabe, es que siempre el amor es mucho más fuerte y me sigue ayudando a andar hacia adelante y a seguir sanando.
Viví
sábado, 10 de agosto de 2013
Hoy es sábado :)
Hoy es sábado!!!
Comenzó el fin de semana :)
A pesar de que ya hace dos meses que no estoy trabajando, desde que empecé los tratamientos, sobre todo el de radioterapia que es de lunes a viernes, he vuelto a amar que llegue el finde!!!
Por unas semanas, había perdido eso de esperar el viernes, porque casi todos los días transcurrían de la misma manera, sin diferenciar si era el tedioso lunes, o el esperanzador miércoles de mitad de semana, o el jueves (pre viernes) que ya tenía olorcito a fin de semana.
Hoy vuelvo a disfrutar del sábado, de descansar de tratamientos, de máquinas. Hoy vuelvo a disfrutar de levantarme tarde, sin horario, solo cuando mis ojitos ya no tienen ganas de seguir durmiendo. Disfruto del maravilloso cielo celeste que veo por la ventana, del sol espléndido que me permite abrir las ventanas de mi casa y de mi ser, y dejar entrar el aire limpio, que renueva los ambientes y también las personas cuando se permiten llenarse los pulmones y darse cuenta de cuan vivas están.
Hoy hago todo más despacito, porque mi cuerpo un poco cascoteado por los químicos, no me permite hacerlo con la velocidad de siempre, pero así y todo puedo poner orden en mi casita, puedo salir a caminar, puedo hacer planes, puedo dejar que la vida me sorprenda.
Hoy como lo hacía antes de estar enferma, tengo la radio encendida, con bastante volumen, canto y bailo mientras hago otras cosas.
Hoy como tantos otros sábados, me preparo el mate y la picadita (sana) y disfruto y agradezco todo lo que tengo.
Hoy puede ser un gran día (como decía todas las mañanas la divina de Cyn) y no puedo darme el lujo de desperdiciarlo.
Comenzó el fin de semana :)
A pesar de que ya hace dos meses que no estoy trabajando, desde que empecé los tratamientos, sobre todo el de radioterapia que es de lunes a viernes, he vuelto a amar que llegue el finde!!!
Por unas semanas, había perdido eso de esperar el viernes, porque casi todos los días transcurrían de la misma manera, sin diferenciar si era el tedioso lunes, o el esperanzador miércoles de mitad de semana, o el jueves (pre viernes) que ya tenía olorcito a fin de semana.
Hoy vuelvo a disfrutar del sábado, de descansar de tratamientos, de máquinas. Hoy vuelvo a disfrutar de levantarme tarde, sin horario, solo cuando mis ojitos ya no tienen ganas de seguir durmiendo. Disfruto del maravilloso cielo celeste que veo por la ventana, del sol espléndido que me permite abrir las ventanas de mi casa y de mi ser, y dejar entrar el aire limpio, que renueva los ambientes y también las personas cuando se permiten llenarse los pulmones y darse cuenta de cuan vivas están.
Hoy hago todo más despacito, porque mi cuerpo un poco cascoteado por los químicos, no me permite hacerlo con la velocidad de siempre, pero así y todo puedo poner orden en mi casita, puedo salir a caminar, puedo hacer planes, puedo dejar que la vida me sorprenda.
Hoy como lo hacía antes de estar enferma, tengo la radio encendida, con bastante volumen, canto y bailo mientras hago otras cosas.
Hoy como tantos otros sábados, me preparo el mate y la picadita (sana) y disfruto y agradezco todo lo que tengo.
Hoy puede ser un gran día (como decía todas las mañanas la divina de Cyn) y no puedo darme el lujo de desperdiciarlo.
jueves, 8 de agosto de 2013
Lo malo, también trajo lo bueno :)
Todo lo malo siempre tiene un lado positivo, y esto no iba a ser la excepción.
Además de aprender a bajar las revoluciones (a prepo) he estado disfrutando de un montón de otras cosas:
* puedo levantarme cuando me despierto y no cuando suena el despertador
* puedo hacerle el desayuno a mis hijas, sin necesidad de estar repitiendo, vamos, apuren que se nos hace tarde!!!
* puedo sentarme a conversar con mi hermana, como no se si lo habíamos hecho alguna vez.
* puedo levantarme si quiero de madrugada sentarme a leer o a escribir o a mirar una peli, porque al otro día puedo seguir durmiendo.
* puedo ver las horas del día y el movimiento que hay en la calle, gente que va, que viene, que tiene otras rutinas!!!! siiiii esas que jamás veo porque siempre estoy dentro de la oficina.
* puedo caminar por el cantero de av italia, a mi ritmo, disfrutando del sol en la cara, respirando hondo, escuchando música, mientras todo el mundo a mi alrededor corre y corre.
* puedo llevar e ir a buscar a mi hija a la Escuela, cosa que pude hacer contadas veces hasta ahora.
* puedo ver amigos que hace tiempo no veía y hablar con otros que hace tiempo no hablaba.
* puedo re dimensionar las cosas importantes, de las que no lo son.
* puedo ser fuerte y también permitirme ser débil.
* puedo sentirme segura y a la vez llorar porque tengo miedo.
* puedo tener la suficiente valentía para escribir este blog, y contarme primero y contarles luego, cosas que me van pasando, re leerlas y pensar, uffff ya pasé por todo esto? entonces lo que venga, también pasará!!!
Además de aprender a bajar las revoluciones (a prepo) he estado disfrutando de un montón de otras cosas:
* puedo levantarme cuando me despierto y no cuando suena el despertador
* puedo hacerle el desayuno a mis hijas, sin necesidad de estar repitiendo, vamos, apuren que se nos hace tarde!!!
* puedo sentarme a conversar con mi hermana, como no se si lo habíamos hecho alguna vez.
* puedo levantarme si quiero de madrugada sentarme a leer o a escribir o a mirar una peli, porque al otro día puedo seguir durmiendo.
* puedo ver las horas del día y el movimiento que hay en la calle, gente que va, que viene, que tiene otras rutinas!!!! siiiii esas que jamás veo porque siempre estoy dentro de la oficina.
* puedo caminar por el cantero de av italia, a mi ritmo, disfrutando del sol en la cara, respirando hondo, escuchando música, mientras todo el mundo a mi alrededor corre y corre.
* puedo llevar e ir a buscar a mi hija a la Escuela, cosa que pude hacer contadas veces hasta ahora.
* puedo ver amigos que hace tiempo no veía y hablar con otros que hace tiempo no hablaba.
* puedo re dimensionar las cosas importantes, de las que no lo son.
* puedo ser fuerte y también permitirme ser débil.
* puedo sentirme segura y a la vez llorar porque tengo miedo.
* puedo tener la suficiente valentía para escribir este blog, y contarme primero y contarles luego, cosas que me van pasando, re leerlas y pensar, uffff ya pasé por todo esto? entonces lo que venga, también pasará!!!
Por qué a mi?
Les mentiría si les dijera que en ningún momento me hice LA pregunta: por qué a mi?
Claro que cuando a uno le confirman el diagnóstico: es cáncer, el mundo se le da vuelta, todo queda patas para arriba, te cruzan mil y un pensamientos (la mayoría malos), qué hice mal? por qué no me di cuenta? por qué no apareció antes si me hago todos los chequeos todos los años? por qué a mi si tengo 40 años? por qué a mi si tengo dos hijas que terminar de criar y una vida por delante? por qué a mi si tengo un montón de sueños que cumplir? por qué a mi si creo que soy buena hija, buena hermana, buena madre, buena amiga, buena compañera? por qué a mi, si trato de ser mejor persona cada día?
Rato después, me volvió a la mente una sola pregunta que daba por tierra todo lo demás: por qué no iba a tocarme a mi?
Si yo ya he visto como esta maldita enfermedad me ha robado gente de mi lado mucho antes de tiempo, si ya vi personas sanas, que se cuidaban, que no tenían malos hábitos y de nada sirvió a la hora de que les apareciera este maldito.
Siempre tuve claro que nadie está libre, ni del cáncer, ni de un accidente de tránsito, ni de una desgracia de esas que nadie puede prevenir, es la vida, la que nos va poniendo pruebas, o Dios, o el destino, como cada uno quiera llamarlo.
A partir de un momento me reconfortó pensar, que gracias a esta "bendita" enfermedad, los roles en mi familia cambiaron: yo dejé de ser la persona fuerte que siempre podía con todo, para pasar a ser la que necesitaba ser mimada, atendida, la que tenía que aprender a pedir y a aceptar ayuda de todo tipo. Me movieron el tablero y las fichas tuvieron que re acomodarse. En cierto sentido sigo siendo fuerte, porque sigo enfrentando lo que viene, solo que ahora no lo hago sola, no podría, estoy más cansada, necesito que me escuchen o q me digan llorá que te va a hacer bien, o q simplemente se sienten a mi lado y me hagan compañía.
Dejé de preguntarme por qué a mi, para preguntarme, que tengo que aprender de todo esto? Eso es lo que trato de ver, agudizar los sentidos para ver que tengo que aprender de lo que me está pasando.
Una amiga me dijo: este aprendizaje no es solo tuyo, es de todos, todos tenemos que aprender algo de la situación que estás pasando y creo que simplemente tiene razón. Todas las personas que me rodean están siendo afectadas por esta enfermedad, y en cierta forma cada uno de ellos va a ser modificado por ella. Está en nosotros tratar de aprovechar ese aprendizaje y dejar de preguntarnos por qué a mi?
Claro que cuando a uno le confirman el diagnóstico: es cáncer, el mundo se le da vuelta, todo queda patas para arriba, te cruzan mil y un pensamientos (la mayoría malos), qué hice mal? por qué no me di cuenta? por qué no apareció antes si me hago todos los chequeos todos los años? por qué a mi si tengo 40 años? por qué a mi si tengo dos hijas que terminar de criar y una vida por delante? por qué a mi si tengo un montón de sueños que cumplir? por qué a mi si creo que soy buena hija, buena hermana, buena madre, buena amiga, buena compañera? por qué a mi, si trato de ser mejor persona cada día?
Rato después, me volvió a la mente una sola pregunta que daba por tierra todo lo demás: por qué no iba a tocarme a mi?
Si yo ya he visto como esta maldita enfermedad me ha robado gente de mi lado mucho antes de tiempo, si ya vi personas sanas, que se cuidaban, que no tenían malos hábitos y de nada sirvió a la hora de que les apareciera este maldito.
Siempre tuve claro que nadie está libre, ni del cáncer, ni de un accidente de tránsito, ni de una desgracia de esas que nadie puede prevenir, es la vida, la que nos va poniendo pruebas, o Dios, o el destino, como cada uno quiera llamarlo.
A partir de un momento me reconfortó pensar, que gracias a esta "bendita" enfermedad, los roles en mi familia cambiaron: yo dejé de ser la persona fuerte que siempre podía con todo, para pasar a ser la que necesitaba ser mimada, atendida, la que tenía que aprender a pedir y a aceptar ayuda de todo tipo. Me movieron el tablero y las fichas tuvieron que re acomodarse. En cierto sentido sigo siendo fuerte, porque sigo enfrentando lo que viene, solo que ahora no lo hago sola, no podría, estoy más cansada, necesito que me escuchen o q me digan llorá que te va a hacer bien, o q simplemente se sienten a mi lado y me hagan compañía.
Dejé de preguntarme por qué a mi, para preguntarme, que tengo que aprender de todo esto? Eso es lo que trato de ver, agudizar los sentidos para ver que tengo que aprender de lo que me está pasando.
