Si, es cierto, venía protagonizando el papel de la Mujer Invisible, pero de golpe, todo cambió.
Se abrió la puerta de la sala y entró mi vieja que venía a acompañarme un rato, ni tiempo de colgar la campera tuvo, porque alguien le venía pisando los talones...
El bombonazo que había conocido la noche anterior (dicho así puede sonar que había salido de boliche y hasta había levantado algo) pero no... era el Urólogo, que se había convertido en el Bombón Asesino. Ese mismo que hacía menos de 12 horas había venido a verme, a advertirme que "tal vez", "existe la posibilidad", "capaz que" tengamos que hacerte un procedimiento más adelante...
Lo miré a los ojos apenas lo vi entrar y le dije: Ahhh ahora entiendo!!! Vos sos el responsable de que me hayan sacado todo: el agua, el hielo y no me hayan traído el desayuno!!!
Si, me contestó.
Me lo vas a hacer HOY????? Pregunté.
Sí, a las 2 de la tarde, ya está todo coordinado.
Ahí dio rienda suelta a su facilidad de expresión y me contó con pelos y señales TODO lo que me iba a hacer.
En los minutos siguientes, las lágrimas brotaron de mis ojos como cataratas, pero yo trataba de mantenerme lo más firme que podía, el me seguía explicando, pero a la vez me contenía, me trataba de transmitir tranquilidad, me decía que esto iba a ser algo transitorio y que era totalmente por mi bien.
En un momento me quebré, lloré, lloré y lloré. El esperó, con mucho respeto siguió hablándome y tratando de que entendiera el por qué del procedimiento, yo me sentía como si tuviera 90 años, y la noticia me cayó casi como si me hubieran dicho que me tenían que amputar alguna parte de mi cuerpo.
Creo, que digo creo, estoy segura, que mis catarsis con llanto, no duran mucho más de 10 minutos, como le dije a él cuando me dijo que iba a pedirle al equipo de sicología médica que me viniera a ver: tranquilo, lloro un ratito, me desahogo y con esto tiro hasta dentro de tres o cuatro días :)
Acto seguido, tuve que asumir de golpe que iría otra vez al quirófano y que ese caño y esa bolsa serían a partir de ahora y vaya a saber hasta cuando, parte nueva de mi cuerpo. De golpe digo porque ni bien mi mamá escuchó lo que me iban a hacer en un par de horas, empezó a bajarle la presión, se desmayó y tuve que abandonar mi papel de paciente obligatoriamente por un rato, cambiándolo por el de enfermera.
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