Una amiga me dijo: este aprendizaje no es solo tuyo, es de todos, todos tenemos que aprender algo de la situación que estás pasando y creo que simplemente tiene razón. Todas las personas que me rodean están siendo afectadas por esta enfermedad, y en cierta forma cada uno de ellos va a ser modificado por ella. Está en nosotros tratar de aprovechar ese aprendizaje y dejar de preguntarnos por qué a mi?
Nadie puede y nadie debe, vivir, vivir sin amor♥
Son innumerables las demostraciones de amor que he recibido en este tiempo.
Soy una persona sociable en general, me gusta tener amigos, tengo varios grupos de amigos distintos, me gusta relacionarme. Mi familia no es enooooorme pero somos unos cuantos.
Desde que inició este proceso, he tenido a mi lado a mi hermana, que dejando esas diferencias que uno tiene por ser hermanos (generalmente tonterías), acampó a mi lado practicamente día y noche, esperando médicos, haciendo mil malabares entre estar conmigo, con sus hijos, con mis hijas, con los padres de ambas. Tal cual los malabaristas, que se van acomodando una cosa y otra para que ninguna se les venga abajo, dejó de lado su rutina, su cotidianeidad, su vida, y cuanto bien me hizo que me mimara de esa manera!!!
He tenido amigas incondicionales: que no han dudado en turnarse para dormir en el cómodo sillón (casi de spa) del sanatorio para no dejarme sola siquiera una noche, que han estado por sms, por teléfono, por mensajes de redes sociales, cada una ofreciendo lo que podía pero siempre con el común denominador de mostrarse presentes, cuanto me han ayudado!!!
He tenido a mis viejos, incondicionales como siempre, haciéndose cargo de sus nietas más que nunca, y dándome la mayor tranquilidad que una madre puede pedir: saber que sus hijos están bien!!!
He tenido a mis hijas, que con su corta edad, han sabido hacerle frente a esta enfermedad, como le hacemos frente a todo: como una cooperativa, escuchando lo que era mejor para mi, hablando y buscando la mejor forma de que esto sea lo más llevadero para las tres, cuando las amo y que buen trabajo he venido haciendo!!!
He tenido palabras de aliento y de fuerza de amores de otras épocas, confirmando que hay personas en las que uno deja una huella, más allá del tiempo y de que las vidas tomen caminos separados, cosa linda de confirmar!!!
He tenido visitas, llamadas, mensajes de personas que hacía años había dejado de ver y que por uno u otro lado se enteraron de lo que me estaba pasando, y me buscaron para ponerse a las órdenes, cuanta emoción me dio todo eso!!!
He tenido palabras o gestos de personas con las que la vida me había alejado un poco y el bendito cáncer nos volvió a acercar!!!
He tenido mensajes de personas que ni siquiera me conocían y sin embargo me enviaban buena energía, hacían cadenas de oración por mí, me hacían Reiki a distancia y tantas otras cosas!!!
He tenido desde estampitas de los santos a los que cada uno le tenía fe, piedras cargadas de energía: desde cuarzos hasta piedras del mismo Vesubio, cadenitas, crucifijos, dibujos, tarjetas, chocolates, libros, plantas, ropa, revistas, peluches, cremas y hasta un mismísimo guerrero chino que simboliza justamente eso "ser guerrera".
He tenido la bendición de que la gente me llamara y me pasara datos de tratamientos alternativos con médicos, plantas, energía sanadora, tisanas, etc., etc. de los cuales me era imposible usar todos, pero agradezco cada uno de ellos como si lo hubiera usado!!!
Como puse en el título, nadie puede y nadie debe vivir, vivir sin amor♥
Como dicen por ahí: el amor todo lo puede.
Soy una persona sociable en general, me gusta tener amigos, tengo varios grupos de amigos distintos, me gusta relacionarme. Mi familia no es enooooorme pero somos unos cuantos.
Desde que inició este proceso, he tenido a mi lado a mi hermana, que dejando esas diferencias que uno tiene por ser hermanos (generalmente tonterías), acampó a mi lado practicamente día y noche, esperando médicos, haciendo mil malabares entre estar conmigo, con sus hijos, con mis hijas, con los padres de ambas. Tal cual los malabaristas, que se van acomodando una cosa y otra para que ninguna se les venga abajo, dejó de lado su rutina, su cotidianeidad, su vida, y cuanto bien me hizo que me mimara de esa manera!!!
He tenido amigas incondicionales: que no han dudado en turnarse para dormir en el cómodo sillón (casi de spa) del sanatorio para no dejarme sola siquiera una noche, que han estado por sms, por teléfono, por mensajes de redes sociales, cada una ofreciendo lo que podía pero siempre con el común denominador de mostrarse presentes, cuanto me han ayudado!!!
He tenido a mis viejos, incondicionales como siempre, haciéndose cargo de sus nietas más que nunca, y dándome la mayor tranquilidad que una madre puede pedir: saber que sus hijos están bien!!!
He tenido a mis hijas, que con su corta edad, han sabido hacerle frente a esta enfermedad, como le hacemos frente a todo: como una cooperativa, escuchando lo que era mejor para mi, hablando y buscando la mejor forma de que esto sea lo más llevadero para las tres, cuando las amo y que buen trabajo he venido haciendo!!!
He tenido palabras de aliento y de fuerza de amores de otras épocas, confirmando que hay personas en las que uno deja una huella, más allá del tiempo y de que las vidas tomen caminos separados, cosa linda de confirmar!!!
He tenido visitas, llamadas, mensajes de personas que hacía años había dejado de ver y que por uno u otro lado se enteraron de lo que me estaba pasando, y me buscaron para ponerse a las órdenes, cuanta emoción me dio todo eso!!!
He tenido palabras o gestos de personas con las que la vida me había alejado un poco y el bendito cáncer nos volvió a acercar!!!
He tenido mensajes de personas que ni siquiera me conocían y sin embargo me enviaban buena energía, hacían cadenas de oración por mí, me hacían Reiki a distancia y tantas otras cosas!!!
He tenido desde estampitas de los santos a los que cada uno le tenía fe, piedras cargadas de energía: desde cuarzos hasta piedras del mismo Vesubio, cadenitas, crucifijos, dibujos, tarjetas, chocolates, libros, plantas, ropa, revistas, peluches, cremas y hasta un mismísimo guerrero chino que simboliza justamente eso "ser guerrera".
He tenido la bendición de que la gente me llamara y me pasara datos de tratamientos alternativos con médicos, plantas, energía sanadora, tisanas, etc., etc. de los cuales me era imposible usar todos, pero agradezco cada uno de ellos como si lo hubiera usado!!!
Como puse en el título, nadie puede y nadie debe vivir, vivir sin amor♥
Como dicen por ahí: el amor todo lo puede.
Tengo cáncer
Siempre me gustó manejarme con la verdad, siempre me gustó llamar a las cosas por su nombre, me parece que dar vueltas, poner otros nombres para evitar decir lo indeseable es agregarle más peso al asunto, pero hay cosas que pesan mucho más que otras.
Lamentablemente, esta enfermedad no es nueva en mi entorno, he perdido tías por ella, tíos, abuelos, conocidos y amigas que se fueron demasiado jóvenes y con mucha vida aún por vivir, tengo la certeza de que ellos me acompañan ahora desde otro lugar.
La mayoría de ellos la pelearon, otros no tuvieron fortaleza o ganas o motivaciones para seguir adelante...
En el transcurso de los años, desde el primer caso que me afectó directamente hasta el último, las cosas han avanzado mucho, el cáncer no es siempre sinónimo de muerte, mucha gente lo enfrenta, lo trata y vive para contarlo, otros a pesar de que lo hacen, no lo logran, pero al menos lo intentan.
En el transcurso de los años, he visto como la mejor forma de hacerle frente es llamarlo por su nombre, por tal motivo, desde que me enteré de que tenía un tumor, dije tengo CANCER. Recuerdo que lo hablé con mi hermana y le dije, a esto hay que llamarlo por su nombre, para sacarle un poco ese manto de cosa negra que tiene, uno dice tengo hepatitis, o tengo amigdalitis, entonces por qué no vamos a decir tengo cáncer?
Luego lo hablé con mis viejos, que son de otra generación donde se asociaba más a una palabra maldita, como si por no decirla uno estuviera libre de todo mal, mi padre lo entendió enseguida, mi mamá todavía lo llamaba de otra forma. Tanto así, que un día mi hija más pequeña vino y me dijo, mamá lo que vos tenés son ganglios tumorales o es "un tumorcito" ? porque así lo llama la abuela. Ahí le expliqué que por el momento y hasta no confirmar o descartar el diagnóstico, eran ganglios tumorales, podés decirle tumorcito si querés, o podés llamarle cáncer, porque en definitiva si esos ganglios están ahí con un origen tumoral, es cáncer.
Le expliqué, que no todas las personas estaban preparadas para enfrentarse a esa palabra, que todavía muchos creían que era una palabra horrorosa, pero que yo creía que las cosas las debemos llamar por su nombre y no por otro. Ella lo entendió.
Después vinieron las preguntas, no fueron todas el mismo día, a medida ellas iban procesando en sus cabecitas, venían y preguntaban, yo como podía explicaba de la forma más clara y segura posible.
A medida se los contaba a mis amigos o la gente se iba enterando, cada vez que decía tengo cáncer veía en la mayoría de ellos como el rostro se les paralizaba en una mezcla de lástima, interrogantes, ganas de preguntar o mejor no...
A medida iba pronunciando las dos palabras "tengo cáncer" las iba internalizando y entendiendo que era lo primero que tenía que afrontar para empezar a curarme, esto es lo que tengo y esto es lo que tengo que afrontar.
Hoy, dos meses después, me es mucho más fácil decir tengo cáncer, ya no me da pánico, ni temor, ni me hace sentir mal, hoy se que estoy en el camino de la curación, tengo todas mis fichas apostadas a ello y toda la FE.
Por supuesto que hay momentos de bajón, de pensar en el peor de los desenlaces, pero a los 5 minutos, cambio esos pensamientos por otros, llenos de vida, donde me visualizo haciendo cosas que aún no he hecho: saltando en paracaídas, viajando a otros lugares que aún no conocemos con mis hijas, festejando con mis amigos, y vuelvo a mi eje: la curación.
Lamentablemente, esta enfermedad no es nueva en mi entorno, he perdido tías por ella, tíos, abuelos, conocidos y amigas que se fueron demasiado jóvenes y con mucha vida aún por vivir, tengo la certeza de que ellos me acompañan ahora desde otro lugar.
La mayoría de ellos la pelearon, otros no tuvieron fortaleza o ganas o motivaciones para seguir adelante...
En el transcurso de los años, desde el primer caso que me afectó directamente hasta el último, las cosas han avanzado mucho, el cáncer no es siempre sinónimo de muerte, mucha gente lo enfrenta, lo trata y vive para contarlo, otros a pesar de que lo hacen, no lo logran, pero al menos lo intentan.
En el transcurso de los años, he visto como la mejor forma de hacerle frente es llamarlo por su nombre, por tal motivo, desde que me enteré de que tenía un tumor, dije tengo CANCER. Recuerdo que lo hablé con mi hermana y le dije, a esto hay que llamarlo por su nombre, para sacarle un poco ese manto de cosa negra que tiene, uno dice tengo hepatitis, o tengo amigdalitis, entonces por qué no vamos a decir tengo cáncer?
Luego lo hablé con mis viejos, que son de otra generación donde se asociaba más a una palabra maldita, como si por no decirla uno estuviera libre de todo mal, mi padre lo entendió enseguida, mi mamá todavía lo llamaba de otra forma. Tanto así, que un día mi hija más pequeña vino y me dijo, mamá lo que vos tenés son ganglios tumorales o es "un tumorcito" ? porque así lo llama la abuela. Ahí le expliqué que por el momento y hasta no confirmar o descartar el diagnóstico, eran ganglios tumorales, podés decirle tumorcito si querés, o podés llamarle cáncer, porque en definitiva si esos ganglios están ahí con un origen tumoral, es cáncer.
Le expliqué, que no todas las personas estaban preparadas para enfrentarse a esa palabra, que todavía muchos creían que era una palabra horrorosa, pero que yo creía que las cosas las debemos llamar por su nombre y no por otro. Ella lo entendió.
Después vinieron las preguntas, no fueron todas el mismo día, a medida ellas iban procesando en sus cabecitas, venían y preguntaban, yo como podía explicaba de la forma más clara y segura posible.
A medida se los contaba a mis amigos o la gente se iba enterando, cada vez que decía tengo cáncer veía en la mayoría de ellos como el rostro se les paralizaba en una mezcla de lástima, interrogantes, ganas de preguntar o mejor no...
A medida iba pronunciando las dos palabras "tengo cáncer" las iba internalizando y entendiendo que era lo primero que tenía que afrontar para empezar a curarme, esto es lo que tengo y esto es lo que tengo que afrontar.
Hoy, dos meses después, me es mucho más fácil decir tengo cáncer, ya no me da pánico, ni temor, ni me hace sentir mal, hoy se que estoy en el camino de la curación, tengo todas mis fichas apostadas a ello y toda la FE.
Por supuesto que hay momentos de bajón, de pensar en el peor de los desenlaces, pero a los 5 minutos, cambio esos pensamientos por otros, llenos de vida, donde me visualizo haciendo cosas que aún no he hecho: saltando en paracaídas, viajando a otros lugares que aún no conocemos con mis hijas, festejando con mis amigos, y vuelvo a mi eje: la curación.
La internación
Hasta el momento, solo había pisado una habitación de sanatorio de visita, o en el momento de tener a mis dos hijas, nunca por otro motivo, por lo cual esto iba a ser todo nuevo.
Desde la mañana en urgencia, esperando me consiguieran una cama en piso, primera muestra de que habría que tener paciencia, muuuuucha paciencia. De todas formas y escuchando los cuentos de las personas que también esperaban por un lugar como yo, fui una afortunada: creo que en 6 horas llegué a la habitación!
No voy a hacer cuentos anecdóticos aca, porque esos los estoy haciendo aparte con un poco de humor, voy a tratar de referirme a la parte estrictamente médica. Desde el vamos las personas que me atendieron, me trataron sumamente bien, si ya se, es como tiene que ser, pero muchas veces no lo es.
Las enfermeras, las Nurses, los Médicos que me atendieron, todos con una calidad humana impresionante. Desde el vamos plantié que yo era el paciente, yo era quien debía curarme por lo tanto yo era la primer persona que tenía que estar al tanto, de los diagnósticos, de los procedimientos, de los exámenes. Aca no iba a pasar como pasa en la mayoría de los enfermos, que alguien se iba a encargar de ser mi interlocutor, yo iba a ser mi propio interlocutor, nadie mejor que yo para saber lo que sentía y lo que tenía que resolver, todos entendieron la idea.
Lo mismo fue para mi familia y amigos: no quiero el cuchicheo típico en la puerta de la habitación, si tienen algo que quieran saber me lo preguntan a mí, nadie mejor que yo se los va a saber explicar. La situación contraria me alteraba, me producía angustia, yo estaba enferma, pero no moribunda, podía hablar, siempre había sido franca, no me gustaban las cosas habladas por atrás.
Comenzaron a pasar los días, empezaron los análisis, rutinas de sangre, presión, temperatura, etc. etc. A los 4 días ya tenía coordinada la Biopsia de los ganglios y una Biopsia de médula (esta frase me aterró totalmente, me acercaba mucho más a algo trágico), el Cirujano se encargó de venir a verme cada uno de los días desde que estuve internada hasta muchos días después de haber pasado por la cirugía, me pidió disculpas mil veces por la cicatriz que me iba a dejar en el abdomen, pero no podía hacerse por laparoscopía, era una cirugía complicada. Le expliqué más de mil veces, que sería una herida de guerra, de haber vencido, que lo que yo quería era curarme, la panza ya la había mostrado durante 40 años y aún con cicatriz iba a poder seguirla mostrando, se sonrió.
Cada cosa que yo les decía a los médicos, a las enfermeras, además de decírselas a ellos, me las decía a mi misma: Vivi no bajes los brazos, solo se camina para adelante, te tocó esto, tenés que enfrentarlo con la mejor sonrisa, no podés "permitirte" otra cosa.
El día de la cirugía, traté de estar lo más ommmmmm que pude, me despedí telefónicamente de mis hijas sin decirles que entraba a block para no angustiarlas, se los contaría a la salida cuando ya todo hubiera pasado, lo que no sabía era que a la salida de block y al llegar a la habitación, me esperaba la Doctora que me haría la biopsia de médula: que momento!!! Con miedo, con ganas de salir corriendo, con los vestigios de la anestesia general aun corriendo por mi cuerpo le pregunté: a vos te parece que me vas a poder hacer esto ahora????? Me dijo, vas a ver que si... Una capa, me ayudó a hacer yoga para relajarme, yo me entregué y seguí todas sus instrucciones, en menos de media hora habíamos terminado.
Así pasaron los días, el primer informe dio que el tumor que envolvía mi riñón era metástasis de otro que estaba seguramente a nivel ginecológico, pero cómo podía ser si yo tenía todos los estudios hechos en febrero y todo estaba perfecto? Volvieron por las dudas a hacerlos todos otra vez, todo volvió a dar perfecto, sumaron por las dudas otro procedimiento con anestesia general para biopsiar el útero por dentro, cosa que el PAP no hace.
Los días pasaban, ya el panorama era distinto, era peor: sabíamos que no era un linfoma, sabíamos que había otro tumor en algún lado pero no encontrábamos donde estaba. Tengo que agradecer eternamente al médico internista que se puso mi caso al hombro y me planteó que quería irme estudiando el cuerpo sector por sector hasta encontrar el primario, no iba a esperar los 20 días del resultado final de la biopsia, iba a ir ganando tiempo, yo estuve de acuerdo.
Todos los días eran cosas nuevas, todos los días un procedimiento distinto, en todos salía lo mismo, aca no hay nada: tomografías, resonancias, ecografías, más exámenes de sangre, endoscopía digestiva, endoscopía nasal y de laringe, colonoscopías, nefrostomía, citoscopía, etc. etc. Todo daba bien, se seguían sumando los especialistas, me vieron el Internista (todo el tiempo que estuve internada) tres ginecólogos, alergista, 2 urólogos, cardiólogo, sicólogo, otorrinolaringólogo, cirujano, oftalmólogo, equipo de columna, hasta que llegamos a la oncóloga.
Cuando se descartó que no era linfático y que había algún tumor en otro lugar de mi cuerpo, me hicieron la cita con la Oncóloga. Otro golpe, era como ponerle un título universitario a un profesional con el que toda la vida hubiese deseado no tener que atenderme nunca. Ella me cayó bien de entrada: me dijo, vamos a buscar por todas partes, vos tenés 40 años y toda la vida por delante, si no encontramos en este par de exámenes que quedan, vamos al tratamiento genérico, porque no podemos perder tiempo.
Me dio confianza.
Los últimos estudios volvieron a dar lo mismo: allí no había nada, era por un lado una alegría saber que todos esos sectores estaban sanos, pero una tristeza no encontrar al maldito primario, el resultado final de la biopsia volvía a insistir: el primario es de origen ginecológico.
LLegó el día más feliz: me dieron el alta, tomate unos días con tus hijas, descansá, pensá en otra cosa, rodeate de tus afectos. En una semana te veo en mi consultorio y coordinamos para empezar el tratamiento quimio y radio.
Desde la mañana en urgencia, esperando me consiguieran una cama en piso, primera muestra de que habría que tener paciencia, muuuuucha paciencia. De todas formas y escuchando los cuentos de las personas que también esperaban por un lugar como yo, fui una afortunada: creo que en 6 horas llegué a la habitación!
No voy a hacer cuentos anecdóticos aca, porque esos los estoy haciendo aparte con un poco de humor, voy a tratar de referirme a la parte estrictamente médica. Desde el vamos las personas que me atendieron, me trataron sumamente bien, si ya se, es como tiene que ser, pero muchas veces no lo es.
Las enfermeras, las Nurses, los Médicos que me atendieron, todos con una calidad humana impresionante. Desde el vamos plantié que yo era el paciente, yo era quien debía curarme por lo tanto yo era la primer persona que tenía que estar al tanto, de los diagnósticos, de los procedimientos, de los exámenes. Aca no iba a pasar como pasa en la mayoría de los enfermos, que alguien se iba a encargar de ser mi interlocutor, yo iba a ser mi propio interlocutor, nadie mejor que yo para saber lo que sentía y lo que tenía que resolver, todos entendieron la idea.
Lo mismo fue para mi familia y amigos: no quiero el cuchicheo típico en la puerta de la habitación, si tienen algo que quieran saber me lo preguntan a mí, nadie mejor que yo se los va a saber explicar. La situación contraria me alteraba, me producía angustia, yo estaba enferma, pero no moribunda, podía hablar, siempre había sido franca, no me gustaban las cosas habladas por atrás.
Comenzaron a pasar los días, empezaron los análisis, rutinas de sangre, presión, temperatura, etc. etc. A los 4 días ya tenía coordinada la Biopsia de los ganglios y una Biopsia de médula (esta frase me aterró totalmente, me acercaba mucho más a algo trágico), el Cirujano se encargó de venir a verme cada uno de los días desde que estuve internada hasta muchos días después de haber pasado por la cirugía, me pidió disculpas mil veces por la cicatriz que me iba a dejar en el abdomen, pero no podía hacerse por laparoscopía, era una cirugía complicada. Le expliqué más de mil veces, que sería una herida de guerra, de haber vencido, que lo que yo quería era curarme, la panza ya la había mostrado durante 40 años y aún con cicatriz iba a poder seguirla mostrando, se sonrió.
Cada cosa que yo les decía a los médicos, a las enfermeras, además de decírselas a ellos, me las decía a mi misma: Vivi no bajes los brazos, solo se camina para adelante, te tocó esto, tenés que enfrentarlo con la mejor sonrisa, no podés "permitirte" otra cosa.
El día de la cirugía, traté de estar lo más ommmmmm que pude, me despedí telefónicamente de mis hijas sin decirles que entraba a block para no angustiarlas, se los contaría a la salida cuando ya todo hubiera pasado, lo que no sabía era que a la salida de block y al llegar a la habitación, me esperaba la Doctora que me haría la biopsia de médula: que momento!!! Con miedo, con ganas de salir corriendo, con los vestigios de la anestesia general aun corriendo por mi cuerpo le pregunté: a vos te parece que me vas a poder hacer esto ahora????? Me dijo, vas a ver que si... Una capa, me ayudó a hacer yoga para relajarme, yo me entregué y seguí todas sus instrucciones, en menos de media hora habíamos terminado.
Así pasaron los días, el primer informe dio que el tumor que envolvía mi riñón era metástasis de otro que estaba seguramente a nivel ginecológico, pero cómo podía ser si yo tenía todos los estudios hechos en febrero y todo estaba perfecto? Volvieron por las dudas a hacerlos todos otra vez, todo volvió a dar perfecto, sumaron por las dudas otro procedimiento con anestesia general para biopsiar el útero por dentro, cosa que el PAP no hace.
Los días pasaban, ya el panorama era distinto, era peor: sabíamos que no era un linfoma, sabíamos que había otro tumor en algún lado pero no encontrábamos donde estaba. Tengo que agradecer eternamente al médico internista que se puso mi caso al hombro y me planteó que quería irme estudiando el cuerpo sector por sector hasta encontrar el primario, no iba a esperar los 20 días del resultado final de la biopsia, iba a ir ganando tiempo, yo estuve de acuerdo.
Todos los días eran cosas nuevas, todos los días un procedimiento distinto, en todos salía lo mismo, aca no hay nada: tomografías, resonancias, ecografías, más exámenes de sangre, endoscopía digestiva, endoscopía nasal y de laringe, colonoscopías, nefrostomía, citoscopía, etc. etc. Todo daba bien, se seguían sumando los especialistas, me vieron el Internista (todo el tiempo que estuve internada) tres ginecólogos, alergista, 2 urólogos, cardiólogo, sicólogo, otorrinolaringólogo, cirujano, oftalmólogo, equipo de columna, hasta que llegamos a la oncóloga.
Cuando se descartó que no era linfático y que había algún tumor en otro lugar de mi cuerpo, me hicieron la cita con la Oncóloga. Otro golpe, era como ponerle un título universitario a un profesional con el que toda la vida hubiese deseado no tener que atenderme nunca. Ella me cayó bien de entrada: me dijo, vamos a buscar por todas partes, vos tenés 40 años y toda la vida por delante, si no encontramos en este par de exámenes que quedan, vamos al tratamiento genérico, porque no podemos perder tiempo.
Me dio confianza.
Los últimos estudios volvieron a dar lo mismo: allí no había nada, era por un lado una alegría saber que todos esos sectores estaban sanos, pero una tristeza no encontrar al maldito primario, el resultado final de la biopsia volvía a insistir: el primario es de origen ginecológico.
LLegó el día más feliz: me dieron el alta, tomate unos días con tus hijas, descansá, pensá en otra cosa, rodeate de tus afectos. En una semana te veo en mi consultorio y coordinamos para empezar el tratamiento quimio y radio.
De como comenzó todo
De mi: tengo 40 años, soy mamá de dos soles que iluminan mi camino, trabajo, tengo una familia que me ha bancado históricamente en todas, en las buenas y en las no tanto, tengo no se si un millón de amigos como Roberto Carlos, pero si muchos, muchos y lo más importante es que a muchos de ellos los conservo desde hace tantísimos años, otros se han ido sumando en el camino de la vida, hago cosas que me gustan, disfruto del sol y de la lluvia, de estar en casa y de irme de viaje, de hacer cosas solo para mí y de hacer cosas con mis hijas, en resumen: soy una persona feliz.
Siempre tuve claro, que las cosas "infelices" le pueden tocar a la puerta a cualquiera de nosotros, si bien no me lo esperaba, sabía que soy un mortal como todos y que nadie está exento de que las cosas sucedan.
No soy una persona hipocondríaca, pero conozco mi cuerpo, se como funciona y cuando algo no está bien y en ese caso consulto inmediatamente al médico. Soy una persona sana en general: como bastante sano, tomo algo de alcohol como casi todo el mundo, no fumo ya hace un par de años, trato de caminar todo lo que puedo, en fin, no soy una joyita pero me cuido.
En diciembre de 2012, sentí que algo estaba "raro" en mi cuerpo: mi menstruación se había desacomodado un poco y tenía un dolorcito a nivel lumbar/renal que me molestaba. Como me conozco y sabía que lo primero no era normal (y no lo iba a dejar por ese comentario casi lapidario que te dice todo el mundo: es la edad) consulté a mi médico.
El también insistió en el comentario lapidario, pero aún así le pedí que me indicara todos los exámenes de rutina cosa de llevarlos al Ginecólogo cuando volviera de su licencia en febrero y así me hice todos y cada uno de los estudios: TODOS dieron perfecto. A los 15 días volví a su consultorio porque el dolorCITO seguía instalado ahí: el diagnóstico: debe ser lumbar, trabajás todo el día sentada, a los 15 días volvía y me decía pasate este gel, hacé un poco más de ejercicio, si al volver de las vacaciones no cedió vemos.
Así pasamos tres meses entre una visita y otra, descartando cosas con exámenes de sangre, de orina, rutinas completas que daban que todo estaba bien. En el medio me fui de vacaciones, hice vida totalmente normal, jugué con mis hijas, me tiré de toboganes de agua, hice kms y kms en auto, viajé a Brasil, playa, paseos, levantarse temprano, acostarse tarde, el dolor me seguía acompañando ahora ya con algún analgésico para que cediera un poco.
Al retorno del viaje, vuelvo a ver a mi médico y le digo que yo no voy a seguir tomando analgésicos, me manda una ecografía para ver si existe un problema en el riñón a pesar de que los otros estudios daban que todo estaba bien. Ahí vemos que mi riñón estaba aumentado de tamaño y me coordina inmediatamente una cita con Uróloga para que siga el tema. Ella me dice que no quiere seguir perdiendo tiempo y que necesita una tomografía para ver las cosas más claramente, logro que me la hagan en cuestión de una semana.
Hasta ahí pensaba que si el problema era el riñón, lo peor que podía pasarme era que me lo tuvieran que sacar y en ese caso aún tenía otro sano, pero la vida tenía otros planes para mí...
En el momento de hacerme la tomografía supe que algo estaba mal, el chico que me la hizo me dijo que viniera a buscar el resultado al día siguiente, que ya había perdido mucho tiempo y que no me iba a hacer esperar más (pero su cara decía todo lo que le faltaba decir con palabras).
Un par de días después, sentada en el consultorio de la Uróloga, al sacar las imágenes del sobre, vi como su expresión cambió y en 10 minutos y de la manera más clara y delicada posible, inclusive haciendo hasta un dibujo para que pudiera entender mejor, me confirmó que no era un tema urológico: había un tumor alrededor del riñón que podía no ser nada o podía ser un LINFOMA.
Cuando nombró la palabra Linfoma, la sangre se me congeló, la garganta se me anudó y a las lágrimas les puse un cartel de prohibido asomarse, ya habría tiempo para eso, ahora había que preguntar bien como seguimos con esto. Andate mañana mismo a ver un Hematólogo, quiero que te vea urgente y comience con los análisis, después volvés a verme.
Como si se hubiese puesto de acuerdo con mi estado de ánimo, fuera de la clínica, diluviaba, los relámpagos cruzaban el cielo, llovía como cuando las gotas caen fuertes, golpean además de mojar, esas gotas que cuando caminaba bajo la lluvia ayudaban a borrar mis lágrimas que brotaban sin parar. Acompañé a mi mamá a la parada de bus, ella salió tranquila: solo te tienen que hacer más exámenes, me dijo, nunca comprendió el alcance de la palabra Linfoma, y de ahí caminé unas cuantas cuadras bajo la lluvia tratando de desahogarme un poco antes de volver al trabajo.
Al volver me esperaban mis "compas" que al verme la cara creo supieron al minuto que algo no andaba bien, hicieron la pregunta esperada: como te fue? y ahí les dije cual podía ser el diagnóstico y me largué a llorar con ese dejarse ir que nos viene cuando nos sentimos acompañados en los peores momentos, sabía que no estaba sola, ellas estaban conmigo. Hasta ese momento, nos habíamos sabido sostener unas a otras desde hacía un par de meses: una de mis compañeras estaba en tratamiento para curarse de cáncer y la extrañábamos con locura, la apoyábamos en todo lo que podíamos y sobre todo éramos tan fuertes como podíamos para darle fuerzas a ella. Ahora les tocaba redoblar esfuerzos y sostenerme a mi también.
Conseguí ver al Hematólogo dos días después, y en esas 48 horas me dediqué a pensar positivamente, tenía claro cual podía ser el peor diagnóstico, pero tambíen cabía aún la posibilidad de que no fuera, así que no me iba a enloquecer antes de tiempo (siempre razonando todo, haciéndolo más práctico, esa es mi forma).
Jueves, mediodía, tomo mi cartera para salir de la oficina: vengo en un rato chiquis!
Entro a la consulta de casi una hora con el Hematólogo: estoy casi convencido de que esto es un Linfoma, de todas formas, necesito hacerte un montón de estudios para estar 100% seguro y dado el tiempo que ya pasó, prefiero internarte y hacerte todo internada: vas a tener cero costo y lo más importante: todos los médicos te van a ver rápido y todo se va a coordinar velozmente, quiero que te quedes internada esta noche. En el tiempo que duró la entrevista, me revisó absolutamente todo el cuerpo, buscando otros tumores y no encontró nada, me habló de biopsias, de ganglios, de estudios... Yo lloré y lloré y lloré, lo agarré de sicólogo, le pedí disculpas por desbordarme de esa manera, el me abrazó, me contuvo, me trató como si fuera su hija, me hizo sentir cuidada y respetada, sobre todo porque en cada cosa que le pregunté (y fueron como mil) me explicó todo con claridad y atención. Ahí llegamos al acuerdo de que me internaría al día siguiente, luego de que hablara con mis hijas y mi familia y los pusiera al tanto de la situación.
La escena se repetía, solo que esta vez había estrellas en vez de lluvia, salí de la clínica, caminé, caminé, caminé, lloré, lloré, lloré y después seguí caminando respirando hondo, exhalando, volviendo a inspirar hondo. Tenía por delante una de las tareas más difíciles de todas: hablar con mis hijas, darles y darme seguirdad, trasmitirles que esto no es algo que se elige, es algo que pasa, y que como en todas las cosas de la vida, tenemos que enfrentar, con la mejor actitud y pensando que todo saldrá bien. Agradecí a Dios, haberlas criado siempre con la verdad, siempre hablando de todos los temas, eso era algo que ahora me iba a ser sumamente útil.
Llegué a casa de mis padres, estaban además de mis hijas, mi hermana y sobrinos esperando saber como me había ido: puse las cartas sobre la mesa, el Doctor super amoroso, vio todos los exámenes, me dijo que el tiene que descartar algunas cosas y para eso necesita hacerme más exámenes, por lo que mañana temprano me tengo que internar, no había terminado de decir eso y llovieron las pregunta: cuantos días???? Mamá vas a volver no???? Que te van a hacer???? Que vamos a hacer nosotras???? Expliqué que no sabía el tiempo, que claro que iba a volver, que me iban a hacer todo lo necesario para saber por qué tenía ese dolor y esos ganglios tumorales a que se debían y que los abuelos iban a cuidar de ellas como lo hacen todos los días, solo que también lo iban a hacer en las noches.
Mi hermana me hizo un guiño cómplice, comprendiendo que esa era la versión infantil de la consulta, no había necesidad de dar más detalles ahí y se dispuso a aprontar las cosas conmigo para llevarme a la internación al día siguiente.
Esa noche fue difícil conciliar el sueño, miraba mi dormitorio, mis cosas y las lágrimas corrían inevitablemente por mi cara, pero estaba haciendo lo único que tenía que hacer, cumplir con lo que pedían los médicos.
Siempre tuve claro, que las cosas "infelices" le pueden tocar a la puerta a cualquiera de nosotros, si bien no me lo esperaba, sabía que soy un mortal como todos y que nadie está exento de que las cosas sucedan.
No soy una persona hipocondríaca, pero conozco mi cuerpo, se como funciona y cuando algo no está bien y en ese caso consulto inmediatamente al médico. Soy una persona sana en general: como bastante sano, tomo algo de alcohol como casi todo el mundo, no fumo ya hace un par de años, trato de caminar todo lo que puedo, en fin, no soy una joyita pero me cuido.
En diciembre de 2012, sentí que algo estaba "raro" en mi cuerpo: mi menstruación se había desacomodado un poco y tenía un dolorcito a nivel lumbar/renal que me molestaba. Como me conozco y sabía que lo primero no era normal (y no lo iba a dejar por ese comentario casi lapidario que te dice todo el mundo: es la edad) consulté a mi médico.
El también insistió en el comentario lapidario, pero aún así le pedí que me indicara todos los exámenes de rutina cosa de llevarlos al Ginecólogo cuando volviera de su licencia en febrero y así me hice todos y cada uno de los estudios: TODOS dieron perfecto. A los 15 días volví a su consultorio porque el dolorCITO seguía instalado ahí: el diagnóstico: debe ser lumbar, trabajás todo el día sentada, a los 15 días volvía y me decía pasate este gel, hacé un poco más de ejercicio, si al volver de las vacaciones no cedió vemos.
Así pasamos tres meses entre una visita y otra, descartando cosas con exámenes de sangre, de orina, rutinas completas que daban que todo estaba bien. En el medio me fui de vacaciones, hice vida totalmente normal, jugué con mis hijas, me tiré de toboganes de agua, hice kms y kms en auto, viajé a Brasil, playa, paseos, levantarse temprano, acostarse tarde, el dolor me seguía acompañando ahora ya con algún analgésico para que cediera un poco.
Al retorno del viaje, vuelvo a ver a mi médico y le digo que yo no voy a seguir tomando analgésicos, me manda una ecografía para ver si existe un problema en el riñón a pesar de que los otros estudios daban que todo estaba bien. Ahí vemos que mi riñón estaba aumentado de tamaño y me coordina inmediatamente una cita con Uróloga para que siga el tema. Ella me dice que no quiere seguir perdiendo tiempo y que necesita una tomografía para ver las cosas más claramente, logro que me la hagan en cuestión de una semana.
Hasta ahí pensaba que si el problema era el riñón, lo peor que podía pasarme era que me lo tuvieran que sacar y en ese caso aún tenía otro sano, pero la vida tenía otros planes para mí...
En el momento de hacerme la tomografía supe que algo estaba mal, el chico que me la hizo me dijo que viniera a buscar el resultado al día siguiente, que ya había perdido mucho tiempo y que no me iba a hacer esperar más (pero su cara decía todo lo que le faltaba decir con palabras).
Un par de días después, sentada en el consultorio de la Uróloga, al sacar las imágenes del sobre, vi como su expresión cambió y en 10 minutos y de la manera más clara y delicada posible, inclusive haciendo hasta un dibujo para que pudiera entender mejor, me confirmó que no era un tema urológico: había un tumor alrededor del riñón que podía no ser nada o podía ser un LINFOMA.
Cuando nombró la palabra Linfoma, la sangre se me congeló, la garganta se me anudó y a las lágrimas les puse un cartel de prohibido asomarse, ya habría tiempo para eso, ahora había que preguntar bien como seguimos con esto. Andate mañana mismo a ver un Hematólogo, quiero que te vea urgente y comience con los análisis, después volvés a verme.
Como si se hubiese puesto de acuerdo con mi estado de ánimo, fuera de la clínica, diluviaba, los relámpagos cruzaban el cielo, llovía como cuando las gotas caen fuertes, golpean además de mojar, esas gotas que cuando caminaba bajo la lluvia ayudaban a borrar mis lágrimas que brotaban sin parar. Acompañé a mi mamá a la parada de bus, ella salió tranquila: solo te tienen que hacer más exámenes, me dijo, nunca comprendió el alcance de la palabra Linfoma, y de ahí caminé unas cuantas cuadras bajo la lluvia tratando de desahogarme un poco antes de volver al trabajo.
Al volver me esperaban mis "compas" que al verme la cara creo supieron al minuto que algo no andaba bien, hicieron la pregunta esperada: como te fue? y ahí les dije cual podía ser el diagnóstico y me largué a llorar con ese dejarse ir que nos viene cuando nos sentimos acompañados en los peores momentos, sabía que no estaba sola, ellas estaban conmigo. Hasta ese momento, nos habíamos sabido sostener unas a otras desde hacía un par de meses: una de mis compañeras estaba en tratamiento para curarse de cáncer y la extrañábamos con locura, la apoyábamos en todo lo que podíamos y sobre todo éramos tan fuertes como podíamos para darle fuerzas a ella. Ahora les tocaba redoblar esfuerzos y sostenerme a mi también.
Conseguí ver al Hematólogo dos días después, y en esas 48 horas me dediqué a pensar positivamente, tenía claro cual podía ser el peor diagnóstico, pero tambíen cabía aún la posibilidad de que no fuera, así que no me iba a enloquecer antes de tiempo (siempre razonando todo, haciéndolo más práctico, esa es mi forma).
Jueves, mediodía, tomo mi cartera para salir de la oficina: vengo en un rato chiquis!
Entro a la consulta de casi una hora con el Hematólogo: estoy casi convencido de que esto es un Linfoma, de todas formas, necesito hacerte un montón de estudios para estar 100% seguro y dado el tiempo que ya pasó, prefiero internarte y hacerte todo internada: vas a tener cero costo y lo más importante: todos los médicos te van a ver rápido y todo se va a coordinar velozmente, quiero que te quedes internada esta noche. En el tiempo que duró la entrevista, me revisó absolutamente todo el cuerpo, buscando otros tumores y no encontró nada, me habló de biopsias, de ganglios, de estudios... Yo lloré y lloré y lloré, lo agarré de sicólogo, le pedí disculpas por desbordarme de esa manera, el me abrazó, me contuvo, me trató como si fuera su hija, me hizo sentir cuidada y respetada, sobre todo porque en cada cosa que le pregunté (y fueron como mil) me explicó todo con claridad y atención. Ahí llegamos al acuerdo de que me internaría al día siguiente, luego de que hablara con mis hijas y mi familia y los pusiera al tanto de la situación.
La escena se repetía, solo que esta vez había estrellas en vez de lluvia, salí de la clínica, caminé, caminé, caminé, lloré, lloré, lloré y después seguí caminando respirando hondo, exhalando, volviendo a inspirar hondo. Tenía por delante una de las tareas más difíciles de todas: hablar con mis hijas, darles y darme seguirdad, trasmitirles que esto no es algo que se elige, es algo que pasa, y que como en todas las cosas de la vida, tenemos que enfrentar, con la mejor actitud y pensando que todo saldrá bien. Agradecí a Dios, haberlas criado siempre con la verdad, siempre hablando de todos los temas, eso era algo que ahora me iba a ser sumamente útil.
Llegué a casa de mis padres, estaban además de mis hijas, mi hermana y sobrinos esperando saber como me había ido: puse las cartas sobre la mesa, el Doctor super amoroso, vio todos los exámenes, me dijo que el tiene que descartar algunas cosas y para eso necesita hacerme más exámenes, por lo que mañana temprano me tengo que internar, no había terminado de decir eso y llovieron las pregunta: cuantos días???? Mamá vas a volver no???? Que te van a hacer???? Que vamos a hacer nosotras???? Expliqué que no sabía el tiempo, que claro que iba a volver, que me iban a hacer todo lo necesario para saber por qué tenía ese dolor y esos ganglios tumorales a que se debían y que los abuelos iban a cuidar de ellas como lo hacen todos los días, solo que también lo iban a hacer en las noches.
Mi hermana me hizo un guiño cómplice, comprendiendo que esa era la versión infantil de la consulta, no había necesidad de dar más detalles ahí y se dispuso a aprontar las cosas conmigo para llevarme a la internación al día siguiente.
Esa noche fue difícil conciliar el sueño, miraba mi dormitorio, mis cosas y las lágrimas corrían inevitablemente por mi cara, pero estaba haciendo lo único que tenía que hacer, cumplir con lo que pedían los médicos.
domingo, 4 de agosto de 2013
"El Bombón Asesino" (y no a ritmo de cumbia)
♫ Ella se agita, toda la noche mueve la cinturita
y pa colmo usa pollera cortita ♪
Ahhh no...
Estaba sola, era noche de sábado y miraba una peli. De golpe se abre la puerta de la habitación, y entra un bombonazo que no se si es que sería tan lindo o que desde que estoy aquí adentro el panorama es tan escasamente recreativo a nivel visual.
Al minuto pensé: siiiiiii!!! mis amigas se apiadaron!!! dejaron de traerme libros, revistas de crucigramas, chocolates y se pusieron las pilas y me mandaron este stripper!!!
Perfil: aproximadamente 35 años, pelo cortito y despeinado arriba pero con onda ¿se entiende?, camisita, campera de cuero entalladita, bufanda de hilo, morral de cuero cruzado, ahhh no voy a seguir detallando...
Se acerca, directamente hacia mi cama, yo, con los ojitos iluminados (algo bueno entre tanta cosa desagradable) y me dice con voz sensual: buenas noches... soy EL UROLOGO! Chan! que chan, show de chanes!!!
Efectivamente, un bombón, pero asesino, porque no venía a traer buenas noticias...
Continuará
y pa colmo usa pollera cortita ♪
Ahhh no...
Estaba sola, era noche de sábado y miraba una peli. De golpe se abre la puerta de la habitación, y entra un bombonazo que no se si es que sería tan lindo o que desde que estoy aquí adentro el panorama es tan escasamente recreativo a nivel visual.
Al minuto pensé: siiiiiii!!! mis amigas se apiadaron!!! dejaron de traerme libros, revistas de crucigramas, chocolates y se pusieron las pilas y me mandaron este stripper!!!
Perfil: aproximadamente 35 años, pelo cortito y despeinado arriba pero con onda ¿se entiende?, camisita, campera de cuero entalladita, bufanda de hilo, morral de cuero cruzado, ahhh no voy a seguir detallando...
Se acerca, directamente hacia mi cama, yo, con los ojitos iluminados (algo bueno entre tanta cosa desagradable) y me dice con voz sensual: buenas noches... soy EL UROLOGO! Chan! que chan, show de chanes!!!
Efectivamente, un bombón, pero asesino, porque no venía a traer buenas noticias...
Continuará
Salida de viernes a la noche
Un nuevo estudio, una nueva entrada al quirófano, otra vez explicar que enfermedad tengo (lo que se hasta el momento, ya que el diagnóstico sigue sin terminar de definirse por completo), otra vez explicar si soy alérgica, pedir que por favor no me inyecten Iodo, etc., etc.
Esta vez, la diferencia es que el estudio es en el sanatorio de maternidad, donde lo que suma es el llanto de un monton de bebes que nacían y nacían sin parar y a la vez que llenaban el aire de llanto, también lo llenaban de vida, tan necesaria en estos momentos donde la muerte a veces parece estar demasiado cerca.
También sumaba la actitud del médico que me iba a realizar el procedimiento: una sonrisa de oreja a oreja, explicarme absolutamente todo, con lujo de detalles, respondiendo cada una de mis inquietudes, poniéndose a mi disposición, dándome hasta su número de celular.
Son las 23.15, ya estoy despierta otra vez, la anestesia general pasó y el grupete de enfermería está pronto para devolverme a mi sanatorio de origen, porque como decían todos: ella allí ya tiene su cama.
El Doctor se va a retirar, y le indica a la enfermería que esperen hasta las 00 horas para levantarme de la camilla, para verificar que estoy evolucionando bien, y que me trasladen en ambulancia.
Casi como en el cuento de la Cenicienta, llegan las 12 de la noche, y parece que tal como en aquel cuento, a esa hora todo cambia: era como si yo fuera a convertirme en alguna cosa no agraciada (un Gremlin tal vez?) y querían sacarme de encima a como diera lugar antes de que fueran las 12 en punto, la razón real: cambiaba la guardia y nadie quería hacerse cargo de mí.
Así tal y como estaba en la camilla donde me habían hecho el procedimiento, me pasan a una silla de ruedas, sin vestirme (solo con el ponchito de TNT que usé en el quirófano puesto) y la unidad de suero sobre mi falda, me envuelven de la cintura para arriba con una frazada y estoy pronta (segun ellos) para el Delivery!!!
Quedo en la delgada línea que divide el Reinado del Quirófano del Reino de la gente común, y ahí empieza el "tironeo" de la silla de ruedas... Las enfermeras la empujan hacia afuera: está pronta, pueden trasladarla! Los camilleros de la ambulancia me empujan hacia adentro: de ninguna manera podemos trasladar a una persona sin que la vistan! En el medio de la línea de fuego: mi mamá, repitiendo una y otra vez, la ropa la tengo yo, si me dejan la visto en 5 minutos! Sobre la silla de ruedas: estoy yo, cual paquete inerte que no tiene voz ni voto, como si fuera una "cosa" en vez de una persona que además no está pasando los mejores días de su vida...
Después de que fui un par de veces hacia un lado y hacia el otro, después de que los camilleros explicaron que afuera había 2 grados y que era un horror que me sacaran así, después de que mi mamá se convirtió en la mujer invisible, porque al parecer nadie la veía ni la escuchaba, saqué voz de algún lugar de mi maltratado cuerpo, pedí mi campera me tapé las piernas y les dije que me trasladaran así, ya no podía soportar tanto destrato.
Cuando vienen los cambios de guardia, como ocurrió en este caso al llegar las 12 de la noche, algunos enfermeros hacen este tipo de cosas, sin importar lo que sucede con el paciente, sin tomar en cuenta cuanto puede afectar eso su salud física ni emocional, por suerte son solo algunos...
Esta vez, la diferencia es que el estudio es en el sanatorio de maternidad, donde lo que suma es el llanto de un monton de bebes que nacían y nacían sin parar y a la vez que llenaban el aire de llanto, también lo llenaban de vida, tan necesaria en estos momentos donde la muerte a veces parece estar demasiado cerca.
También sumaba la actitud del médico que me iba a realizar el procedimiento: una sonrisa de oreja a oreja, explicarme absolutamente todo, con lujo de detalles, respondiendo cada una de mis inquietudes, poniéndose a mi disposición, dándome hasta su número de celular.
Son las 23.15, ya estoy despierta otra vez, la anestesia general pasó y el grupete de enfermería está pronto para devolverme a mi sanatorio de origen, porque como decían todos: ella allí ya tiene su cama.
El Doctor se va a retirar, y le indica a la enfermería que esperen hasta las 00 horas para levantarme de la camilla, para verificar que estoy evolucionando bien, y que me trasladen en ambulancia.
Casi como en el cuento de la Cenicienta, llegan las 12 de la noche, y parece que tal como en aquel cuento, a esa hora todo cambia: era como si yo fuera a convertirme en alguna cosa no agraciada (un Gremlin tal vez?) y querían sacarme de encima a como diera lugar antes de que fueran las 12 en punto, la razón real: cambiaba la guardia y nadie quería hacerse cargo de mí.
Así tal y como estaba en la camilla donde me habían hecho el procedimiento, me pasan a una silla de ruedas, sin vestirme (solo con el ponchito de TNT que usé en el quirófano puesto) y la unidad de suero sobre mi falda, me envuelven de la cintura para arriba con una frazada y estoy pronta (segun ellos) para el Delivery!!!
Quedo en la delgada línea que divide el Reinado del Quirófano del Reino de la gente común, y ahí empieza el "tironeo" de la silla de ruedas... Las enfermeras la empujan hacia afuera: está pronta, pueden trasladarla! Los camilleros de la ambulancia me empujan hacia adentro: de ninguna manera podemos trasladar a una persona sin que la vistan! En el medio de la línea de fuego: mi mamá, repitiendo una y otra vez, la ropa la tengo yo, si me dejan la visto en 5 minutos! Sobre la silla de ruedas: estoy yo, cual paquete inerte que no tiene voz ni voto, como si fuera una "cosa" en vez de una persona que además no está pasando los mejores días de su vida...
Después de que fui un par de veces hacia un lado y hacia el otro, después de que los camilleros explicaron que afuera había 2 grados y que era un horror que me sacaran así, después de que mi mamá se convirtió en la mujer invisible, porque al parecer nadie la veía ni la escuchaba, saqué voz de algún lugar de mi maltratado cuerpo, pedí mi campera me tapé las piernas y les dije que me trasladaran así, ya no podía soportar tanto destrato.
Cuando vienen los cambios de guardia, como ocurrió en este caso al llegar las 12 de la noche, algunos enfermeros hacen este tipo de cosas, sin importar lo que sucede con el paciente, sin tomar en cuenta cuanto puede afectar eso su salud física ni emocional, por suerte son solo algunos...
De Pantuflas
De como la gente te hace sentir diferente, cuando te ve algo "diferente"...
Convengamos que por el momento no soy la paciente típica que está internada en un sanatorio: no me gusta andar de camisón y lo uso SOLO para dormir de noche, el resto del día estoy de calzas, remera y pantuflas (con mucho glamour ellas) que es el único elemento que me delata. Ya por el hecho de estar "vestida" así me han confundido varias veces pidiéndome incluso que me retirara de la sala o preguntándome: dónde está el paciente?
Pero lo que me pasó el viernes fue como la frutilla de la torta: tenía que hacerme un estudio en el policlínico, un par de pisos más abajo de donde estoy internada, con mi mejor sonrisa le pregunté a la enfermera que me iba a llevar a hacerlo si podía ir caminando en vez de en silla de ruedas como acostumbran a llevarme a todos lados, porque la verdad es un medio de transporte que mientras pueda, prefiero evitar usar, y me dijeron que sí.
Así que con mi vestimenta típica del día (calzas, remera, camperita y pantuflas) emprendimos el camino hacia el consultorio que me esperaba. Grandísima fue mi sorpresa al ver la reacción de la gente: no quedó creo una sola persona que me cruzara en el camino y no me mirara los pies, y luego el resto de la vestimenta, y otra vez los pies, para ahí mirarme a la cara como diciendo señora, usted se olvidó de calzarse!!!!
100% culpa mía, que no tengo pinta de paciente ;)
Convengamos que por el momento no soy la paciente típica que está internada en un sanatorio: no me gusta andar de camisón y lo uso SOLO para dormir de noche, el resto del día estoy de calzas, remera y pantuflas (con mucho glamour ellas) que es el único elemento que me delata. Ya por el hecho de estar "vestida" así me han confundido varias veces pidiéndome incluso que me retirara de la sala o preguntándome: dónde está el paciente?
Pero lo que me pasó el viernes fue como la frutilla de la torta: tenía que hacerme un estudio en el policlínico, un par de pisos más abajo de donde estoy internada, con mi mejor sonrisa le pregunté a la enfermera que me iba a llevar a hacerlo si podía ir caminando en vez de en silla de ruedas como acostumbran a llevarme a todos lados, porque la verdad es un medio de transporte que mientras pueda, prefiero evitar usar, y me dijeron que sí.
Así que con mi vestimenta típica del día (calzas, remera, camperita y pantuflas) emprendimos el camino hacia el consultorio que me esperaba. Grandísima fue mi sorpresa al ver la reacción de la gente: no quedó creo una sola persona que me cruzara en el camino y no me mirara los pies, y luego el resto de la vestimenta, y otra vez los pies, para ahí mirarme a la cara como diciendo señora, usted se olvidó de calzarse!!!!
100% culpa mía, que no tengo pinta de paciente ;)
sábado, 3 de agosto de 2013
La noche que "me dieron el alta"
Sigue avanzando junio...
Era sábado a la noche, no tenía plata y no hacía calor, era casi un día más, porque ahí adentro, todos los días eran casi iguales, no había lunes fatal, no había miércoles de mitad de semana, no había jueves con gustito a prefinde y el sábado era lo mismo que el martes.
Estoy sola, hoy les pedí que se fueran a dormir a sus respectivas casas, puedo quedarme una noche sola. Ya han venido dos médicos con su sarta de exámenes y lo pude sobrellevar (aunque escuchando el llanto desconsolado de mi compañera de cuarto que no paraba de llorar por las cosas que me hacían a mi, y yo fresquita como una lechuga).
Sigo deseando con todas mis ganas que la tortura termine, que dejen de entrar médicos con más y más cosas nuevas y que alguien venga y me diga: te vas a casa, pero ese momento parece no llegar nunca.
Son las 23 hs, suena el celular y se escucha la siguiente conversación:
Mi hermana: Donde estás? (con voz alegre)
Yo: Dónde voy a estar? En el Parque Rodó!!! Me estoy tomando una, me subo al Mambo y vuelvo. En el sanatorio, dónde más voy a estar????? (con voz irónica y molesta)
Mi hermana: Dale, en serio!!! Si Roberta te fue a ver y le dijeron que te habían dado el alta!!! Y yo sin enterarme!!!
Yo: Ehhhhh????? Bueno, no se que le dijeron a "la bruja", yo sigo aca, gordita como siempre y esperando el estirón :)
Yo: Cómo que le dijeron que me dieron el alta?????
Mi hermana: Siiiiii y te llevaba unos chocolates de regalo, y para festejar que te habían dado el alta se los comió!
Acto seguido, cuelgo el celular, me pongo las pantuflas y salgo por el pasillo como que me lleva el diablo.
Recién acabo de venir de la Enfermería, ahora me cierra por qué hoy a la mañana la enfermera se "asomó" a ver si yo estaba, y luego cuando vino, no me trajo la medicación ya que no se la habían dado... Ahora la Nurse me dice con total desenfado: ahhhh siiii, te dieron de baja la otra noche cuando te llevaron al otro sanatorio a hacerte aquel examen y nunca te reingresaron!!!! Nosotras anoche estuvimos "custodiándote" la cama para que no te la fueran a ocupar, porque esa cama es tuya! El tema es que ese "detalle" de que no figures en el registro de la computadora, solo lo puede solucionar la Supervisora... Que conste que desde el momento del examen hasta el momento de hablar con la Nurse, pasaron más de 24 horas y seguimos esperando.
Era sábado a la noche, no tenía plata y no hacía calor, era casi un día más, porque ahí adentro, todos los días eran casi iguales, no había lunes fatal, no había miércoles de mitad de semana, no había jueves con gustito a prefinde y el sábado era lo mismo que el martes.
Estoy sola, hoy les pedí que se fueran a dormir a sus respectivas casas, puedo quedarme una noche sola. Ya han venido dos médicos con su sarta de exámenes y lo pude sobrellevar (aunque escuchando el llanto desconsolado de mi compañera de cuarto que no paraba de llorar por las cosas que me hacían a mi, y yo fresquita como una lechuga).
Sigo deseando con todas mis ganas que la tortura termine, que dejen de entrar médicos con más y más cosas nuevas y que alguien venga y me diga: te vas a casa, pero ese momento parece no llegar nunca.
Son las 23 hs, suena el celular y se escucha la siguiente conversación:
Mi hermana: Donde estás? (con voz alegre)
Yo: Dónde voy a estar? En el Parque Rodó!!! Me estoy tomando una, me subo al Mambo y vuelvo. En el sanatorio, dónde más voy a estar????? (con voz irónica y molesta)
Mi hermana: Dale, en serio!!! Si Roberta te fue a ver y le dijeron que te habían dado el alta!!! Y yo sin enterarme!!!
Yo: Ehhhhh????? Bueno, no se que le dijeron a "la bruja", yo sigo aca, gordita como siempre y esperando el estirón :)
Yo: Cómo que le dijeron que me dieron el alta?????
Mi hermana: Siiiiii y te llevaba unos chocolates de regalo, y para festejar que te habían dado el alta se los comió!
Acto seguido, cuelgo el celular, me pongo las pantuflas y salgo por el pasillo como que me lleva el diablo.
Recién acabo de venir de la Enfermería, ahora me cierra por qué hoy a la mañana la enfermera se "asomó" a ver si yo estaba, y luego cuando vino, no me trajo la medicación ya que no se la habían dado... Ahora la Nurse me dice con total desenfado: ahhhh siiii, te dieron de baja la otra noche cuando te llevaron al otro sanatorio a hacerte aquel examen y nunca te reingresaron!!!! Nosotras anoche estuvimos "custodiándote" la cama para que no te la fueran a ocupar, porque esa cama es tuya! El tema es que ese "detalle" de que no figures en el registro de la computadora, solo lo puede solucionar la Supervisora... Que conste que desde el momento del examen hasta el momento de hablar con la Nurse, pasaron más de 24 horas y seguimos esperando.
Dragones que huyen despavoridos...
Mediados de junio
Según una de mis mal pensadas amigas (no voy a decir cual), uno de los profesionales que me está atendiendo, léase Médico, ha quedado impactado por mi persona (si, aunque ustedes no lo crean, en este estado en el que estoy).
Convengamos que algunas de las cosas que ella ha visto yo también las vi, pero prefiero pensar que es de buena persona, que son gestos de humanidad para conmigo que en este momento no la estoy pasando nada bien, pero ella, la muy mal pensada, insiste en que no y lo peor de todo: hasta le parece buen candidato!!!
El colmo fue, que se encontrara al pobre hombre en el super y "disimuladamente" como suele hacer ella casi todo, observó sus compras (le debe haber escaneado el carro) y dedujo que como el señor compraba poquita cantidad de cada cosa VIVIA SOLO, lo escribo y vuelvo a sonreir (por suerte todo esto tiene un lado cómico). Entre nos, le debe haber contado hasta las unidades de cada cosa que tenía en el carro!!! El candidato era cada vez más y más ideal.
Pero... el "Dragón" que sumaba y sumaba puntos como en alguna promoción del super, de golpe y como en los cuentos de magos, desapareció! Un día llegó como habitualmente, preguntándome cómo me sentía y a diferencia de lo que le contestaba cada día con una sonrisa: bien por suerte, ese día dije la palabra clave: hoy me siento mal y unas lágrimas acompañaron la respuesta...
Desde ese momento se comenta que el Dragón huyó despavorido hacia un Reino muy, muy lejano del que no ha vuelto jamás, y mi candidato se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.
FIN
Según una de mis mal pensadas amigas (no voy a decir cual), uno de los profesionales que me está atendiendo, léase Médico, ha quedado impactado por mi persona (si, aunque ustedes no lo crean, en este estado en el que estoy).
Convengamos que algunas de las cosas que ella ha visto yo también las vi, pero prefiero pensar que es de buena persona, que son gestos de humanidad para conmigo que en este momento no la estoy pasando nada bien, pero ella, la muy mal pensada, insiste en que no y lo peor de todo: hasta le parece buen candidato!!!
El colmo fue, que se encontrara al pobre hombre en el super y "disimuladamente" como suele hacer ella casi todo, observó sus compras (le debe haber escaneado el carro) y dedujo que como el señor compraba poquita cantidad de cada cosa VIVIA SOLO, lo escribo y vuelvo a sonreir (por suerte todo esto tiene un lado cómico). Entre nos, le debe haber contado hasta las unidades de cada cosa que tenía en el carro!!! El candidato era cada vez más y más ideal.
Pero... el "Dragón" que sumaba y sumaba puntos como en alguna promoción del super, de golpe y como en los cuentos de magos, desapareció! Un día llegó como habitualmente, preguntándome cómo me sentía y a diferencia de lo que le contestaba cada día con una sonrisa: bien por suerte, ese día dije la palabra clave: hoy me siento mal y unas lágrimas acompañaron la respuesta...
Desde ese momento se comenta que el Dragón huyó despavorido hacia un Reino muy, muy lejano del que no ha vuelto jamás, y mi candidato se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.
FIN
De "Princesa" a Sapo escuerzo :P
Domingo, falta media hora para la visita...
Termino de bañarme (una de las pocas tareas que tengo aquí adentro), me visto, me peino, me estoy "aprontando" para la hora de la visita, no se quienes vendrán, pero mis hijas están en camino!
De pronto, fue casi como la conversión que tiene Hulk, pero sin llegar a ponerme verde.
En menos de tres minutos, pasé de ser una persona "normal", a ser un espanto!!! Comencé a estornudar y estornudar y estornudar, cosa nada rara en mi, y de golpe sentí que algo no estaba bien.
Mi cara quedó convertida en una especie de "Rey León" (con el tabique nasal totalmente deformado e hinchado), cruzado vaya a saber con qué, mi ojo derecho totalmente deforme, al punto que solo podía ver por un pedacito que aún se movía del párpado.
La garganta también se sumó a la hinchazón, por suerte se detuvo un segundito antes de cerrarse por completo y dejó espacio para que pasaran las pastillas de antialérgico pues me negué a que me las dieran intravenosas (ese mismo día me habían retirado la vía y no estaba en mis planes volver a tenerla puesta).
La nebulización con antialérgicos y los guantes llenos de hielo, esparcidos sobre toda mi cara, fueron una tímida ayuda para que mi cara se desinflamara, igualmente el proceso terminó llevando como cuatro o cinco días. Nunca supimos que lo causó, terminamos concluyendo que lo más seguro fuera un "pico" de stress por la noche de terror que había vivido la noche anterior y que por algún lado tenía que aflorar.
Las visitas tuvieron que presenciar aquel bello espectáculo que era mi rostro, tendría que haber cobrado entrada!!!
Termino de bañarme (una de las pocas tareas que tengo aquí adentro), me visto, me peino, me estoy "aprontando" para la hora de la visita, no se quienes vendrán, pero mis hijas están en camino!
De pronto, fue casi como la conversión que tiene Hulk, pero sin llegar a ponerme verde.
En menos de tres minutos, pasé de ser una persona "normal", a ser un espanto!!! Comencé a estornudar y estornudar y estornudar, cosa nada rara en mi, y de golpe sentí que algo no estaba bien.
Mi cara quedó convertida en una especie de "Rey León" (con el tabique nasal totalmente deformado e hinchado), cruzado vaya a saber con qué, mi ojo derecho totalmente deforme, al punto que solo podía ver por un pedacito que aún se movía del párpado.
La garganta también se sumó a la hinchazón, por suerte se detuvo un segundito antes de cerrarse por completo y dejó espacio para que pasaran las pastillas de antialérgico pues me negué a que me las dieran intravenosas (ese mismo día me habían retirado la vía y no estaba en mis planes volver a tenerla puesta).
La nebulización con antialérgicos y los guantes llenos de hielo, esparcidos sobre toda mi cara, fueron una tímida ayuda para que mi cara se desinflamara, igualmente el proceso terminó llevando como cuatro o cinco días. Nunca supimos que lo causó, terminamos concluyendo que lo más seguro fuera un "pico" de stress por la noche de terror que había vivido la noche anterior y que por algún lado tenía que aflorar.
Las visitas tuvieron que presenciar aquel bello espectáculo que era mi rostro, tendría que haber cobrado entrada!!!
El Alemán
Capítulo aparte merecen las acompañantes de sala...
Convengamos que uno no está pasando en el sanatorio el mejor momento de su vida, por lo que la persona que comparte la sala con uno te puede hacer pasar los días de una forma tranquila, positiva, llevadera, o... te puede llevar directamente al infierno. Lamentablemente, y a pesar de que no me gustan las películas de terror, tuve que vivir una en vivo y en directo.
En este momento, mientras yo escribo lo que me pasa en este cuadernito que compré hace tantos meses sin ningún fin en particular y que ahora termina haciendo las veces de "diario", ella saca fotos a su acompañante para dejar testimonio de como le sale espuma por la boca a la cuidadora, y también de que la habitación está llena de bichos...
Anoche la misma señora veía a la Virgen María sosteniéndole la mano, también preguntó 32 veces si ya había amanecido, y vino a cada rato al lado de mi cama a mostrarme como diluviaba cuando afuera ni noticias de lluvia había...
Es que "el alemán" ataca sin piedad, y como me vine a enterar después, se agudiza aún más luego de una anestesia general.
No es nuevo para mi convivir con personas que padecen esta triste enfermedad, que además ninguno de nosotros está libre de tener en algún momento, lo que si fue nuevo fue constatar, como hay gente que deja a estas personas en lugares donde no deben estar con tal de dormir una noche en paz: la señora tenía el alta desde las tres de la tarde, sin embargo se quedó a pasar la noche para irse al día siguiente, su familia por supuesto asintió.
Yo desesperada por irme de alta, tachando los días con cruces como los presos, y hay gente que tiene el alta firmada y se queda a pernoctar en el sanatorio??? Nunca mejor aplicado el refrán: Dios le da pan a quien no tiene dientes...
La noche parecía que iba a ser una más: los analgésicos de turno, las visitas de las enfermeras y nurses que prenden la luz en plena madrugada preguntándote cómo te sentís, los ruidos de cada noche en los pasillos, pero no...
De golpe, aquella señora "casi amable", que apenas dejaba asomar su "cogote clasista", se convirtió en un ser casi imposible de dominar. El Alemán se hizo presente con toda la fuerza, y ella, que hasta el momento no podía levantarse ni para ir al baño, se incorporó y se sentó en la cama al mejor estilo "El Exorcista".
Así pasó la noche mi compañera de sala, que bajo la influencia de esa perra enfermedad, sacó a relucir parte de su sistema de creencias, esbozando frases como: "hacé lo que yo te digo, porque para eso te pago" o "vos no estás enferma (dirigiéndose a mi), vos estás embarazada y no sabés de quien es, dejá de fingir" o "ustedes son de alguna religión y me quieren llevar" a las enfermeras cada vez que entraban a la habitación tratando de calmarla. Era difícil sostener la situación, más cuando la septuagenaria se me tiraba arriba de la cama una y otra vez...
Pobre Naty! que le tocó en suerte pasar conmigo la peor noche que viví aquí adentro, por "suerte" salió el sol, la señora se calmó un poco casi como por arte de magia después de habernos mantenido toda la noche en vilo y con el corazón en la boca y presión nuestra de por medio, la Supervisora la "invitó" a retirarse.
De allí en más y crisis de nervios mía de por medio (la presión me llegó a 17), todas las acompañantes iban a ser "evaluadas" antes de ingresarlas a compartir la sala conmigo.
Viví
Convengamos que uno no está pasando en el sanatorio el mejor momento de su vida, por lo que la persona que comparte la sala con uno te puede hacer pasar los días de una forma tranquila, positiva, llevadera, o... te puede llevar directamente al infierno. Lamentablemente, y a pesar de que no me gustan las películas de terror, tuve que vivir una en vivo y en directo.
En este momento, mientras yo escribo lo que me pasa en este cuadernito que compré hace tantos meses sin ningún fin en particular y que ahora termina haciendo las veces de "diario", ella saca fotos a su acompañante para dejar testimonio de como le sale espuma por la boca a la cuidadora, y también de que la habitación está llena de bichos...
Anoche la misma señora veía a la Virgen María sosteniéndole la mano, también preguntó 32 veces si ya había amanecido, y vino a cada rato al lado de mi cama a mostrarme como diluviaba cuando afuera ni noticias de lluvia había...
Es que "el alemán" ataca sin piedad, y como me vine a enterar después, se agudiza aún más luego de una anestesia general.
No es nuevo para mi convivir con personas que padecen esta triste enfermedad, que además ninguno de nosotros está libre de tener en algún momento, lo que si fue nuevo fue constatar, como hay gente que deja a estas personas en lugares donde no deben estar con tal de dormir una noche en paz: la señora tenía el alta desde las tres de la tarde, sin embargo se quedó a pasar la noche para irse al día siguiente, su familia por supuesto asintió.
Yo desesperada por irme de alta, tachando los días con cruces como los presos, y hay gente que tiene el alta firmada y se queda a pernoctar en el sanatorio??? Nunca mejor aplicado el refrán: Dios le da pan a quien no tiene dientes...
La noche parecía que iba a ser una más: los analgésicos de turno, las visitas de las enfermeras y nurses que prenden la luz en plena madrugada preguntándote cómo te sentís, los ruidos de cada noche en los pasillos, pero no...
De golpe, aquella señora "casi amable", que apenas dejaba asomar su "cogote clasista", se convirtió en un ser casi imposible de dominar. El Alemán se hizo presente con toda la fuerza, y ella, que hasta el momento no podía levantarse ni para ir al baño, se incorporó y se sentó en la cama al mejor estilo "El Exorcista".
Así pasó la noche mi compañera de sala, que bajo la influencia de esa perra enfermedad, sacó a relucir parte de su sistema de creencias, esbozando frases como: "hacé lo que yo te digo, porque para eso te pago" o "vos no estás enferma (dirigiéndose a mi), vos estás embarazada y no sabés de quien es, dejá de fingir" o "ustedes son de alguna religión y me quieren llevar" a las enfermeras cada vez que entraban a la habitación tratando de calmarla. Era difícil sostener la situación, más cuando la septuagenaria se me tiraba arriba de la cama una y otra vez...
Pobre Naty! que le tocó en suerte pasar conmigo la peor noche que viví aquí adentro, por "suerte" salió el sol, la señora se calmó un poco casi como por arte de magia después de habernos mantenido toda la noche en vilo y con el corazón en la boca y presión nuestra de por medio, la Supervisora la "invitó" a retirarse.
De allí en más y crisis de nervios mía de por medio (la presión me llegó a 17), todas las acompañantes iban a ser "evaluadas" antes de ingresarlas a compartir la sala conmigo.
Viví
6 de junio - una semana
Una semana de internación:
Estoy aca sentada, en una butaca de sanatorio, dilucidando que es menos malo: quedarme sentada aquí o volver a la cama, eso es lo único que hago desde que llegué aquí hace 7 días.
Por esas cosas, de que de toda desgracia se saca también algo positivo, tengo que aceptar que lo positivo fue desde el principio que la habitación tenía una ventana y que estaba de "mi" lado de la cama. Tal vez para ustedes parecerá poco, pero para mi es tanto!!! Es el único contacto que tengo con el mundo exterior, el cuadradito que me muestra como transcurre el tiempo, ese lugar por donde veo asomar una y otra vez el sol, la luna, las estrellas, amanece, transcurre el día, oscurece y así...
Ya hace 7 días que llegué aquí, hasta ayer creo que pude llevarlo de otra forma: mucho más positiva, alegre, con esperanza, etc., pero desde ayer se me ha hecho bastante difícil de remontar.
Tengo la certeza de que esto es un momento transitorio en mi vida, pero cómo cuesta pasarlo!!!
Hoy me molesta hasta la gente que me viene a visitar. Algunos me miran con piedad, como diciendo: pobrecita, algunos se ponen a llorar... Otros me miran con fe y me dicen una y otra vez: vas a salir adelante, porque vos sos fuerte...
Es difícil trasmutar algunas cosas, creo que es más fácil hacerlo desde la metafísica teórica que desde la práctica muchas veces. Cual sería la actitud que debo tomar mientras espero? Cómo tendría que sentirme mientras estoy aquí sola, en un lugar que no es el mío, viviendo una historia de terror que no tiene nada que ver con mi vida?
Ni ganas de escribir tengo, la letra manuscrita parece acompañarme en el enojo que tengo en este momento: salen cosas que parecen ganchos taquigráficos en vez de redondeados símbolos que forman palabras, salen rezongos en vez de frases, por más que intento ser positiva.
Me quiero ir a mi casa a abrazar a mis hijas...
Estoy aca sentada, en una butaca de sanatorio, dilucidando que es menos malo: quedarme sentada aquí o volver a la cama, eso es lo único que hago desde que llegué aquí hace 7 días.
Por esas cosas, de que de toda desgracia se saca también algo positivo, tengo que aceptar que lo positivo fue desde el principio que la habitación tenía una ventana y que estaba de "mi" lado de la cama. Tal vez para ustedes parecerá poco, pero para mi es tanto!!! Es el único contacto que tengo con el mundo exterior, el cuadradito que me muestra como transcurre el tiempo, ese lugar por donde veo asomar una y otra vez el sol, la luna, las estrellas, amanece, transcurre el día, oscurece y así...
Ya hace 7 días que llegué aquí, hasta ayer creo que pude llevarlo de otra forma: mucho más positiva, alegre, con esperanza, etc., pero desde ayer se me ha hecho bastante difícil de remontar.
Tengo la certeza de que esto es un momento transitorio en mi vida, pero cómo cuesta pasarlo!!!
Hoy me molesta hasta la gente que me viene a visitar. Algunos me miran con piedad, como diciendo: pobrecita, algunos se ponen a llorar... Otros me miran con fe y me dicen una y otra vez: vas a salir adelante, porque vos sos fuerte...
Es difícil trasmutar algunas cosas, creo que es más fácil hacerlo desde la metafísica teórica que desde la práctica muchas veces. Cual sería la actitud que debo tomar mientras espero? Cómo tendría que sentirme mientras estoy aquí sola, en un lugar que no es el mío, viviendo una historia de terror que no tiene nada que ver con mi vida?
Ni ganas de escribir tengo, la letra manuscrita parece acompañarme en el enojo que tengo en este momento: salen cosas que parecen ganchos taquigráficos en vez de redondeados símbolos que forman palabras, salen rezongos en vez de frases, por más que intento ser positiva.
Me quiero ir a mi casa a abrazar a mis hijas...
4 a.m.
No es la primera y no será la última vez que me despierto a las 4 a.m., pero esta vez fue distinta.
Desde que me internaron para hacerme estudios hasta hoy que ya se lo que tengo, me he desvelado algunas veces. Por suerte, o mejor dicho gracias a Dios, no siempre me he sentido igual al quedarme como el dos de oro mirando el techo en medio de la noche...
Gracias a Dios, hoy a pesar de no sentirme físicamente en el mejor de mis estados, tomé creo la mejor decisión que podemos tomar los seres humanos: aprovechar el tiempo, si, ese tiempo que se va y no vuelve (sin ánimo de querer ser fatalista), ese tiempo que una vez que perdimos y cuando parece quedar menos, queremos recuperar a toda costa.
A las 4 a.m., mientras muchos de ustedes dormían, soñaban cosas lindas, se daban vuelta y se tapaban hasta las orejas, yo terminaba de mirar una peli que me dejó pensando en tantas cosas: la vida del Padre Pío, al rato terminaba de leer un libro que había querido leer desde hace mucho tiempo pero como todo, llegó a mis manos cuando era el momento indicado.
Leer "Vivir con él" de Clarita Berenbau, fue como un bálsamo para mi alma. Yo leía, pero no era mi voz la que escuchaba resonar en mi cabeza, sino la de Clara, la de esa chica que no conocí personalmente, pero que sin embargo, tantas veces me atrapó cuando me detenía a escucharla dando testimonio de su enfermedad, de como la había encarado, de como aprendía a vivir con ella.
Mientras leía, las lágrimas me rodaban por las mejillas, leía con los ojitos vidriosos, el pecho muchas veces se me cerraba, y claro, como no? Como no pensar en esa chica llena de vida, joven, mamá como yo, que agarró al toro por las guampas y le hizo frente con su mejor sonrisa, como no pensar en la muerte, si a ella (como a tantas otras) y muy a pesar de su lucha y de todas sus virtudes, se la llevó? Pero casi al instante pienso también, en que todos nos vamos a ir más tarde o más temprano, no es eso lo que importa, sino lo que tenemos para hacer mientras estamos aca, y lo que podemos seguir haciendo (como en el caso de Clara) aún después de habernos ido físicamente.
Ella hoy fue cobijo para mi, ella hoy me entendió, ella hoy me contó cosas por las que pasé y por las que estoy pasando, ella hoy estando sin estar fue mi consejera y mi confidente, ella hoy hizo que pudiera llorar y limpiar mi espíritu de miedos y angustias, ella hoy fue la que me empujó a levantarme a ver el amanecer con una sonrisa y a agradecer una vez más estar viva y luchando..
Yo empecé a escuchar a Clara cuando para mi la enfermedad aún era cosa de otros, aunque era consciente de que me podía tocar como a cualquiera, de la misma forma que me uní a Livestrong, pensando en que lo que leía tal vez me sirviera para acompañar a alguna de mis amigas que tenían la enfermedad en ese momento, hoy lo leo para mí.
Son las vueltas de la vida supongo, las que hacen que cosas que en su momento parecen sueltas, luego se unan con un hilo conductor y todo tenga sentido.
Viví!
Desde que me internaron para hacerme estudios hasta hoy que ya se lo que tengo, me he desvelado algunas veces. Por suerte, o mejor dicho gracias a Dios, no siempre me he sentido igual al quedarme como el dos de oro mirando el techo en medio de la noche...
Gracias a Dios, hoy a pesar de no sentirme físicamente en el mejor de mis estados, tomé creo la mejor decisión que podemos tomar los seres humanos: aprovechar el tiempo, si, ese tiempo que se va y no vuelve (sin ánimo de querer ser fatalista), ese tiempo que una vez que perdimos y cuando parece quedar menos, queremos recuperar a toda costa.
A las 4 a.m., mientras muchos de ustedes dormían, soñaban cosas lindas, se daban vuelta y se tapaban hasta las orejas, yo terminaba de mirar una peli que me dejó pensando en tantas cosas: la vida del Padre Pío, al rato terminaba de leer un libro que había querido leer desde hace mucho tiempo pero como todo, llegó a mis manos cuando era el momento indicado.
Leer "Vivir con él" de Clarita Berenbau, fue como un bálsamo para mi alma. Yo leía, pero no era mi voz la que escuchaba resonar en mi cabeza, sino la de Clara, la de esa chica que no conocí personalmente, pero que sin embargo, tantas veces me atrapó cuando me detenía a escucharla dando testimonio de su enfermedad, de como la había encarado, de como aprendía a vivir con ella.
Mientras leía, las lágrimas me rodaban por las mejillas, leía con los ojitos vidriosos, el pecho muchas veces se me cerraba, y claro, como no? Como no pensar en esa chica llena de vida, joven, mamá como yo, que agarró al toro por las guampas y le hizo frente con su mejor sonrisa, como no pensar en la muerte, si a ella (como a tantas otras) y muy a pesar de su lucha y de todas sus virtudes, se la llevó? Pero casi al instante pienso también, en que todos nos vamos a ir más tarde o más temprano, no es eso lo que importa, sino lo que tenemos para hacer mientras estamos aca, y lo que podemos seguir haciendo (como en el caso de Clara) aún después de habernos ido físicamente.
Ella hoy fue cobijo para mi, ella hoy me entendió, ella hoy me contó cosas por las que pasé y por las que estoy pasando, ella hoy estando sin estar fue mi consejera y mi confidente, ella hoy hizo que pudiera llorar y limpiar mi espíritu de miedos y angustias, ella hoy fue la que me empujó a levantarme a ver el amanecer con una sonrisa y a agradecer una vez más estar viva y luchando..
Yo empecé a escuchar a Clara cuando para mi la enfermedad aún era cosa de otros, aunque era consciente de que me podía tocar como a cualquiera, de la misma forma que me uní a Livestrong, pensando en que lo que leía tal vez me sirviera para acompañar a alguna de mis amigas que tenían la enfermedad en ese momento, hoy lo leo para mí.
Son las vueltas de la vida supongo, las que hacen que cosas que en su momento parecen sueltas, luego se unan con un hilo conductor y todo tenga sentido.
Viví!
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